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Durante el confinamiento muchos deportistas se han atrevido con los directos en las redes sociales. San Emeterio y Rafa Martínez, dos amigos de 36 y 38 años, han sorprendido por su naturalidad en el canal 'Charlas de Café'. Ahora, el cántabro se centra en intentar ganar su segunda ACB de taronja.
–La entrevista es de periodista a influencer o youtuber.
–No, no, no (se ríe fuerte). Sigo siendo jugador de baloncesto, es de periodista a deportista.
–La creación de 'Charlas de Café' con Rafa Martínez fue lo más llamativo del final del confinamiento. ¿Esperaban el boom?
–No, la verdad es que la idea surgió de forma muy natural. Un día comentamos que como todo el mundo estaba haciendo directos si hacíamos uno en Instagram. Nos lo pasamos muy bien y recibimos muchos mensajes de gente que le gustó la idea porque era curioso ver a dos jugadores hablando así de natural. Nos animamos a hacerlo con un invitado para contar cosas curiosas que no se saben de los equipos o anécdotas fuera de la pista.
–En 2003 Oberto, Kammerichs y Asier García hicieron un programa en LP Radio que se llamó 'De todo menos Basket'. Por allí pasaron desde Pablo Aimar a Manu Ginóbili. ¿Con más tiempo libre los deportistas se han dado cuenta que son cosas que les acercan más a los aficionados?
–Sí, es un poco eso. Creo que al aficionado evidentemente le interesa que hablemos de nuestro deporte pero también le gusta descubrir que somos personas normales. A mí me ha pasado que me ven en el supermercado y alguno me ha preguntado ¿Qué haces aquí? Pues hacer la compra, como tú. Somos personas normales y que tenemos nuestras anécdotas con compañeros como cualquier equipo del barrio.
–¿Esa naturalidad se perdió desde la llegada de las redes con algunos deportistas que se encierran en su burbuja y dan imagen de vivir ajenos a la realidad?
–Más que una burbuja sí que creo que puede haber miedo a hablar de según qué temas o a meter la pata en alguna entrevista porque la repercusión cada vez es mayor. Con las redes sociales la difusión de todo lo que dices no tiene nada que ver a hace unos años cuando metías la pata. Por eso determinados jugadores prefieren estar protegidos. No creo que sea por soberbia.
–El último invitado en su canal fue Sergio Llull. El jugador que le defendió sacando su camiseta en el podio de los Juegos de Río en 2016. Eso le define.
–Es un fenómeno, una persona espectacular y eso me marcó. Lo recuerdo con mucho cariño y por encima de títulos o medallas que evidentemente son importantes ese momento me emocionó mucho. Estábamos en casa viendo la tele y cuando sacó mi camiseta mi mujer y yo nos pusimos a llorar de emoción. Fue algo muy bonito porque que llegues a ser tan importante para ese grupo en el que luché durante muchos años para formar parte de él es especial. Que en un momento así se acordaran de mí fue algo más emocionante que un título. No tenía ni idea de que lo iba a hacer pero luego me enteré que lo primero que metió Sergi (Llull) en la maleta antes de volar a Brasil fue mi camiseta. Me lo contó su mujer y fue un detalle que no voy a olvidar nunca.
–También hablaron de Ponsarnau y su apodo de 'el mago' en Manresa desde que llegó con el equipo hundido y lo subió a la ACB. Usted recordó que aquí también ha hecho la magia. Al final la calma es buena consejera.
–Lo ha hecho en Valencia en las dos temporadas. En la primera es verdad que se notó más por aquella derrota tan fea en Tenerife pero lo hizo, parecía que no había manera de sacar nada de ese equipo y acabamos ganando la Eurocup. Este año parecía que éramos incapaces de ganar un partido en la Euroliga y acabamos estando varias jornadas metidos en el Top 8 en la que estaba siendo posiblemente la edición más difícil de la historia.
–Hablemos de la Fase Final. ¿Se quedaron más tranquilos tras la reunión con la ACB?
–Sí, en mi caso estoy más tranquilo después de la reunión y de conocer el protocolo. Está muy bien y además aquí en Valencia tenemos las instalaciones perfectas para hacerlo, desde hoteles alrededor de la Fonteta donde no hay casi desplazamiento y todo lo que se va a montar en L'Alqueria va a ser espectacular. Estoy tranquilo por cómo se están haciendo las cosas en Valencia.
–¿Empiezan a ver la posibilidad real de ganar una segunda Liga Endesa con el Valencia Basket?
–Es algo que se piensa, claro. Al principio cuando no se sabía si se iba a jugar o no entrenabas de una manera intentando ir con mucho cuidado por las lesiones. Ahora que ya está todo claro se está volviendo a ver esa competitividad que todos tenemos en el equipo y las ganas de ganar. Tenemos un objetivo delante y vamos a luchar e ir a por él. El sistema es bonito y es lo más parecido a un torneo con la selección, corto e intenso. La semifinal y final es a un partido y puede pasar de todo. Es una solución bonita para el espectador y disfrutar compitiendo.
