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Stephen Curry levanta el trofeo que acredita al equipo de Shaquille O'Neal como ganador del All-Star. Reuters
Baloncesto

Stephen Curry brilla en otro deslucido All-Star de la NBA

El base de los Warriors lidera con 12 puntos el triunfo del equipo de Shaquille O'Neal contra un conjunto plagado de estrellas extranjeras que coronó un espectáculo que no termina de convencer

Óscar Bellot

Madrid

Lunes, 17 de febrero 2025, 11:48

El All-Star de la NBA no levanta cabeza. Lejos de aquellos tiempos en los que las grandes estrellas de la mejor competición de baloncesto del planeta concitaban la atención de todo el mundo materializando jugadas que solo estaban al alcance de los verdaderamente elegidos, el espectáculo organizado este fin de semana en San Francisco volvió a resultar un fiasco que ha desatado un nuevo torrente de críticas hacia un evento que agudiza su decadencia. Después de que Tyler Herro se impusiese en el concurso de triples, Mac McClung lograse su tercer título consecutivo en el de mates y Donovan Mitchell y Evan Mobley se proclamasen campeones en el concurso de habilidades, la cita culminó con un novedoso torneo bajo formato de 'final four' entre los principales astros de la canasta que dejó satisfechos a pocos y en el que sobresalió Stephen Curry.

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El base de los Golden State Warriors lideró, con 12 puntos, el triunfo del equipo de Shaquille O'Neal sobre el Chuck's Global Stars por 41-25. A sus 36 años, el base nacido en Akron (Ohio) quiso impulsar en su condición de anfitrión un evento sumido en una profunda crisis de identidad y catapultó hasta la victoria a un conjunto del que formaban parte algunos de los veteranos más rutilantes de la NBA frente a otra escuadra integrada por varias de las principales estrellas extranjeras que sirvió para poner el broche a la 74 edición del All-Star disputada en el Chase Center de San Francisco.

Escoltado por Kevin Durant (Phoenix Suns), Jayson Tatum y Jaylen Brown (Boston Celtics), Kyrie Irving (Dallas Mavericks), Damian Lillard (Milwaukee Bucks) y James Harden (Los Angeles Clippers), Curry fue el jugador más destacado en la final de un torneo al que concurrieron cuatro equipos que debían disputar dos semifinales en las que la victoria se la anotaba el primero que alcanzase los 40 puntos, idéntico objetivo que resolvió el duelo decisivo. Tras años de desempeño deslucido por parte de unas estrellas que convirtieron el All-Star Game en un tiroteo ofensivo en el que la defensa y la competitividad brillaban por su ausencia, este novedoso formato fue la respuesta de la NBA para tratar de reflotar el evento, pero el resultado se quedó a medio camino.

Segundo MVP

«Creo que fue un buen paso en la dirección correcta para revitalizar el juego», afirmó Curry tras llevarse el premio Kobe Bryant al MVP de un fin de semana de nuevo descafeinado. El de Akron recibió 12 de los 14 votos, mientras que Shai Gilgeous-Alexander y Jayson Tatum se llevaron uno cada uno, al término de un encuentro en el que las veteranas leyendas de la NBA fueron mucho más sólidas que sus rivales extranjeros. Pese a los esfuerzos del francés Victor Wembanyama, que acabó derrengado, y los 8 puntos del dominicano-estadounidense Karl-Anthony Towns, pesó más el carácter competitivo de las viejas glorias en un encuentro en el que resultaron determinantes los 12 puntos que encestó Curry y que le permitieron adjudicarse su segundo MVP en la que fue un undécima participación en un All-Star.

«Necesitábamos cambiar, darle nueva vida al formato, hacer algo inesperado», reseñó Curry al término de un evento para el que fue baja de última hora LeBron James. Unas inoportunas molestias en el tobillo privaron al astro de los Lakers de disputar el All-Star tras 21 presencias consecutivas, lo que no impidió que el equipo de Shaquille O'Neal se llevase la gloria en una disputa en la que no había tiempo reglamentario ni tiempos muertos.

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El objetivo era acabar con esa imagen de abandono del esfuerzo defensivo que había acompañado a los últimos partidos de las estrellas y, al menos en lo tocante a ese asunto, sí hubo una cierta mejoría. Sin embargo, el espectáculo se prolongó durante más de tres horas incluyendo las dos semifinales y la final debido a los interminables parones publicitarios, lo que suscitó las críticas de jugadores como Trae Young.

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