Ricardo Ten: «Entrenamos las mismas horas que los profesionales»

–Señor abanderado...

–¡Un flipe!

–Se le vio eufórico cuando hace unos días le confirmaron que era campeón del mundo contrarreloj. ¿Reaccionó igual cuando le comunicaron su elección como abanderado español?

–Bueno, igual no tan eufórico como en el Mundial porque allí tienes mucha adrenalina acumulada. La reacción fue más de sorpresa. Me llamó el presidente del Comité Paralímpico (Miguel Carballeda) y yo no lo entendía muy bien. Pensé que sería precisamente para felicitarme por el Mundial, pero cuando me comunicó que la comisión delegada había pensado en mí, fue una sorpresa grande.

–A ver, merecido está...

–Sí, indudablemente hay una carrera deportiva muy larga, con muchos Juegos a mis espaldas y éxitos... pero también hay otros compañeros que merecen ese reconocimiento, incluso algunos poseedores de más metales que yo. Al final es una alegría que piensen en mí para representar a los demás. Me haría feliz que se sintieran representados con dignidad.

–¿Recuerda las palabras con las que se lo comunicó?

–Eso, que estaba a punto de entrar a una reunión en la que me iba a proponer a mí y a Michelle Alonso, otra nadadora con la que he tenido la suerte de coincidir. Será un orgullo desfilar con ella.

–Cuando trasciende, ¿recuerda quién es la primera persona que le felicita?

–Enseguida empezaron a mandarme felicitaciones en todos los grupos, especialmente los más vinculados al deporte... Amistades, deportistas, compañeros que han estado en los Juegos... Ha sido un no parar entre llamadas, tuits, whats app, instagram...

–Da la sensación de que al fin el movimiento paralímpico ha adquirido una relevancia notable...

–Sí. Es un trabajo de hace muchos años y la evolución ha sido muy grande. Yo que llevo mucho tiempo, he visto esta transformación, lo que significa el deporte paralímpico para la sociedad española. Es de agradecer que tengamos ese espacio nuestro y que cada vez más gente nos reconozca como deportistas más que como discapacitados que hacen deporte, que es como yo empecé. A nivel nacional es complicado que haya reconocimiento mediático, pero sí tenemos nuestro hueco. Es de agradecer la atención, sobre todo en el entorno más cercano, y al Proyecto FER, que hace hincapié en promocionarnos. Más allá de todas las ayudas que nos brindan, la visibilidad es fundamental.

–Es cierto que cada vez son más deportistas de élite porque se han mejorado mucho las marcas, y cada vez echan más mano de la tecnología...

–Sí, es fundamental. Hoy en día para destacar necesitas dedicarte en exclusiva y tener al alcance las últimas tecnologías para mejorar en el esfuerzo y en el rendimiento. Nosotros entrenamos las mismas horas que los profesionales, a diferente ritmo porque no tenemos le mismo físico. Es un trabajo muy grande de todo el entorno, de clubes, técnicos, federaciones. Yo estoy contento y satisfecho, me ha sorprendido gratamente al cambiar de disciplina. Me he sentido respaldado y sólo me he tenido que preocupar por dar pedales y entrenar, las otras necesidades han estado cubiertas. En la selección han sido muy atentos y en el equipo (el Hyundai Koryo Car), también. He tenido compañeros que me han enseñado mucho, y al director del equipo, Pablo Estrela, muy centrado en brindarnos las oportunidades para acudir a las competiciones.

–¿Se acuerda todavía de cómo era su vida como nadador?

–Sí, bueno, yo siempre digo que nadador voy a ser toda la vida. Ahora estoy recogiendo éxitos en el ciclismo gracias a la natación. Es un deporte que exige físicamente, pero sobre todo mentalmente. Esa fortaleza que me dio la piscina ha sido clave para conseguir éxitos sobre la bicicleta.

–¿A qué va a Tokio?

