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El fútbol se entiende desde otra perspectiva, más pura y sin artificios, si lo cuentan jugadores como Carlos Soler. A este centrocampista que aspira a ser total y ahora se siente casi extremo por obra y gracia de Marcelino la vida le sonríe. «Soy un privilegiado», concede. El niño que pedía autógrafos a los jugadores del Valencia es protagonista en un equipo de récord. Las fotos se las piden a él, pieza clave en este nuevo proyecto y símbolo para una afición necesitada de referentes. El punzante dolor que padece en el tobillo le ha dejado fuera en los últimos compases de 2017, pero el nuevo año se presenta poderoso: por un Valencia que huele a Champions y la sub-21, donde Soler llegó para quedarse a la espera del sueño de la absoluta.
-Ha pasado poco más de un año desde que empezó todo, desde aquel debut en Anoeta. ¿Le ha dado tiempo a asimilarlo?
-Va todo muy rápido y no he tenido tiempo para pensarlo porque incluso en vacaciones me fui con la selección. Ojalá tenga una carrera larga y me de cuenta dentro de unos años. Mis amigos alucinan y me dicen: 'no te das cuenta de lo afortunado que eres, siempre has soñado con esto y nosotros también. Y tú estás ahí, jugando'. Me acuerdo como si fuera ayer de Anoeta y ha sido un año, para mí, brutal.
-Ya ha llegado a los cincuenta partidos con el primer equipo.
-Hace poco miré estadísticas y vi que desde el día que me expulsaron contra el Eibar (la pasada temporada) había jugado todos los partidos menos el del Betis. Alucinaba. Este último de Eibar -16 de diciembre- era el primero que paraba por 'algo'. No era consciente de eso. Mi hermano, mis padres, mis abuelos y mis amigos saben que soy valencianista de siempre y ya llevo un año con el primer equipo. Mis amigos me dicen que parece que lleve cuatro o cinco. Hay que disfrutarlo porque la carrera de futbolista es corta.
-¿En qué cambió su día a día?
-A mí personalmente no me ha cambiado. Vas por la calle o a restaurantes y te reconocen, te piden fotos, pero yo de pequeño era así, me gustaba. Veía a un jugador y me apetecía ir, pedir fotos, autógrafos... Ahora que estoy ahí es bonito que la gente te reconozca, te de palabras de ánimo, te vean y digan: 'gracias' o 'suerte' o 'gracias por lo que estáis haciendo'. Como valencianista, alucino con la gente que le gusta tanto el Valencia y vive tanto el equipo que si pierde está triste el fin de semana. O si gana, está feliz. A mí me pasaba igual, llegaba al colegio y si había perdido el Valencia me vacilaban (ríe). Lo que gusta es que la gente esté contigo y disfrute del club y del equipo.
-¿Tiene más 'amigos' desde que llegó a la élite?
-No, no. Yo sé los amigos que tengo y son los que siempre han estado ahí. Gente que ahora viene y puede hacerlo por interés, pues yo la trato con normalidad. Sé los amigos que tengo y la gente que me quiere y son los que estarán siempre. Cuando las cosas estén mal sé quién estará y quién no. Es lo que realmente importa.
-¿Con qué momento se queda?
-Me gustaría repetir todos los fines de semana el día del Celta. Es el único gol que he marcado en Mestalla, y mira que he jugado partidos (ríe). Significó ganar y es especial. Hay muchas veces que veo resúmenes del partido o entero, que lo he hecho un par de veces. El día del partido ante el Celta, la noche anterior me lo puse para ver el resumen y a ver si podía motivarme. Me quedaría con ese, aunque me acuerdo del partido contra el Villarreal, que empezaba a jugar, llevaba dos partidos, marqué y el equipo estuvo muy bien...
-Y marcar un gol en el Santiago Bernabéu rodeado de canteranos, ¿cuánto de especial tiene?
-Es lo que digo de que no te da tiempo a pararte a pensar. Me acuerdo que Lato me dio el balón y lo celebré con ellos, con Lato y con José (Gayà). Hay veces que algún amigo me pide una dedicatoria y no me acuerdo (ríe). Espero repetir ese gol unas cuantas veces esta misma temporada.
