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Fátima Diame ha encontrado su hábitat: el Mundial de pista cubierta. En el mismo certamen donde hace un año consiguió su primer gran éxito como internacional absoluta, la valenciana lo ha reeditado este domingo, de madrugada en España, en el campeonato que se celebra en la localidad china de Nanjing. La saltadora entrenada por Iván Pedroso ha logrado una nueva medalla de bronce, el mismo metal que en 2024 en Glasgow, gracias a su primer intento, de 6.72 metros. Después ya no ha podido mejorar el registro y ha tocado sufrir hasta el final. Durante parte del concurso ha sido plata, pero luego se ha visto superada por la suiza Kalin, pero ninguna atleta ha podido ya desbancar a Diame, que se ha mostrado eufórica al estar de nuevo en el podio.
«Estoy muy contenta porque como dije en el Europeo (donde fue quinta) ha sido una pista cubierta muy dura. Me encontraba muy bien y sabía que podía estar ahí. Es cierto que estaba cansada, pero los nulos eran muy largos. No sé si 90 iba a ser capaz, pero 80 y pico sí. Pero bueno, es una medalla, no me voy a quejar», ha indicado una Fátima Diame sonriente en declaraciones difundidas por la Federación Española: «Es lo que dice Iván (Pedroso, su entrenador), que cuando voy relajada es cuando salto. Cuando ya voy ahí que si marca, que si nosequé, me bloqueo y no salto. Ese me ha salvado».
Se refiere a ese primer intento, que la colocaba en esos inicios de concurso segunda, sólo detrás de la norteamericana Claire Bryant, que ya en ese primer intento se ha ido a los 6.76 metros. «6.72 es una marca que pueden saltar todas, por lo que yo no estaba para nada tranquila. Tenía el pulso a un millón, es cierto que yo también me veía capaz de saltar más», ha analizado la valenciana.
Pero lo cierto es que no lo ha logrado. Diame ha pasado a la mejora tras un 6.50 en el segundo y nulo en el tercero. Era plata, pero con esa sensación de que quizás tenía que saltar más, pues esa marca de 6.72, por ejemplo, era un centímetro menor de los 6.73 de Apeldoorn, con los que Diame sólo pudo ser quinta. Pero cada concurso es un mundo. La valenciana ha tenido el segundo puesto casi hasta el final, en ese último brinco donde sólo compiten las cinco mejores atletas hasta ese instante de la competición.
Aquí es donde la suiza Annik Kalin se ha ido hasta los 6.83 metros. Insuficiente para asaltar el oro, que había encarecido la norteamericana Bryant hasta los 6.90 primero, y los 6.93 después, pero sí para bajar un peldaño del podio a Diame. La valenciana aún habría podido recuperar la plata, pero habría tenido que hacer marca personal, que tiene en 6.82. Como ha indicado, ella se veía capaz y, como no podía ser de otra manera, ya en ese momento con la medalla asegurada, ha arriesgado. Nulo, que no ha disipado la euforia, porque vuelve de Nanjing con su doblete de bronces mundiales. «Ya no me bajo del carro. No lo he soñado, este no, mira que he dormido muy bien», ha señalado.
Ya tiene el doblete. Glasgow y Nanjing. Ahora falta el triplete, porque con este calendario apretado fruto del aplazamiento del certamen chino por la pandemia, en 2026 hay de nuevo Mundial indoor, esta vez en Torun. Pero eso ya será otra historia. Queda mucho tiempo, muchos entrenamientos y competiciones por delante. El reto de Fátima Diame es brillar de nuevo en el aire libre, donde hay Mundial, del 13 al 25 de septiembre en Tokio.
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