Jorge Ureña, puro instinto de supervivencia

Por enésima vez, Ureña ha burlado los pronósticos más pesimistas. Ha esquivado el escepticismo que despertaba su condición física. A buen seguro, no era la mejor. Pero sí, lo suficientemente correcta como para conseguir el objetivo que se había trazado. El resto lo ha aportado su proverbial competitividad.

No pudo competir, por lesión, ni en el Mundial de Eugene ni en el Europeo de Múnich, eventos que se desarrollaron en el verano de 2022. Las razones médicas también la apartaron del Mundial de Budapest, en agosto de 2023. Con esta concatenación de adversidades y, sobre todo, con esta discontinuidad, otro deportista hubiera abandonado. Hubiera desistido. Ureña, no. En su diccionario, no existen palabras como renuncia, resignación o abatimiento.

Sin embargo, y en plena carrera contra el reloj hacia París 2024, todavía quedaban algunos obstáculos más. El jueves 20 de junio viajó a Ratingen, Alemania, con el objetivo y la convicción de firmar una brillante combinada y certificar su pasaporte olímpico. Nada más lejos de la realidad. Un resfriado en las jornadas previas le impidió estar en plenitud de condiciones. Conclusión, abandonó antes de empezar la cuarta prueba. En gran medida, la decisión de retirarse se debía a la inminencia de una segunda y última oportunidad.

A la vuelta de la esquina, sólo una semana después, aparecía en el calendario el Campeonato de España, en La Nucia. Pese al previsible calor, pese al reciente desencanto, pese a las incógnitas de su rendimiento, no dejaba de ser una nueva ventana clasificatoria. La última. La definitiva. Además, cerca de casa. No podía desestimarla.

Ya en el Campeonato de España, ya en plena competición, Jorge Ureña logró emocionar de nuevo. Por su carácter, por su talante, por su esfuerzo, innegociable, incondicional y denodado. Siendo un enorme deportista, el atleta alicantino ha de tirar de espíritu para compensar ciertas carencias. Y ello contagia, transmite. Así lo hizo en La Nucia, donde, además, encontró un enemigo adicional: el viento, que hizo estragos durante la jornada del sábado. Especialmente, en la prueba de pértiga. Desde el principio de la competición, se vislumbraba que estaría en el límite, en la frontera, entre el bien y el mal. Pese a su agonístico final en los 1.500 metros, salió cruz. Por poco, pero cruz. Se le exigían 8.150 puntos. Totalizó 8.102.

Días después, sin embargo, llegó la decisión federativa de convocarlo para los Juegos. Aplauso unánime. La inclusión de Ureña en la lista de elegidos se había convertido en una especie de reivindicación popular, de petición generalizada. Jorge Ureña es componente del Proyecto FER, programa de apoyo a deportistas de la Comunitat Valenciana y que está sufragado por Juan Roig a través de la Fundación Trinidad Alfonso. Desde mañana, el deportista de Onil volverá a desafiar todos los límites. Los conocidos y los desconocidos. Va en su ADN.

Sus mejores decatlones:

8.381 puntos. Reunión de combinadas de Ratingen, Alemania, junio de 2023

8.322 puntos. Juegos Olímpicos Tokio, agosto de 2021

8.209 puntos. Campeonato de España por Federaciones Autonómicas, en Murcia, en mayo de 2021

8.125 puntos. Campeonato del Mundo de Londres, agosto de 2017.

8.123 puntos. Reunión de combinadas de Gotzis, Austria, mayo de 2019

8.123 puntos. Copa de Europa de combinadas por selecciones nacionales en Monzón, Huesca, en junio de 2017

8.102 puntos. Campeonato de España en La Nucia, en junio de 2024