-¿Y al revés? ¿Ha habido algún momento que se haya relajado o haya pensando que debió dar más?
-El peor momento fue la expulsión contra el Eibar, lo pasé muy mal. Pero eso también me ha ayudado porque esas cosas te enseñan. Relajarme no, porque al final lo que has hecho atrás puede quedarse, pero el fútbol es el día a día y si un fin de semana juegas mal puede que al siguiente no estés. No te puedes relajar aunque es cierto que no puedes estar siempre al cien por cien en el pase o en el tiro. Somos personas.
-Cuando uno se acostumbra a ser titular, ¿se pierde el nerviosismo cuando el entrenador, antes del partido, da la charla y ofrece el once?
-El gusanillo siempre está. Cuando el míster pasa por tu posición siempre esperas que diga tu nombre porque aquí hay muy buenos jugadores. Es verdad que he jugado mucho, pero siempre está el hecho de intentar ganártelo una semana más para que sobre todo el míster confíe en ti. Si confía en ti, vas a dar un rendimiento superior. Cuando confías en ti mismo y el míster también, creo que das más incluso de lo que eres. Y los fines de semana siempre estás con el gusanillo de si estarás en el once.
-¿Cómo es Marcelino en el vestuario, con el grupo?
-Es muy buen tío. Siempre está activo, igual por la mañana estamos desayunando y llega siempre con una sonrisa. Si tiene un momento libre, te da una charla o te dice algo para mejorar. Es ordenado y está siempre feliz, nos anima, es competitivo y le gusta entrenar fuerte. Le gusta mejorar siempre porque si no se va jodido a casa, seguro. Y una cosa más, le encanta el fútbol.
-Es buen motivador.
-Es muy cercano al jugador y está pendiente de todos, da igual si eres titular o suplente. Me parece que su fichaje fue muy acertado.
-Dígame la verdad, ¿en la plantilla han hablado de que hay posibilidades, aunque sean remotas, de ganar la Liga?
-Es normal que desde fuera se hable. Si el equipo se pone a un punto del líder, es lógico que se hable de que el Valencia puede ganar la Liga. Sinceramente, dentro del vestuario yo nunca he escuchado nada de que vamos a ganar la Liga. Si llegas a la recta final cerca del líder, pues obviamente vas a ir a por la Liga, pero ahora mismo sabemos que es muy complicado. Es el Barcelona, es el Madrid, es el Atlético... Nosotros somos el Valencia, un gran club, pero hay que mirar de dónde venimos. Estamos muy bien, pero lo que hay que hacer es mirar al próximo partido. Si tú has ganado ocho, llega el fin de semana y en vez de pensar en el partido, miras a largo plazo...
-Acabar en Champions sería un éxito rotundo.
-Claro. Cuando estás arriba en la clasificación es normal que se hable de Liga, pero a principio de temporada se habrían conformado con la Europa League. Ahora ya no.
-¿Se está acostumbrando tanto a la banda que se le olvidará jugar en el centro del campo?
-(Ríe) Me veo ya. Ahora me dicen, ¿de qué juegas? Y digo: de banda. En la sub-21 el míster me dijo que pensaba que este año en el Valencia jugaría en la banda y que él me pondría allí porque cree, igual que Marcelino, que puedo darle al equipo una cosa que es buena. Y ahí estoy, llevo muchos partidos en banda y en medio sólo he jugado dos, contra el Athletic y el Alavés. No creo que se me olvide jugar en el centro porque es algo que llevo dentro. Veremos qué pasa en el futuro, si tengo que jugar ahí o de central (ríe).
-¿Y lo echa de menos?
-No, porque al final lo que el jugador quiere es jugar y creo que soy un privilegiado. Encima juego en el Valencia, muchos minutos, y jugar en esa posición creo que es bueno para mí porque puedo mejorar otras facetas que pensaba no mejoraría jugando en el centro del campo.
-¿Cuándo le va a dejar lanzar una falta Parejo?
