El deporte ha vuelto a mostrar el camino para vencer al virus. La Federación de Atletismo de la Comunitat ha sido capaz de organizar en tiempos de pandemia un mitin maravilloso con sabor a Campeonato de España por congregar a la élite nacional y por la lluvia de mínimas para el Europeo de pista cubierta que se lograron ayer en el Lluís Puig. Y todo ello bajo estrictas medidas de seguridad e higiene hasta el punto de limitar al máximo las personas que pudieron asistir al evento. Incluso los atletas y sus entrenadores accedían al velódromo, competían los primeros, y se marchaban. Iniciada la jornada, había que calentar fuera de la instalación, y nunca coincidían más de una carrera y un concurso en una jornada que fue muy larga (más allá de siete horas) para tratarse de un mitin.
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Pero era lo que tocaba para que Valencia, una vez más, asombrase al mundo y, de nuevo, con el atletismo como vehículo. Ya lo hizo en la jornada de los récords mundiales de Letesenbet Gidey y Joshua Cheptegei y, más recientemente, en el Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP Elite Edition. Precisamente, en el Lluís Puig, la flor y nata que se congregó para la final A del 3.000 quiso honrar el buen nombre de Toni Lastra, el hombre que representa a los pioneros de la distancia de Filipides en la ciudad.
Esa carrera ya había sido concebida como un memorial en su honor y los atletas no defraudaron. Y eso que, a minutos de darse el pistoletazo, se quedaron sin liebre: Roberto Aláiz, que está apretando los dientes para dejar atrás su particular calvario con las lesiones, sintió molestias en el calentamiento. Había, sin embargo, calidad a raudales y dos opciones: batalla táctica que hubiera frustrado cualquier opción de una gran marca o acuerdo, tirar para lograrla.
En la coyuntura actual, donde cada semana se afronta con incertidumbre –sirva como ejemplo este mismo mitin, que tuvo que renunciar a los atletas internacionales y endurecer las restricciones para sobrevivir–, lo inteligente era lo segundo. Así lo entendieron Dani Arce, Fernando Carro, Nacho Fontes, Nassim Hassaous y el valenciano Abderrahman El Khayami. Tiraron del grupo cabecero los primeros 2.000 metros y obtuvieron premio: los seis primeros bajaron de 7.55, la mínima para el Europeo.
Venció Nacho Fontes, en un emocionante final en el que tuvieron opciones Jesús Gómez –el único que no relevó–, Carro y Arce. Va a tener miga la lista en esta disciplina para el torneo continental, ya que en la final B también la lograron Gonzalo García, el alicantino Andreu Blanes y Sebastián Martos. Se lo jugarán en el Campeonato de España y algunos priorizarán en los Juegos.
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El éxito organizativo se tradujo en otro deportivo, con 19 mínimas para el Europeo, dos de ellas de atletas sub-23 que, por tanto, deben lograr marcas algo más asequibles pero aún así exigentes. Una de ellas, Xenia Benach, quizás la sorpresa más grata de la jornada al imponerse en los 60 metros vallas con 8.22 –en la semifinal ya había hecho 8.23–, lo que es la octava mejor marca española de todos los tiempos y la segunda nacional sub-23.
El 3.000 fue la prueba con más concentración de mínimas ya que a las masculinas hay que sumar las femeninas, En la final A, las de Carolina Robles –otra de las sensaciones al bajar de 9 minutos (8:59.93)–, Blanca Fernández de la Granja, Marta García y Marta Pérez. Antes la habían logrado, en la final B, Lucía Rodríguez y Águeda Muñoz.
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«Ahora quiero disfrutar de la Kawasaki y darle gas», bromeaba Mariano García, ‘la Moto’, tras lograr la mínima en 1.500, en referencia al verde de la camiseta del Playas de Castellón con el que debutaba. El murciano se impuso con una marca de 3.41.87, admitió que la distancia le gusta pero subrayó que su prioridad por el momento está en el 800.
En 400 puso rumbo al Europeo Modesta Yuste al vencer con 53.05 a Aauri Lorena Bokesa, en una carrera que había despertado cierto interés por si Salma Paralluelo tenía reservada una nueva gesta aún con 17 años. Acabó tercera. También logró la mínima en esa distancia Samuel García (46.98) –además se coloca segundo en el ránking mundial del año– y otro sub-23, Ignacio Saéz (47.60), segundo.
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La jornada prácticamente concluyó con una carrera de 300 que sonaba a estelar, pero en la que se impulso con una enorme claridad Óscar Husillos (33.73). A esas horas de la tarde quedaba en marcha el triple salto, desangelado con la ausencia de Pablo Torrijos, que prefiere ultimar su recuperación de las molestias en el pie. De los concursos de brincos y lanzamientos, quizás destacar en longitud a la valenciana Fátima Diame y a Daniel Solís, que se colocan como líderes nacionales del año.
De los atletas de la Comunitat, subrayar una vez más la progresión de Andreu Blanes, del Cárnicas Serrano, que por primera vez desde que dio carpetazo a su etapa en la orientación para tratar de ir a los Juegos de Tokio lograr una mínima para un certamen internacional. El lanzador paralímpico valenciano Kim López participó en peso y fue segundo (16.25) tras el alicantino Ángel Poveda (17.23). Quique Llopis ganó con solvencia en 60 metros vallas (7.94).
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