Un usuario elige bicicleta en la tienda 'The Bike Run'. I. MARSILLA

La mejor bicicleta para moverse por Valencia

La capital del Turia, junto a Barcelona y Sevilla, lidera el auge de la movilidad a pedales. Expertos en estevehículo aconsejan a la hora de elegirlo y sobre sus cuidados

Viernes, 24 de febrero 2023

Valencia lidera la nueva movilidad en España, una que va encaminada a reducir el uso del coche en las ciudades y a fomentar otros vehículos no traccionados con hidrocarburos, como la bicicleta. Precisamente, la capital del Turia, junto a Barcelona y Sevilla, lidera el auge ... de los pedales en España. Los ciudadanos aún tienen sus reticencias: los peligros de convivir con otros vehículos más robustos, la falta de costumbre y, curiosamente en Valencia, el miedo a sufrir robos. Pero esto no ha impedido que, según datos del último Barómetro de la Bicicleta (julio de 2022), este método de desplazamiento haya pasado del 52,9% en 2008 hasta el 57,1% en el momento de realizarse la encuesta.

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Hombre, menor de 40 años y con cierta formación. Ese es aún el perfil más habitual entre los usuarios de la bicicleta. La brecha de género, no obstante, se ha reducido en el mismo periodo en algo más de dos puntos, del 17,7 al 15,6. Cada vez hay más gente pedaleando sobre dos ruedas por las calles y, por lo tanto, más personas que se hacen preguntas sencillas pero, al mismo tiempo, complejas: ¿Y cuál es la mejor bicicleta para moverme por la ciudad? ¿Cuánto debo gastarme? O ¿qué mantenimiento mínimo debo realizar para que me dure más tiempo sin averías?

Víctor Hernández y el mecánico Daniel Marín reciben a LAS PROVINCIAS en la tienda 'The bike run', en la avenida de Aragón, para tratar de resolver esas dudas. O al menos, para dar unas pequeñas directrices para que la experiencia de un novato en esto de moverse en bicicleta vaya, desde el primer momento, sobre ruedas.

¿Qué detalles debo tener en cuenta para elegir la bicicleta?

Vale. Ya has pasado la etapa de 'Valenbici'. Esa de sacarte la tarjeta, tener un tiempo limitado y, sobre todo, conducir una bicicleta robusta, sí, pero al mismo tiempo demasiado pesada. ¿Qué bicicleta debo comprar si mi objetivo es desplazarme por la ciudad? «Las bicicletas van por tallas, en función de la estatura del cliente. Nosotros recomendamos, en la medida de las posibilidades económicas de cada persona, invertir más en el cuadro. Hay gamas de aluminio de 1.200 euros e igual por 1.400 tienes una de carbono. Pues por esos 200 euros puede que merezca la pena, porque luego los componentes se los puedes ir añadiendo», explica Daniel Marín.

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Pero, ¿realmente vale la pena gastar dinero en una bici de carbono para ir a entrenar? Pues depende. El mecánico pone dos ejemplos claros de una persona que, por salud, debe invertir en un buen vehículo a pedales. En la montaña se usa mayoritariamente carbono, porque flexa y absorbe mejor los impactos. El aluminio, no. «Pues un repartidor de Glovo, por ejemplo, que se pasa la jornada dando vueltas por Valencia, puede acabar haciendo 60 o 100 kilómetros en un día. Y eso repercute en la espalda y en las piernas», señala Daniel Marín. O una persona con sobrepeso, o con problemas en la columna, como hernias: «A ese cliente le diremos que elija una con doble suspensión, que puede reducir sobre un 20% el impacto, y desde luego una bicicleta de montaña, porque la rueda es más ancha.

En cuanto a los pequeños detalles... ¿y el sillín? Pues no es lo mismo un deportista -sea de élite o popular- que va a usar el vehículo para entrenar que una persona que va a utilizarla para ir al trabajo o hacer recados. «La gente no suele estar acostumbrada a rodar 4 o 5 horas seguidas y quiere más comodidad, así que suelen decantarse por lo que llamamos sillín de 'culo gordo', que tienen más gel», comenta el mecánico.

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Los pedales también pueden elegirse y la recomendación pasa por uno suficientemente ancho para poder apoyar con comodidad la zapatilla y con rugosidades que dificulte que se produzcan resbalones a la hora de accionar la transmisión.

La elección

Vale pero, llegados a este punto… ¿Qué tipo de bicicleta es la más recomendable para desplazarse por una ciudad como Valencia? Según los datos del Barómetro, la más empleada sigue siendo la BTT, con un 58,2%. Después, las urbanas donde hay un casi anecdótico 1,4% en vehículos familiares y de carga; un 4,5% plegables, y un 32,9% de híbridas. Y sí, por ahí van los tiros.

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«Cuando empezó la pandemia, mucha gente salió de los gimnasios y del pádel y se pasó al deporte outdoor. La gente vino a por una bici, o a reparar la que tenían años olvidada. Se vendió muy bien una gama relativamente económica, entre 500 y 1.000 euros. Ahora el mercado está un poco saturado. Habrá muchas que se han quedado en el trastero o que se ofrezcan en webs de venta de segunda mano», diagnostica así, de forma rápida, Víctor Hernández.

«Se ha notado el incremento de mercado de la bici plegable y en la eléctrica», comenta. Pero ellos se decantan, para el uso en ciudad, por la bicicleta híbrida: «Hay un modelo, además de marca española, que sale muy bien de precio, por menos de 300 euros y que es perfecta para desplazarse por Valencia: la Megamo Trivia».