-El otro día se lo estuve comentando de broma. Golpea de lujo. Algún día si me encuentro con mucha mucha confianza, se lo diré. Si la tira él seguro que va a llevar peligro porque le pega muy bien. Yo no sé pegarle así, tengo otro golpeo.
-Para alguien joven y tan futbolero como usted, ¿es difícil olvidar contra quién está jugando cuándo se enfrenta a los mejores equipos de la Liga?
-Te olvidas. Este año jugué en el Bernabéu y durante el partido juegas y no dices: 'vaya, voy a regatear a Modric o voy contra Marcelo'. Luego te ves en las fotos, juegas al FIFA con ellos y ahora contra ellos. Es verdad que juegas contra los mejores del mundo, pero ahora compartimos la misma profesión. Sólo eso.
-Del Valencia, ¿quién le ha sorprendido?
-Dani -Parejo-. Además de jugar en el centro, me gusta mucho cómo juega. Intento aprender siempre de él. La pausa que le da al equipo, que igual hay gente que considera que para el partido o es lento. Hay muchas veces que el partido lo necesita y él es el único que le puede dar pausa. Dentro del campo tiene que haber alguien que piense por los demás y él es el cerebro.
-Ha sufrido mucho...
-Antes puede que hubiera gente que no le gustaba cómo jugaba, pero es que les pasa incluso a Ronaldo o Messi. Ha pasado momentos jodidos, él lo ha dicho, pero ahora ya se ve cómo está. Dani está al cien por cien, es el capitán y estamos con él.
-Dígame que le sugieren estos nombres: Toni Lato.
-Empezamos a jugar juntos en benjamín de segundo año, con unos ocho años, y aún le aguanto todos los días (ríe). Es muy constante y todo lo que le dicen lo hace bien. En un partido, siempre es de un 7 o un 8 para arriba. Nunca tiene un partido desastre, siempre está concentrado y se ha ganado a pulso el sitio.
-Simone Zaza.
-Es un crack. Para mí, junto a Montoya, el más gracioso del equipo. Siempre están haciendo bromas. Es muy buen chaval y dentro del campo lo da todo. Está en buena racha, lleva muchos goles y ojalá que meta muchos más para ayudarnos.
-Voro.
-Cuando le veo por Paterna pienso: antes nos estaba entrenando y ahora por aquí, organizando actos, hablando con nosotros... Hablo con él porque es muy futbolero y hablamos del fin de semana, de lo que ha pasado... Me llevo muy bien con él. Ya le di las gracias porque en parte gracias a él estoy hoy aquí.
-¿El equipo necesita fichajes?
-Durante los partidos que llevamos, creo que se ha demostrado que los que hemos salido, como titulares o suplentes, hemos dado buen nivel competitivo. Hemos sufrido bajas por lesión y es normal que se hable de fichajes o de que la plantilla es corta. Pienso que con los jugadores que tenemos hay mucha competencia y si hay algún fichaje será para ayudar al equipo y será bienvenido.
-¿Cuándo lee el interés de equipos grandes, le cuesta mantener los pies en el suelo?
-Obviamente algunas veces he leído cosas de este tipo, pero lo que es interés, yo no sé nada. Cuando tuve el momento de renovar con el Valencia, sabía lo que quería. Hablé con mi representante, con mi familia, y quería quedarme. No todo el mundo puede quedarse en el sitio del que es, del equipo del que ha sido siempre. Por eso dije que me quería quedar. El club me hizo un contrato de cuatro años y es increíble estar aquí. Sobre mantener los pies en el suelo... Creo que siempre hay que mantenerlos porque cuando te subes un poquito siempre hay alguno que te dará un golpe y te va a hundir. Soy un privilegiado por estar aquí y defender esta camiseta. Soy feliz.
-Un deseo para 2018.
-Salud, lo primero. Para todo el equipo, que nos respeten las lesiones. Si seguimos esta marcha podemos aspirar a lo que estamos haciendo, que creo que ya es grande. Acabar la temporada en la posición en la que estamos sería muy bueno.
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