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Encerrado en San Juan. Paco Olmos está pasando la cuarentena por el Covid-19 en la capital puertorriqueña con su pareja. LP
Paco Olmos, sin boda y aislado en Puerto Rico por el coronavirus

Sin boda y aislado en Puerto Rico por el virus

Paco Olmos tuvo que anular una ceremonia a la que iban a viajar familiares y amigos desde España. El técnico valenciano está viviendo el confinamiento en un país con toque de queda

Domingo, 26 de abril 2020, 01:21

La pandemia del Covid-19 ha agitado el tablero del mundo dejando a su paso historias curiosas. La del técnico Paco Olmos (Valencia, 1970) es una de ellas. El valenciano, campeón con el Pamesa de la ULEB Cup en 2003, se ha labrado una carrera de éxito en México. Cuando acabó la temporada a mitad de febrero tras disputar la final de la Liga con el Fuerza Regia Monterrey apuró el mes para preparar la siguiente temporada antes de subirse a un avión con destino a la felicidad. «Viajé junto a mi prometida a Puerto Rico, donde nos íbamos a casar el 28 de marzo. Tenían que venir familiares y amigos desde España y México», relata a LAS PROVINCIAS desde su casa en la isla caribeña. Olmos y Rosimar Ríos, su futura esposa, llegaron a su casa de San Juan el pasado 2 de marzo y es ahí donde el técnico comenzó a ser consciente de que todo iba a dar un giro drástico: «A los pocos días saltó la crisis del coronavirus aquí, tuvimos que cancelar la boda y todos los billetes de avión de mi familia. El primer golpe lógicamente es duro pero hay cosas mucho más importantes. Cuando vuelva la normalidad nos casaremos». Los planes de la pareja pasaban por viajar a España el 7 de abril para compartir la celebración con los amigos y familiares que no podían viajar a Puerto Rico.

La noticias que llegaban desde España era peores cada día, algo que le generó «sufrimiento». «Mis padres residen en L'Eliana y habían estado varias semanas expuestos porque son personas mayores y mis hijos están viviendo en Calpe con mi exmujer», relata desde su casa en el corazón de la capital puertorriqueña, antes de esbozar una sonrisa al seguir hablando de ellos: «Cuando se habló de que los niños podrían salir lo primero que me dijo mi hijo es que estaba contento porque iba a poder ir de nuevo al polideportivo y le dije que no, que lo de ir a jugar con los amigos al baloncesto tendría que esperar».

Puerto Rico decretó el toque de queda el mismo día que en España se instauró el estado de alarma. «La gente está teniendo buena disciplina pero el problema está siendo el número de test, que de momento no es muy grande», relata Olmos, que incide en los reflejos del gobierno puertorriqueño: «En cuarenta días hemos salido sólo un par de veces a comprar comida. Están siendo inflexibles y se habla de seguir encerrados todo el mes de mayo. En una isla es más difícil que entre el virus pero también sacarlo. El toque de queda implica que desde las siete de la tarde hasta las cinco de la mañana del día siguiente todo el mundo tiene que estar confinado en casa. No puede haber nadie por la calle porque puede llevarte a prisión«.

Al problema del confinamiento, común para todos, Olmos añadió el de la nacionalidad. «Mi visado pone que puedo estar en Puerto Rico hasta el 31 de mayo pero el gobierno nos ha dado un mes de prórroga para los que estamos en esta situación. Ahora estoy más tranquilo, ya que podré permanecer dentro de la legalidad hasta que todo se solucione». Su aislamiento –«al estar en una isla te sientes más confinado»– va para largo porque la previsión de Iberia para abrir el tráfico aéreo con territorio español es el 1 de julio. Si algo agria la voz del valenciano es analizar la bronca política vista desde miles de kilómetros. No se corta: «Lo de España está siendo una catástrofe, un desastre, y me molesta que se esté utilizando tanta bronca política. En un drama así no tienen que haber partidos. Sin carga ideológica, me da mucha pena, tristeza y rabia. Todo se ha llevado a un barro que no va a solucionar nada. Lo que España necesita ahora es una unión política y social para solucionar la crisis sanitaria y la económica que vendrá después. Hay mucha gente que lo está pasando mal y no vale con que todo sea una lucha política que quiere ganar votos».

El valenciano se siente «afortunado» por no tener ningún caso de Covid-19 entre los tres países en los que reparte su corazón y reflexiona sobre el día después: «Nuestro estilo de vida mediterráneo de terraza, calle y reuniones con los amigos va a tardar mucho y no sabemos cómo será cuando vuelva. Habrá que tener una nueva conciencia social y de vida. No sabemos cuándo terminará el coronavirus pero el estilo de vida cuando acabe no será como antes». ¿Y el baloncesto? Olmos tiene claro que su gremio va a sufrir: «Existe el temor de que el deporte en general, y el baloncesto en particular, va a salir de todo esto afectado por los patrocinios o contratos televisivos. En el nuevo patrón económico hay equipos que van a sufrir mucho. Tenemos que estar preparados para un basket donde haya una bajada de salarios y de inversión, nos viene una crisis económica».

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