Vega Gimeno y Sandra Ygueravide, del patio del colegio a ser olímpicas

Ambas veteranas en el deporte de la canasta, tienen mucho más en común que debutar como olímpicas en París. Las dos valencianas se hallan cerca del fin de sus carreras –Ygueravide seguirá al menos un año más, pues tiene contrato con el Spar Girona, pero Gimeno ya se ha retirado del baloncesto a 5– que empezó, como el 3x3, en el patio del colegio. En su caso, en las extraescolares que generalizaron en la etapa de la EGB y que estaban plenamente implantadas cuando se pasó a la etapa de Primaria. Sandra Ygueravide forma parte de las generaciones que inauguraron la organización académica que ahora está en vigor.

«Yo hacía tenis, natación... en mi familia decían que era muy deportista, así que tenía claro que iba a hacer algo en el cole. Todas mis amigas se apuntaron a baloncesto, así que yo también», recuerda Igueravide, cuyo origen está en el colegio Sagrado Corazón de Godella. A los 14 años se marchó a Barcelona y estuvo jugando hasta los 18 en la residencia Joaquín Blume.

Vega Gimeno forma parte de una de las canteras de baloncesto de Valencia, el colegio El Pilar. «Es ahí donde me engancho, a los 9 años, con las amigas. Luego paso a la escuela del Ros Casares, pero cuando ya era cadete», precisa. Una y otra jugadora han tenido una extensa carrera en el deporte de la canasta, pero curiosamente no han formado parte de ninguno de los proyectos de élite de la ciudad, ni del propio Ros Casares ni del Valencia Basket. Gimeno, precisamente, se retiró en la Fonteta, pero como jugadora del Casademont Zaragoza y tras perder en el play-off de la Liga Femenina de la recién concluida temporada.

Sus extensas carreras van a tener la guinda en París, pero no en el baloncesto a 5, sino en esta peculiar modalidad del 3x3. «Todos los deportistas soñamos con ir a unos Juegos, pero conforme se iba desarrollando mi carrera no creí que fuera posible. Sin embargo, cuando hicieron esta modalidad olímpica pensé: '¡Ostras!'», relata Vega Gimeno. «A mí me pasó un poco lo mismo», subraya Sandra Ygueravide.

Gimeno recuerda cuándo la reclutó la seleccionadora, Ana Junyer. «Fue para los Juegos Europeos de Bakú, que logramos el bronce y ya me encantó. ¿Que por qué me eligieron? Es una disciplina que necesita gente polivalente, y yo creo que soy mentalmente fuerte y competitiva», señala. «Nosotras pienso que hemos ido creciendo en nuestro 3x3 con la misma disciplina, que ha evolucionado de lo que conocíamos antes como el 'streetball'», precisa Sandra Ygueravide. Pero sobre todo lo que ha germinado es una conexión entre todo el equipo, y especialmente entre las dos valencianas: «Desde el primer día conectamos y ahora somos amigas hasta la muerte, hemos creado ese vínculo».

A París van sin complejos, con el trabajo hecho después de clasificarse con una canasta inverosímil que se hizo viral por internet. «Tuvimos esa suerte, justo lo contrario que nos pasó en la clasificación para los Juegos de Tokio», recuerda Gimeno. Tienen el diploma olímpico asegurado, pues a París van ocho selecciones, que se enfrentarán entre sí. En una modalidad trepidante, con partidos cortos en los que si se alcanza la puntuación de 21 se gana, puede suceder cualquier cosa: desde acabar últimas hasta colgarse el oro.

«Sería una guinda ideal», afirma Gimeno, que tiene clarísimo que se retira tras los Juegos: «Bueno, en verano aún tenemos el Europeo. «Antes de Tokio ya se decía que casi era más difícil clasificarse que la medalla olímpica», señala Sandra Ygueravide. Sería el colofón perfecto para dos carreras que comenzaron en el patio del colegio.