Svetislav Pesic, en el centro, celebra el bronce en París con sus jugadores y cuerpo técnico. afp

El último servicio del coach Pesic

El maestro de Novi Sad, que hizo soñar al Valencia Basket con la Euroliga en 2011, consigue a sus 74 años el bronce olímpico con Serbia. El mentor de la última gran Yugoslavia siempre veló porque sus jugadores no olvidaran que un día fueron el mejor equipo del mundo

Sábado, 10 de agosto 2024, 14:44

«Nunca olvidéis lo que hemos logrado juntos». La historia de Svetislav Pesic y la postal que mandó para felicitar la Navidad a los jugadores de unos de los mejores equipos de la historia del baloncesto es de las más emocionantes para todos los amantes de la pelota naranja. Enseguida volveremos a ella. Ese mismo entrenador, a sus 74 años, tenía un último sueño, un último servicio al deporte que se lo ha dado todo; ganar una medalla olímpica con Serbia. Ha cumplido su misión, tras la victoria en la lucha por el bronce en París 2024 contra Alemania (83-93) con un triple doble de Nikola Jokic, que firmó 19 puntos, 12 rebotes y 11 asistencias para asegurar a su país el metal. El coach que hizo soñar al Valencia Basket con la Euroliga en 2011, rozando la Final Four de Barcelona, ya sabía lo que era ganar dos oros como seleccionador, aún con la denominación de Yugoslavia pese a que la selección ya contaba sólo con serbios y montenegrinos, en el Eurobasket de 2001 y el Mundial de 2002, donde España logró una victoria histórica contra Estados Unidos. Ya tiene una medalla olímpica, para celebrar el próximo 28 de agosto su 75 cumpleaños. Junto a él, como parte del cuerpo técnico, también ha ganado el bronce Marko Marinovic, el base que se dejó un diente en el título de la Eurocup como taronja en 2010, y el exjugador del Valencia Basket, Vanja Marinkovic.

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Volvamos a la postal. El 5 de agosto de 1987, en el Mundial Junior de Bormio, Yugoslavia sometió en la final a Estados Unidos por 86-76 para llevarse el oro. Fue la segunda vez en el campeonato, puesto que en la fase previa ya le habían endosado un 110-95 a un equipo con futuras estrellas de la NBA como Gary Payton o Larry Johnson. En esa primera victoria, Toni Kukoc anotó 37 puntos (incluyendo un 11 de 12 en triples) y 22 Nebojsa Ilic... que en 2024 también forma parte del cuerpo técnico de Serbia que se ha colgado el bronce en los Juegos de París este sábado. Aquella Yugoslavia que se proclamó como mejor selección junior del planeta a Pavicevic, Kukoc, Pecarski, Alibegovic, Djordjevic, Avdic, Vlade Divac, Dino Radja o Slavisa Koprivica. Muchos de ellos, fueron campeones del Mundo absolutos en Argentina 1990, unos de los últimos torneos para la Yugoslavia unificada y que vivió aquel dramático incidente entre Petrovic y Divac, con una bandera croata por medio, que simbolizó la ruptura, con la guerra civil ya abriendo heridas, de un grupo icónico.

Unos años después, ya como seleccionador de Alemania, Pesic consiguió una fotografía del periodista gráfico Miguel Ángel Forniés, de Badalona, para felicitar la Navidad a aquellos juniors de Bormio. En ella, todos estaban celebrando en el parquet del Palazzo Pentágono el oro de aquel Mundial de 1987 sin imaginar lo que tristemente iba a suceder poco tiempo después. «Nunca olvidéis lo que hemos logrado juntos», escribió el coach Pesic, de su puño y letra, en el dorso todas las copias que convirtió en postales y que envió a aquellos jugadores. El maestro de Novi Sad siempre fue el que más intentó volver a unir a aquel equipo, como rememoró en su momento en Valencia junto a su amigo, el también maestro Miki Vukovic. Durante años, Pesic intentó por todos los medios volver a reunir a todos aquellos jugadores. Sin éxito. Lo único que consiguió, tras la muerte de Drazen Petrovic en un accidente de tráfico, fue que en el Eurobasket de 1995 en Atenas, al comenzar la concentración, el serbio Divac tuviera un breve encuentro en el hotel de los equipos junto a los croatas Kukoc y Radja. Pocos años después, desistió aunque en 2024 sí que puede decir, con orgullo, que aquellas heridas fueron cicatrizando. Aquella memoria de Bormio volvió el abrazo a Ilic este sábado en París. Una medalla de bronce como símbolo de homenaje para una generación irrepetible.

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