España se complica el camino

Pese al tropiezo, dudar de la capacidad competitiva de España pese a las malas sensaciones del estreno sería una osadía. La selección de Mondelo busca su tercer oro consecutivo en un Eurobasket, algo que no consigue ningún país desde la URSS hace tres décadas cuando cayó el telón de acero, que en caso de llegar sería el cuarto en los últimos cinco campeonatos. En el caso de conseguir una medalla que no fuera dorada también se alargaría una racha tremenda puesto que simplemente con subir al cajón España lo habría conseguido en diez ocasiones desde 2001, donde sólo se quedó en 2011 fuera de las medallas en la cita de Polonia. Una apisonadora.

En esa época dorada la hemeroteca no ofrece una primera parte con una nula puntería por parte de las españolas, que se fueron al descanso con un 8 de 33 en tiros de campo (24,24%), con un 5 de 21 en tiros de dos. La defensa, y la falta de recursos ofensivos de Bielorrusia, permitió a las de Mondelo marcharse al paso por vestuarios por delante (21-22) con un marcador más propio de un cuarto.

El desacierto inicial, con 2 de 10 en el primer parcial de 8-5, podía achacarse a los nervios del inicio del campeonato, de hacerlo en casa, o a los complicados últimos días de preparación del Eurobasket para el grupo, que no pudo disputar el último amistoso por el pequeño brote declarado en el equipo tras los positivos de Abalde y Torrens (bajas para el torneo). El problema para España en ese primer tiempo es que la falta de acierto fue una constante en los 20 minutos. Tras el 14-9 del primer cuarto, el resurgir de Ndour, la última MVP de un Eurobasket, permitió a las españolas remontar el encuentro y, al menos, encarar el tercer cuarto por delante.

El problema es que esa sensación de mano encogida ya no abandonó a España, pese al pequeño estirón en el arranque del segundo tiempo (25-29). Bentley avisó por primera vez (33-30) y Bielorrusia se marchó por delante al arranque del parcial decisivo (35-33). Desde su máxima renta (46-40) Ouviña tocó a la heroica pero no fue suficiente. España se ha complicado el camino.