El Canyamelar ya respira. Un mecenas ha salado la deuda de 11.000 euros que mantenía el club con la Federación Española al no poder asumir el pago a los árbitros en los partidos disputados como local. Como sanción, el duelo de la semana pasada con el Rocasa se le dio por perdido por 0-10. De esta forma, el conjunto valenciano podrá disputar con normalidad los próximos encuentros en casa y luchar por la permanencia en la Liga Guerreras.
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La Federación tiene previsto oficializar hoy la retirada de la sanción. Desde que fue notificada la deuda, el Canyamelar comenzó a llamar a la puerta de Administraciones Públicas, empresas privadas y bancos con tal de obtener los 11.000 euros necesarios para poder disputar los partidos en casa, aunque la solución no llegó a tiempo para poder medirse al Rocasa. El club valenciano lamenta los retrasos de las ayudas públicas y reclama cerca de 70.000 euros en concepto de subvenciones de la Generalitat, la Diputación y el Ayuntamiento. Finalmente, la inyección económica ha llegado a través de un mecenas que ha adelantado el dinero que hacía falta para saldar la deuda con la Federación y pagar parte de las dietas que se debe a las jugadoras.
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