Pogacar da el zarpazo definitivo a la Volta en Bernia

Tadej Pogacar no especula. No ha aprendido aún a sus 21 años. La joven estrella eslovena ha atacado en las primeras rampas duras del ascenso a la sierra de Bernia, la ascensión a meta de la etapa reina de la Volata a la Comunitat Gran Premi Banc de Sabadell. Nadie le ha podido seguir. Ni Poels, que se preparaba para lanzar el cambio de ritmo, ni el líder Jack Haig, ni Valverde o Rubén Fernández.

El ganador en la Bola de Cullera, el aperitivo a este descomunal final de etapa en el interior de Altea, ha demostrado que es el hombre más en forma de esta Volta. Ha sabido mantener el ritmo en los tres kilómetros que le restaban hasta la meta, mientras el resto de rivales no han podido cazarle.

Daniel Martin ha tratado de acelerar la marcha a dos kilómetros de la llegada, pero Pogacar no se ha descompuesto. Sentado en el sillín de su bicicleta, el esloveno ha mantenido su ritmo constante, asfixiante para quienes osaban acelerar para echarle el lazo.

Cuando apenas quedaban 500 metros y el asfalto ha pasado a ser de hormigón, Pogacar ya se sabía ganador. Ha tenido que mantener la marcha. Porque andaba ya asfixiado camino de la cumbre de Bernia y porque Poels ha realizado un último intento desesperado de cazarle. Apenas ha podido alzar un brazo al viento, celebrando su segunda victoria de la temporada, la décima en su temporada y un mes como ciclista profesional.

Este domingo, entre Paterna y Valencia, la victoria debe corresponder a los velocistas. En el corazón de la ciudad, sin embargo, la gloria será salvo avería inoportuna, para Tadej Pogacar, un ciclista diseñado para pelear por las grandes vueltas. El año pasado, a estas alturas, ganaba en el Algarve. Meses después subiría al podio de la Vuelta a España. Este 2020, donde irá al Tour, ha empezado triunfando en la Comunitat.