–A disfrutar muchísimo. Nuestro objetivo es ser lo más competitivos posible. Queremos ganar pero nuestros rivales también. Vamos a Tokio con ese espíritu de competir y de rendir al máximo, y sobre todo a disfrutar. La clave está siendo disfrutar de todo lo que hago, del esfuerzo, y al final saldrá o no. No está todo supeditado a un resultado. Digo esto porque en mi etapa como nadador la obsesión era enfermiza. Ya no sabía cómo entrenar, qué sistema y qué material utilizar... para seguir ganándole unas centésimas al cronómetro. Ahora tengo claro que no quiero caer en la misma situación.

–¿Por eso cambió?

–Sí, yo creo que estaba muy obsesionado cuando empezaron a dejar de salir los resultados y las marcas no eran acordes con el esfuerzo que invertía. Veía que mi carrera como nadador se estaba agotando, algo normal después de 20 años compitiendo.

–¿Qué pruebas va a afrontar en los Juegos Paralímpicos?

–En pista mi prueba es la de persecución de 3 kilómetros, que además se celebra la primera, el 26 de agosto. Después estaremos en el kilómetro, que sabemos que va a estar complicado disputar la medalla, pero vamos a aprovechar el pico de forma y a tratar de hacer marca personal. Como deportista, aunque no logres podio, te marchas con el gusto de haber mejorado. Después, en la prueba de velocidad por equipos, si Félix (García Casas, el seleccionador) decide contar conmigo, yo encantado. Y luego está la carretera, la crono y la carrera en línea. Nos tendremos que adaptar a dos sedes, y ambas lejos de la villa.

–Al final supone un esfuerzo estar en la inauguración...

–Y porque cambiaron el calendario, en el primero competíamos al día siguiente. Los ciclistas dábamos por hecho que no estaríamos en la inauguración, cargando las piernas para luego tener que desplazarnos 120 kilómetros.

–¿Estará en la clausura?

–No lo sé, porque con lo del Covid-19 cuando dejas de competir tienes 48 horas para dejar la villa. Yo sí estaré casi hasta el final de los Juegos porque la última prueba es el 2 de septiembre. Con suerte acudiré a las dos ceremonias.

–¿Cuáles son sus planes hasta que lleguen los Juegos?

–Hemos estado tres semanas en el velódromo para intentar afinar y coger la forma. Se nota cuando compites en carretera, el ritmo de la pista es diferente, con más cadencia y todo eso, te cuesta. El 9 de julio iremos a Sierra Nevada hasta el 1 de agosto y el 2, con la Federación a una burbuja en Mallorca. De ahí, directos a Japón.

–Prohibido dar positivo...

–¡Sí! Es complicado y conforme se acerque el momento hay que ser más precavidos. Sabemos lo que está en juego.

–¿Y después de Tokio?

–El otro día lo hablaba, disputar estos Juegos con 46 años (los cumple en agosto) será una locura. No sé, puede que sean mis últimos. Voy a seguir mientras me sienta competitivo. Luego lo dejaré, pero para mí esto es mi vida, me apasiona. Soy consciente de que tengo una edad, cualquier percance o lesión te deja fuera totalmente fuera. Las recuperaciones son cada vez más costosas.

–Para los Juegos de París sólo quedan tres años...

–Vamos a a ver si somos capaces de llegar.

–La voluntad está...

–Sí, pero siendo conscientes de lo que he comentado antes...

–¿Ya ha pensado en cómo será el día después de retirarse?

–Sí, tengo bastantes proyectos y propuestas para seguir vinculado al deporte. Me gusta y lo más seguro es que de alguna manera intente trasladar mi experiencia a la gente que esté empezando.

–¿Cómo ve el movimiento paralímpico de cara a cuando se marchen los referentes, como usted, de tantos años?

–Sale gente nueva y con ganas. El movimiento tiene más visibilidad y hay chavales que quieren sentirse deportistas y llegar a unos Juegos. Es importante que se genere esa cuna.