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Sebastián Mora, entre la deuda del reloj y el reto del oro

Sebastián Mora, entre la deuda del reloj y el reto del oro

«Me gustaría demostrar que soy válido para la carretera, pero ahora estoy centrado en Tokio», afirma el ciclista de Vila-real sobre sus objetivos después de los Juegos

moisés rodríguez

Lunes, 16 de marzo 2020, 00:52

Sebastián Mora estaba serio en el podio de la competición de scratch. Más allá de quedarse sin un maillot arcoíris que vio al alcance de la mano, pensaba también en la deuda pendiente. «Cuando ganas un Mundial, Tissot te da un reloj y yo hace cuatro años lo regalé. Este se lo había prometido al novio de mi hermana. Me hacía ilusión, se lo debo», precisa. Familia, amigos y Vila-real. Sebastián Mora es muy de los suyos. De sus orígenes, de las personas y del lugar que le ayudaron a ser ciclista profesional.

Porque sus primeras pedaladas no fueron en un velódromo, donde a sus 32 años ha coleccionado medallas para tejer un palmarés excelso al que le falta el remate. Todo empezó en verano. "En mi casa siempre ha habido balones y bicicletas. Me encantaba desplazarme por los masets de Vila-real en una de ellas", indica: "Mi padre era ciclista máster y un día me dio por subirme a un rodillo. Me vio y me preguntó si quería competir".

La respuesta fue afirmativa y Sebastián Mora padre apuntó orgulloso a su vástago al Club Ciclista Vila-real. Cuando era cadete, alguien reclutó chavales para las modalidades de velódromo. Había que ir a Onda. Y Sebastián, que se apunta a un bombardeo, alzó de nuevo el brazo. Después, cómo no, ahí estuvo respaldándole su progenitor desde el minuto 1. "Enseguida me compró la primera bicicleta de pista", señala.

Sebastián Mora y Sebastián Mora hablan mucho de ciclismo, pero también de otras aficiones comunes. Sobre todo, de animales. "De los pinscher en miniatura que tenemos, que nunca paran, y de que algún día quiero poseer un caballo", indica. Y del pueblo ("que es ciudad"), de la familia... "Me gusta tener siempre presentes mis orígenes y saber lo que sucede. ¿Alcalde? ¡No! Es la primera vez que me lo preguntan. Prefiero colaborar en integrar en Vila-real todo lo que me ha dado el deporte", desliza.

Entre sus sacrificios está no disfrutar todo lo que querría del Villarreal CF. "Mi casa está cerca de Estadio de la Cerámica y a veces oigo los goles. Voy siempre que puedo. Me han incluido en el programa Endavant. Uso las instalaciones y me tratan como a un jugador del primer equipo", señala.

Pero todo eso es ahora secundario. Sebastián Mora vio los Juegos de Río por la tele y desde ese momento se marcó como gran reto no repetir en los de Tokio. "Es la mejor competición, ya lo viví en Londres. En 2016 sentí una envidia sana que no quería volver a experimentar en 2020. Por suerte llegamos al Mundial ya clasificados", apunta. Sí, porque detrás de su bronce en scratch y la plata en persecución se esconde el infortunio. Albert Torres, su compañero en la modalidad de madison, sufrió un espeluznante accidente hace un par de meses mientras competían en Hong Kong. Apretó los dientes para llegar lo mejor posible y dentro de esa recuperación el Movistar lo llevó al Tour de los Emiratos. Se paró la carrera por el coronavirus y al ciclista español lo dejaron salir del país a duras penas.

Llegó horas antes de competir en el Mundial con Sebastián Mora. "Da igual. El objetivo ahí era estar en la pista. El objetivo lo tenemos en verano", indica. Admite que lo primero es la salud, pero confía en que haya Juegos pese al coronavirus. "Nosotros vamos a por el oro", subraya. Está centrado en eso: "Luego quiero demostrar que soy un ciclista válido para la carretera, pero ahora todo nuestro trabajo está centrado en Tokio". En ponerle la guinda a su excelso palmarés y festejarlo con los suyos, como hace unos días celebraron el cumpleaños de su abuela Josefina.

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