LOURDES MARTÍ
Jueves, 29 de noviembre 2018, 00:18
Corredores, como pruebas, hay de muchos tipos. Están los que se denominan «de toda la vida», incluso les molesta que se les llame 'runners'. Ropa cómoda, deportivas y punto. El domingo, para hacer frente al Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP ni siquiera llevarán reloj. «La llave de casa en el cordón de la zapatilla y punto», dicen. No les hace falta ni el euro para el autobús. Es gratis. En el otro extremo: el corredor tecnológico. Ese inscrito en los 42.195 metros que busca fuera de los entrenamientos rascar segundos para terminar, aunque sea, un poquito antes.
Publicidad
El runner del siglo XXI o tecnológico se estudia las revistas, se aprende de memoria los objetos que hay en los estantes de las tiendas de deporte, visita páginas web, pide recomendaciones en foros especializados. Está a la última. De pies a cabeza. Literalmente. En la frente, una 'go pro'. Una cámara subjetiva para después subir a sus redes sociales cómo ha vivido, en primera persona, la prueba. No faltará una visera, para cubrirse del sol ya que el domingo se prevé un día despejado. Ir acompañado de 20.000 participantes más y unas 200.000 personas que se estima habrá en las calles de Valencia no es suficiente. Con música todo es mejor. Cascos hay inalámbricos, grandes, pequeños... pero lo último es una diadema que además tiene un dispositivo que estimula el cerebro a través de corrientes eléctricas. Se llama Halo Sport y su precio ronda los 600 euros.
Las gafas de sol ya no son sólo para proteger los ojos. Hay varios modelos a la última. Algunas graban y comparten vídeos directamente por 'Snapchat', otras cuentan además con entrenador personal para aumentar el rendimiento y también las hay las que registran la actividad diaria además de contar con bluetooth, manos libres, música, posibilidad de recibir llamadas... Si el 'runner' tecnológico se hace con alguna de estas -rondan los 200 euros- puede incluso prescindir de la 'go pro'. Pero sólo si quiere.
El corredor del siglo XXI no se separa de su móvil. Tampoco para correr. Por supuesto. Un brazalete y su 'smartphone' con varias aplicaciones para medir todo. No se le escapa ni un detalle. Hace de motivador, de guía, de médico... la alternativa, un reloj. No para marcar las horas. Casi lo mismo que el móvil pero más ligero.
La riñonera ya es pasado. Ahora se lleva el 'flipbelt'. Un cinturón a ras de piel para los que deciden guardar las llaves, el móvil, los geles, las barritas energéticas o las botellas de silicona flexibles.
Publicidad
La higiene también es importante. Si se quiere dar tranquilamente un abrazo al colega y celebrar como toca la llegada a meta (más allá de la ducha antes de salir de casa), se pueden poner en las zapatillas último modelo bolas desodorantes. También hay anuncios de geles especiales para maratonianos o protectores bucales para deportes no de contacto que dicen aumentar el rendimiento, incrementar la resistencia y la fuerza además de reducir el estrés atlético.
Entre tanta tecnología que a nadie se le olviden las camisetas transpirables, los pantalones que mejor se adapten, las medias y calcetines de compresión y los manguitos.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.