–Vamos, que el objetivo que se plantea un jugador del Valencia Basket es ganar la ACB.
–Sí, claro. Jugamos para intentar ganar la Liga Endesa. No hay otro objetivo en este torneo. Sabemos que es muy difícil pero tenemos que ir a eso porque no hay un objetivo intermedio. No vamos a ir a jugar por jugar.
–¿En el formato puede ser importante la experiencia de jugadores como usted que han disputado esos torneos de selección con máxima exigencia?
–Creo que en el día después de los partidos sí que puede venir bien esa experiencia y transmitirla al que no la tenga. Hay que saber cómo recuperarse para el día siguiente o afrontar el siguiente partido hayas ganado o perdido el anterior. El jugador de selección sabe cómo gestionar eso o cómo va a estar el cuerpo con cinco partidos en diez días. Una de las claves del torneo va a ser el punto físico con el que llegue cada equipo.
–Eso, y jugar sin público.
–Jugar sin público va a ser complicado para todos, ya lo vivimos en el partido contra el Armani Milán. Las sensaciones en la pista no son las mismas sin el calor de la gente y el que mejor se adapte tendrá mucho ganado. Si me das a elegir prefiero jugar en la Fonteta porque es donde entrenamos y lo haces también sin público.
–Tras conquistar la Eurocup de 2019 declaró que su próximo objetivo era jugar con el Valencia Basket una Final Four de la Euroliga. Para que siga vigente le tienen que renovar.
–Sí, así es. El primer paso se ha dado porque nos hemos clasificado para la próxima Euroliga.
–¿Le gustaría seguir en el Valencia Basket?
–Sí, estoy encantado desde el principio y claro que me gustaría seguir en el Valencia Basket pero es algo que no depende de mí. Es una de esas cosas que no puedo controlar. Ahora tengo que centrarme en hacer bien las cosas en la Fase Final y ayudar al equipo lo máximo posible. Mi intención es continuar.
–Ponsarnau reconoció que había jugadores que volvieron del confinamiento con tres temores, el del contagio y contagiar, el de la lesión y el del futuro los que no tenían contrato. ¿Usted volvió con alguno?
–No soy muy de miedos soy más de respeto o prudencia. Con respecto al virus precaución máxima. Soy muy de preocuparme de las cosas que puedo controlar, de las que no procuro no obsesionarme demasiado porque te desgasta la cabeza y no puedes hacer nada. Intento centrarme en trabajar y entrenar bien para que el equipo llegue lo mejor posible a la Fase Final.
–Pero en el tema de las lesiones, tras dos meses parados, no tiene el mismo peligro un jugador de 20 años que otro de 36.
–Eso es así. Nunca hemos empezado a entrenar después de estar dos meses prácticamente sin hacer ejercicio. En verano llegas bajo de forma pero no estás parado, puedes ir a correr, al gimnasio o entrenar al baloncesto por tu cuenta en una pista. Aquí hemos hecho ejercicios pero encerrados. Es una situación que nunca hemos vivido y el riesgo de lesión será un poco más alto pero creo que es un riesgo que tenemos que asumir los jugadores por el bien del baloncesto como otra gente ha asumido otros. Con las máximas precauciones contra el virus y las lesiones, es bueno que esto no pare.
–¿Ha evolucionado esa percepción del jugador? Al final ustedes son trabajadores que van a volver a su actividad con las pruebas o garantías sanitarias que no tienen otros profesionales que ya han vuelto al trabajo.
–Cada uno ha tenido que ir asumiendo su incertidumbre y todos la hemos tenido, nos dediquemos a lo que nos dediquemos. No podemos vivir encerrados toda la vida. Hasta que no haya una solución médica, precaución máxima. No pasa nada por no darnos besos o abrazos durante un tiempo. Distancia social y sentido común.
–¿Para compañeros como Loyd fue más duro vivir una pandemia mundial en un país extranjero y sin compañía en casa?
–Para los extranjeros que les pilló solos en casa el confinamiento fue algo duro. La primera semana te ves una serie y desconectas pero llega un momento que se hace cuesta arriba. Le pasó a Loyd, a Tobey o Marinkovic. Lo han pasado mal y han vivido la incertidumbre por sus familias. La primera reacción es irte a casa y mandar todo a tomar por saco y fue importante estar con ellos, ayudarles a poner calma y que entendieran que la situación iba a mejorar. El doctor tuvo un papel muy importante. Les ayudamos entre todos y el club les tendió la mano porque fue un palo más duro que para los españoles que vivimos con la familia.
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