Vladimir está nervioso en el kilómetro cinco. Echa un ojo a sus anotaciones y otro al cronómetro antes de clavar la mirada atrás desde el coche de la organización en el que sigue la carrera: «Yekaterina tiene que venir en dos minutos». Y a los 120 segundos, puntual, pasa. Repite la operación cada 5.000 metros, cada vez más tranquilo. Menos en la meta, donde crece paulatinamente su nivel de histeria hasta que anuncian por megafonía: «En unos instantes aparecerá la primera clasificada del Maratón de Valencia... ¡Yekaterina Khramenkova!». Entonces se relaja.
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La bielorrusa no sólo ganó la carrera de 1992. Arrasó. Su 2.36.03 –fue la primera mujer en bajar de 2.40 en Valencia– supuso por lo tanto un nuevo récord del circuito, ya urbano. Y eso que no tenía esta cita como objetivo. «Se trataba de un entrenamiento. Llevo disputados 24 maratones y estoy preparando el de Madrid», señaló en línea de meta.
Aquel año olímpico fue especialmente fructífero para Yekaterina, ya que ganó en Valencia, Madrid y Lisboa. Además, en verano logró la prestigiosa victoria en el Gran Fondo de Siete Aguas: supuso además quitarse una espina, ya que la edición anterior se quedó con la miel en los labios.
Khramenkova vino de Portugal, a donde emigró por pura casualidad. Trabajó como profesora de educación física para la empresa estatal de Bielorrusia. «Los problemas políticos en mi país han influido negativamente en el deporte», declaró aquel día en Valencia.
Su idilio con el atletismo empezó tarde. «A los 27 años. Hasta ese momento había practicado otros deportes como ciclismo, esquí o biatlón», precisa. «Un día corrí un cross y quedé segunda. En la meta, me abordó Vladimir Bougrov y me propuso entrenar para competir en maratón», relata.
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Bougrov era ya una autoridad en el atletismo soviético. Ostentaba el récord en maratón de la URSS con 2.11.32 y había corrido durante una década con la selección nacional. En ese momento entrenaba a atletas. «Nadie creía que pudiera lograr grandes resultados, pero él vio en mi una maratoniana», resalta Khramenkova de quien ahora es su marido. Ganó un Campeonato de la URSS batiendo el récord nacional (hizo 2.28.20) y fue tercera de Europa en Stuttgart.
Viajó a Portugal en 1990 con una amiga, que también era atleta. «Estando allí me propusieron correr por el Maratona Clube de Portugal y acabé quedándome», indica Khramenkova, internacional seis años por la URSS. Sigue residiendo en el país vecino, entrenando a diario y participando en carreras. Guarda un gran recuerdo de Valencia, a donde vino de la mano del mánager Santiago Merchán: «Allí corrí cómoda gracias al apoyo del público y a un gran recorrido. La organización fue muy buena y ganar mi hizo feliz».
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