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¿Y por qué es preferible una bicicleta híbrida para el usuario medio? «Como su nombre indica, está entre la de ciudad y la de montaña. Tiene la rueda un poco más estrecha y algo más grande que la de montaña. Te facilitan mantenerte a una velocidad estable y al ser más fina, aplicándole menos fuerza avanzas más», señala Daniel Marín.

En torno al 99% tienen un cuadro de aluminio, aunque por detalles de salud como se ha comentado anteriormente puede usarse uno de carbono, cuya utilización está generalizada en competición. El manillar suele ser plano como en las bicicletas de montaña, aunque algunas de paseo lo tienen ergonómico. En cuanto a los frenos -ojo, uno de los principales detalles a tener en cuenta a la hora del mantenimiento-, la bici híbrida habitualmente lo tienen de disco. «Aunque para ir por la ciudad, vale el de zapata de toda la vida», precisa Daniel Marín.

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Los cuidados de la bicicleta

Productos hay muchos, con un amplio mercado para los más minuciosos, pero el mecánico va a ofrecer unos pequeños detalles para alargar la vida de la bicicleta. Es más, se muestra entusiasmado de participar en este reportaje: «¡Es que normalmente cuando la gente viene es porque se le ha roto algo!». Y no, como un coche o una moto, o el vehículo que sea, la bicicleta necesita su mantenimiento.

«Hay que engrasar la cadena, y el 90% de los usuarios no lo hacen», señala Daniel Marín. Un bote cuesta en una tienda especializada entre 5 y 6 euros, y habría que hacerlo una vez por semana: «La transmisión es lo que más se desgasta». También se recomienda lavar cada cierto tiempo la bicicleta para que no se le vaya acumulando esa especie de pasta negra que genera la grasa que hay en las ciudades: «Te cuesta un euro o dos. Lo ideal es limpiarla y entonces aplicarle un chorrito de aceite, la cadena va a trabajar más fluida». Para quienes salen habitualmente a rodar por la montaña, saben que eso de lavar la bicicleta cada semana es prácticamente un mandamiento.

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Taller de reparaciones de 'The Bike Run', tienda de bicicletas de Valencia. I. MARSILLA

Otro detalle a no descuidar es el de los frenos. «Las zapatas cuestan unos diez euros en cualquier tienda y te duran dos o tres años», indica Daniel Marín. El tiempo de uso depende de si se frena mucho o no, como es lógico. Por ejemplo, quien rueda en el río lo usa menos, pero quien va por toda la ciudad sí que acciona más los frenos. El problema de cuando se desgasta la zapata es que se frena con la base de hierro sobre la llanta. «El efecto es como un abrelatas, te la cargas», avisa Daniel Marín.

Y luego están las revisiones. El mecánico recomienda distingue entre dos tipos: una más básica y otra más completa, en la que el especialista desmonta el vehículo totalmente y comprueba que los componentes estén bien. La ITV de la bicicleta, vamos: «Yo recomiendo al menos una de cada al año. Si empezamos en enero con una a fondo, pasarse por la tienda en junio o así para revisar que todo está correcto».

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Por último, hay que tener en cuenta la presión de los neumáticos, algo que también es barato: «Nosotros tenemos en la puerta un bombín gratuito, y por eso no te van a cobrar nada en ningún sitio». «En montaña se recomienda una presión de 1,8, y en ciudad 1,6. En bicicletas híbridas puedes meter hasta 3. Si las ruedas están más hinchadas, se hunden menos y la bicicleta corre más», comenta Daniel Marín, que cuenta anécdotas de clientes que les se quejaban de que el vehículo les pesaba y resulta que tenían las ruedas 'en el suelo'.

El gran problema de Valencia para ser ciclista

Ya hemos comentado que Valencia, junto a Sevilla y Barcelona, es la ciudad donde más se está fomentando el desplazamiento a pedales. Pero aún queda camino por recorrer. Según el Barómetro de la Bicicleta, los usuarios aún se quejan de la inseguridad o de la falta de carriles específicos en algunos puntos de la ciudades. En la encuesta realizada a 2.000 personas de toda España aparece, curiosamente, un problema que no se destaca tanto en otras grandes urbes españolas: los robos.

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Es con diferencia la ciudad, de las siete en las que se realiza el estudio, donde más personas ponen este inconveniente al uso diario de la bicicleta como medio de locomoción.

«En Suiza se venden muchas de una marca que es BMC, que las híbridas pueden estar por los 1.000 euros. Aquí es impensable que la gente se gaste eso, porque te la roban», comenta Víctor Hernández, que añade: «Y es lamentable que pienses en eso a la hora de adquirir una bicicleta». Existen seguros, pero vinculados a que el usuario utilice un candado homologado. «Son productos que deben tener unas certificaciones específicas… pero el problema es que para demostrar que te la han robado y estaba atada, las compañías te piden el candado roto… y si se lo han llevado con la bici, ¿cómo lo demuestras? No tienes unas garantías totales», argumenta Víctor Hernández.

Junto a este problema está el de los aparcamientos. Valencia fomenta el uso de la bicicleta y ha reducido los espacios para estacionar otros vehículos, sobre todo los coches. Pero, ¿ha habilitado lugares para dejar las bicicletas? La respuesta es que no los suficientes. «Yo por ejemplo solicité al Ayuntamiento que me pusieran y generaron un par. Sigues viendo bicicletas atadas a farolas o, en algunos aparcamientos, entre ellas», señala Víctor Hernández. Se ha avanzado mucho pero, como se ve, para que el uso de la bici sea generalizado en las ciudades españolas queda mucho camino por andar… o por pedalear.

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