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Pablo Alcaraz
Valencia
Jueves, 7 de marzo 2024
La alargada sombra del dopaje se cierne sobre el ciclismo valenciano. El pasado sábado se celebró en Villena la cuarta etapa correspondiente a la 40 edición del Torneo Interclubs Vinalopó. Al recorrido de la jornada había inscritos un total de 182 corredores de los ... que sólo 52 entraron en meta dentro del tiempo de control. La diferencia de 130 supuestos abandonos levantó todas las sospechas justo en una jornada en la que se había filtrado que al cruzar la línea de meta se iban a realizar controles antidopaje por parte de la Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte (CELAD). Algunos componentes del pelotón denunciaron que otros «tramposos» fingieron averías mecánicas o pinchazos para justificar su retirada y no cumplir con el juego limpio.
El presidente y organizador del torneo, José Luis Sabater, lleva 16 años siendo el máximo responsable de la prueba y resume todo lo que se vivió aquel día como «la tormenta perfecta». Sabater argumenta que una grave caída, el poco tiempo permitido por las autoridades para que los últimos corredores entraran dentro del control y la dureza de la etapa fueron los motivos por los que la cifra de corredores que llegaron a la meta, dentro del lapso temporal reglamentario, fuera tan baja. La razón que aporta se basa en que el último clasificado en finalizar de manera reglamentaria la prueba lo hizo a sólo dos minutos y catorce segundos del primer clasificado del día: «Si Tráfico hubiese ampliado el plazo de entrada, hubiesen llegado muchos más ciclistas dentro de tiempo», subraya.
«No hubo 130 corredores que abandonaran por miedo al control antidopaje. No deben pagar justos por pecadores y debe respetarse la presunción de inocencia», comenta el organizador del Torneo Interclubs Vinalopó que se muestra favorable a que se hagan este tipo de controles. A su vez, Sabater lamenta que se hayan generalizado las acusaciones antideportivas a participantes inocentes que o bien acabaron fuera de tiempo o tuvieron que ser hospitalizados como consecuencia de la caída.
Álvaro Marzá, ciclista del equipo Grupo Nexta, es el segundo clasificado de la prueba, está a 21 segundos del líder, y corrobora la versión aportada por la organización a la que este corredor define como «espectacular». Aquel día tuvo que someterse al test antidoping nada más cruzar la línea de meta. Él no estaba al tanto de la presencia de los comisarios de la CELAD ya que, en un principio, su presencia no era conocida por parte del pelotón. Así, con discreción, es como este organismo opera normalmente para velar por la integridad y el juego limpio sobre las dos ruedas. Sin embargo, algo falló aquella jornada puesto que hubo gente que abandonó antes de acabar para evitar el examen de los comisarios.
Marzá explica que la subida al puerto de Biar, en el kilómetro diez de la etapa, «fue muy rápida y, a esa altura, ya sólo quedaban 50 corredores en el pelotón». Dato que, según este corredor, pone de relevancia la exigencia del la ruta del día: «Tenían que haber ampliado el tiempo en meta», denuncia. También explica que hubo un accidente con el guardarrail de la carretera que separa las localidades de Villena y La Cañada, a pocos kilómetros de la meta que estaba situada en la capital del Alto Vinalopó. El segundo clasificado del Torneo Interclubs Vinalopó añade que es una carrera a la que se apuntan ciclistas de muchas categorías que tienen diferentes ritmos, tiempos y maneras de correr distintas. Ese sería otro posible factor que explicaría la poca cantidad de ciclistas que finalizaron a tiempo el recorrido de la jornada.
José Luis Sabater relata la cronología de este suceso. El jueves pasado, sobre las 18:30 y mientras recogía la indumentaria para los participantes, recibió la llamada de la Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte. En la conversación, los comisarios le explicaron los requisitos que querían para poder llevar a cabo su labor una vez los ciclistas cruzaran la meta de la etapa el sábado: necesitaban personal y un espacio en condiciones. Sin embargo, y según apuntan testimonios de ciclistas y miembros de la organización, un aviso fruto de una filtración puso en alerta a algunos corredores que querían eludir los controles.
Este sábado el Torneo Interclubs Vinalopó vuelve a rodar desde Elda para disputar su penúltima etapa. Marzá reconoce que hay un cierto malestar entre los ciclistas de la carrera debido a que «es vox pópuli que un grupo minoritario siempre evita pasar los tests». «Se sabe que esto pasa, pero no podemos acusar directamente a nadie», declara el ciclista. Su teoría es que se hizo un uso indebido de los pinganillos o los garmin porque, a través de esta tecnología, se avisó a tiempo a los supuestos infractores de la normativa.
El Torneo Interclubs Vinalopó es una de las pruebas sociales abiertas más conocidas y reconocidas dado que es la competición de este calado más antigua celebrada en España. En ella pueden participar ciclistas de entre 17 y 60 años entre las categorías Junior, Élite/Sub-23, Master 30, Master 40, Master 50 y Master 60 durante algunos fines de semana de invierno en diversos municipios de la provincia de Alicante.
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