![Joan Bou | La primera pica de Joan Bou, el ermitaño de Valdelinares](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202110/16/media/cortadas/joanbou-ks4G-U1508556741082LI-1968x1216@Las%20Provincias.jpg)
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Joan Bou tiene mucho de ermitaño. Criado en la zona nueva de Campanar, hace algún tiempo decidió mudarse a Valdelinares, municipio conocido por sus pistas de esquí y que en invierno no llega al centenar de habitantes. «En Valencia tienes de todo, pero al final para ser ciclista profesional, aquí estoy mejor. Hay más terreno para entrenar y lo haces en altura. No soy el único que pasa meses por la zona», indica el joven, uno de los animadores de la última Vuelta a España, y que tiene contrato dos años más con el Euskaltel.
Se metió en tres fugas y en la que más cerca estuvo de conseguir la victoria fue en la del Alto de la Montaña de Cullera, donde Magnus Cort batió por una bicicleta a Primoz Roglic. «Me encontré cómodo en la Vuelta. Pensaba que iba a llegar bien y así ha sido. Antes en ese estado de forma estaba entre los 5 o 10 primeros, pero ahí te pasan 30 por encima. Tengo 24 años y aún voy a seguir progresando un poco en las próximas temporadas», señala el valenciano: «En el equipo estamos satisfechos. Fuimos combativos, que es lo que nos caracteriza, y nos dejamos ver». Lo dice después de haber puesto la primera pica ya que, como casi todos los ciclistas, sueña con acabar las tres grandes: «El Tour estaría bien, es la que más repercusión tiene y la que más se ve. Sería como el colofón, la carrera donde más tensión hay. Y el Giro estuve hace dos años seleccionado con el Nippo Vini Fantini, pero un mes antes me caí, me hice un corte y me tuvieron que poner 30 puntos. Si no, ya tendría dos».
Su puesto 103 en la Vuelta es el éxito de un casting familiar para elegir a qué deporte apuntaban al niño. «Yo salía a veces en bici de montaña con mis padres, pero hace 20 años no había tanta tradición de irse por ahí los fines de semana, ellos tenían otros planes», indica: «Probé fútbol, atletismo, natación... hasta que llamamos a la Federación de Ciclismo de la Comunitat y nos hablaron de la escuela que estaba formando Quique Gutiérrez, que acababa de retirarse». Corría 2011 y Joan Bou era el mayor (13 años) de seis o siete muchachos: «Ahora creo que tiene en torno a 40».
Campanar. Barrio de la residencia familiar. Nació en Valencia en enero de 1997. Empezó a salir en bicicleta con sus padres.
Quique Gutiérrez. Escuela en la que se inició en el ciclismo con 11 años.
Euskaltel. Tiene contrato 2 años más. Antes estuvo en la Fundación Contador y el Nippo italiano.
Se habla de la nueva primavera del ciclismo y Bou reconoce será complicado contar con gente con tanta clase como las generaciones de los 90 en España. Y más que el resurgir de las escuelas y el fin de los estigmas del dopaje y los accidentes, el valenciano pone el foco en otro punto: «Hace siete u ocho años desapareció el Euskaltel y sólo quedaron el Movistar y el Caja Rural en Continental. Si formas una buena base, luego necesitas equipos para que los chavales sigan compitiendo».
Él estuvo cuatro años en la Fundación de Alberto Contador, dos de juvenil y otros tantos como sub-23. En 2018 fichó por el Nippo-Vini Fantini como firme apuesta de Stefano Garzelli. «Es un corredor de gran talento: moderno, buen escalador y con una gran capacidad en contrarreloj, con posibilidad de mejora. Le conozco desde que empezó a correr a los 13 años», declaró el italiano. Allí estuvo a punto de correr el Giro y firmó por el Euskaltel cuando a escuadra transalpina desapareció.
Bou tiene una percepción de sí mismo parecida a la de Garzelli: «Más que nada soy escalador y me defiendo en el llano». Con esas características, se marca objetivos realistas de cara al futuro: «Este año me metí en tres fugas de la Vuelta y dos llegaron a meta pero, siendo honestos, en ningún momento me vi ganador. Mis compañeros de escapada tenían más capacidad. En un tiempo creo que sí podré aspirar a a alguna etapa en las tres grandes y estar entre los cinco primeros de carreras como la Volta a la Comunitat o la de Andalucía».
«Tampoco es un inconveniente», comenta Joan Bou cuando se le pregunta por la vida en Valdelinares, el municipio más alto de España, a 1.692 metros sobre el nivel del mar: «Puedes conseguir cualquier producto, pero has de hacerlo con previsión y encargarlo. Por contra, tienes terreno de sobra para entrenar». Por eso, en la localidad cuentan con vivienda otros ciclistas como los hermanos Herrada y en una localidad cercana se ha instalado Roberto Bou, de mountain bike: «La gente te reconoce, sobre todo los aficionados que vienen a hacer alguna ruta. Es fácil, porque además siempre llevo el maillot del equipo. Luego te ves las fotos en redes...».
Ahora acaba de terminar la temporada y prevé darse otra 'vuelta por España', pero esta de vacaciones. «Soy de quedarme por aquí a desconectar, es donde mejor se come», subraya Joan Bou. Con sus 1,82 metros de altura, se pone como límite los 69 kilos: «Ahora fácil cojo 7, los 70 no los he visto nunca. En Navidad ya habré perdido 4, el resto sí cuesta más», señala el valenciano, que encaró la primera carrera de tres semanas de su vida con 62,5.
Para llegar a ese punto, aún quedan muchos entrenamientos por Valdelinares. Para esta temporada, lo hará con la seguridad de tener dos años más de contrato. Ha acabado 2021 el 749 en el ránking UCI, el mejor de su carrera deportiva.
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