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Kibiwott Kandie cruzando la línea de meta.

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Kibiwott Kandie cruzando la línea de meta. Iván Arlandis

Un récord que abre una era

La plusmarca mundial de medio maratón, por primera vez debajo de 58 minutos

Domingo, 6 de diciembre 2020, 09:04

El atletismo ha entrado en una nueva era tecnológica cuyo icono mediático ya es la guerra de las zapatillas. Marc Roig, seleccionador de la élite internacional pasó de puntillas sobre un debate que le incomoda, apuntando que tres de los cuatro triunfadores en Valencia usan Adidas. Hace unos meses, parecía que Nike había hallado la 'Piedra de Rossetta' del calzado para la carrera a pie y va la multinacional alemana, y voltea la situación en un santiamén. «Podemos decir que las situaciones se igualan, los materiales evolucionan. Nike tiene un departamento de innovación genial desde hace algunos años, pero las otras marcas trabajan para ponerse a la par», puntualizó. Y consecuencia de ello, en esta nueva etapa de la alta competición, cualquier récord del mundo, por muchos años que lleve vigente, está destinado a tambalearse.

Valencia ha sabido interpretar este mercado pujante apostando por los grandes récords para tejer una carta de presentación que es la envidia de todo el mundo. «No saben lo que tienen allá, ni la gente que hay despierta en Sudamérica siguiendo esta carrera», reflexionó el periodista argentino Lucho Mallorga, que participó en la rueda de prensa vía telemática. «Queremos dar un impulso a este deporte con lo que de momento mejor sabemos hacer, que son las carreras de fondo», deslizaba minutos antes Paco Borao, presidente de la SD Correcaminos. Hace unas semanas fueron las plusmarcas en pista de Letesenbet Gidey (5.000 metros) y Joshua Cheptegei (10.000) y ayer la ciudad dio una vuelta de tuerca más, en ruta, con la de medio maratón de Kibiwott Kandie, que paró el crono en 57:32.

La marca del keniata es bestial e histórica en sí misma porque supone bajar de la barrera de los 58 minutos en los 21.095 metros. Pero ese registro multiplica el prestigio de Valencia como capital del atletismo mundial si se tiene en cuenta que otros tres atletas habrían batido igualmente el registro de Kamworor, que ostentaba una plusmarca de 58.01.

«Empecé a correr en serio en 2019», afirma Kandie tras destrozar el registro de Kamworor, rebajado también por otros tres atletas

Jakob Kiplimo, con quien Kandie se disputó la victoria al esprint, bajó también con holgura de los 58 minutos. Lo mismo hizo Rhonex Kipruto, que batió en enero en Valencia el récord de los 10K en enero y no había vuelto a competir hasta este domingo. En este 2020 de la pandemia, la ciudad acumula cuatro plusmarcas mundiales. Todo un hito. Y el cuarto del medio maratón de este domingo, Alexander Mutiso, también habría batido el récord de Kamworor.

Circulaba ayer la anécdota de que el keniano había llamado por la noche a la organización. Lesionado, se disponía a observar desde la distancia cómo le destrozaban la marca sin poder defenderse. Sabía que Kandie, Kiplimo y Kipruto llegaban a Valencia en estado óptimo. Sólo podía confiar en el viento, que dio tregua en los kilómetros desfavorables y sopló en el tramo final, cuando podía beneficiar a los atletas.

«Era consciente de que estaba en condiciones para correr aquí más rápido que nunca», afirmó Kibiwott Kandie. Empezó a correr cuando estudiaba primaria y a partir de los 16 años lo hizo con un entrenador. Ha tenido a lo largo de su vida a su compatriota Paul Tergat -explusmarquista mundial de maratón- y que como él fue militar. Así lo explicó el ganador de este domingo en Valencia, que aseguró también: «Empecé a tomarme en serio el atletismo en 2019».

Sentía que 2020 iba a ser su año. Prepararía los 10.000 en la temporada de cross, con vistas a los Juegos. Todo esto se vino abajo con la pandemia. «Me sobrepuse a la decepción y puse el foco en Valencia», asegura. Bueno, y en el Mundial de Medio de Gdynia, donde tuvo que ceder ante Jakob Kiplimo (58:49 frente a sus 58.54). Se prometió que se tomaría la revancha, tan pronto como el 6 de diciembre. Ayer.

«En las últimas siete semanas me he centrado en preparar la carrera de Valencia. Quería volver a luchar con Kiplimo para ganarle, pero también sabía que necesitaba correr más rápido que nunca y batir el récord del mundo», subraya Kandie. Natural de una local cercana a Nairobi, decidió trasladarse a Iten, otra región de Kenia a mayor altura, a 2.400 metros sobre el nivel del mar. Se fue con un compañero del grupo de entrenamiento y mucho espíritu de sacrificio. «Estuve visionando la carrera de Polonia para analizar lo que había sucedido y entrenar para poder correr como lo he hecho en Valencia», puntualizó.

Ni Kandie ni Kiplimo cedieron y por eso pudieron soltar a Rhonex Kipruto, otro joven africano que amenaza con comerse el mundo en el atletismo. Y entre los tres dejaron en anécdota la marca (57:59) con la que Mutiso también habría batido el récord del mundo. Esa batalla a tumba abierta, sin reservarse nada, deja una plusmarca mundial estratosférica que, según dicen los entendidos, tardará en rebajarse. Pero en esta era de la tecnología, ¿quién se atreve a apostar?

Ese sublime 57:32 de Kandie no debe evitar la mención a la ganadora femenina, Genzebe Dibaba, una estrella del atletismo poseedora de varios récords mundiales. Debutaba la etíope en medio maratón por las circunstancias de la pandemia y venció en solitario (1.05:18), batiendo a Chepkirui y a Teferi, que a priori era la gran favorita a la victoria en Valencia.

«Estoy muy feliz. Soy una ganadora, esta es una carrera muy bonita y no esperaba imponerme», señaló Dibaba, que se definió como una persona muy familiar y que tiene como ejemplo a su hermana y también laureada atleta Tirunesh Dibaba. Salía de lesión, se sintió bien en ruta, pero confesó que su lugar está, por ahora, en la pista.

«Al menos hasta los Juegos, quiero prepararme los 1.500», desliza. Se ve también en los 5.000, pero no en los 10.000, al menos en pista: «Son demasiadas vueltas, igual hago alguno...». Valencia la ha envalentonado y ya confiesa sin titubear que su futuro está en el maratón. «Quiero prepararlo, intentar asaltar el récord del mundo», comenta Dibaba. Pero después de Tokio. En este atletismo tecnológico y de los récords, la carrera olímpica sigue siendo palabras mayores.

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