J. G. PEÑA
Martes, 22 de julio 2014, 00:00
Los ciclistas se pasan la vida subiendo. Primero de categoría, luego de estatus. La mayoría toca techo mucho antes de llegar a la cima. Y cuando llegan a esa cúspide no están dispuetos a bajar ni un peldaño. Joaquim 'Purito' Rodríguez fue el año pasado el número uno del mundo. Es miembro de la élite, pero no actúa como ellos. Se adapta: ahora que tras una temporada llena de caídas no está para subir al podio, tira a por el maillot de la montaña. La capacidad de adaptación es la clave de la supervivencia.
Publicidad
-¿Se desarrolla el Tour como tenía previsto?
-No. No pensaba que iba a haber un equipo tan superior como el Astana. Tampoco pensaba que yo iba a estar tan bien en los Alpes. Mi objetivo era meterme en alguna fuga para sumar puntos de la montaña y luego brillar en los Pirineos.
-¿Ha cogido la forma antes de lo que pensaba?
-Me han ido mejor las cosas de lo previsto. Mi objetivo es el maillot de la montaña. Y sé que en las etapas de mañana y del jueves hay el doble de puntos que en el resto del Tour. Todo se jugará ahí. Yo soy hoy el líder de la montaña, pero al final puede ganar alguien que no tiene ningún punto.
-¿Cómo se ha adaptado a este nuevo papel: de luchar por la general a pelear por la montaña?
-Soy un todoterreno. Me adapto a lo que sea, al ciclismo que me toca. Cuando me caí en el Giro tuve claro que tampoco iba a estar bien en el Tour. Yo estoy dispuesto a tirar del carro, a ayudar a Kristoff a ganar el sprint, a lo que sea. El papel que estoy haciendo no me desagrada. A todos nos gusta que nos halaguen, que nos aplaudan al llegar victoriosos a la meta, pero hay más ciclismo.
-Sin embargo, cuesta ver a líderes de su nivel, como Froome, Nibali o Contador, luchar por clasificaciones secundarias.
-Eso es problema de ellos. Cada uno es como es. Para mí, toda oportunidad es buena. El maillot de la montaña del Tour ha hecho famosísima a muchísima gente, como a Richard Virenque. No es un premio pequeño como para despreciarlo. Soy un amante de este deporte. Me costará muchísimo dejarlo. Y por eso lo aprecido todo. Cada clasificación tiene su valor. Hay que brillar en lo que sea, en la general, en la montaña, en fugas o tirando del carro como el chino del Giant, el pobre, que ayuda a que Kittel gane etapas. No todo es levantar los brazos.
Publicidad
-¿Le hace una especial ilusión el maillot de lunares?
-Siempre me ha hecho mucha ilusión. Uno de los recuerdos más bonitos que tengo es el maillot de la montaña que gané en la Vuelta a España de 2005. Es un lucha divertida. El otro día, cuando iba en la fuga con Mikel Nieve, se lo comenté. Le dije que era más divertido ir escapado que en el pelotón. Tienes que pensar más, bajar al coche, escaquearte si puedes, pensar en los puntos... Lo pasas bien.
-¿Se sufre menos al no tener que ir a por la general?
-Es diferente. Es un sufrimiento físico. Llegas con las patas machacadas a la meta. En cambio, si luchas por la general tienes que estar siempre delante. En muchos momentos hay que cerrar los ojos porque piensas que va a haber una caída, pero no puedes frenar. Tienes que estar ahí por narices. No puedes permitir que te pille el toro. Al llegar al hotel te duelen las piernas, pero también el cuello, la espalda, los brazos. Es la tensión. Hay un estrés que no te deja vivir. Si no estás en ese pelea, duermes mejor, más tranquilo.
Publicidad
-¿Es angustioso el Tour?
-Es una agonía. De todas las carreras, es la que más te machaca. Te carga con muchísimo estrés. Todo el mundo tiene una misión en el pelotón. Todos quieren estar delante. Las carreteras no son autopistas...
-¿Acabar el Tour es una liberación?
-Pues yo cada vez que lo acabo me pongo enfermo. Me pega el bajón y al de dos o tres días, al hoyo.
-¿Volverá al Tour para tratar de ganarlo?
- El recorrido de este año no me iba. Ya lo dije. Para estar con opciones tendría que haber estado ahora en los tiempos de Nibali. Con la contrarreloj final, mis opciones se reducen. Si el año que viene el recorrido me va, claro que vendré a por todas. Como el Tour no hay nada.
Publicidad
-En unas semanas llega la Vuelta.
-Ya está ahí. Pasaré dos semanas en altitud y luego a la Vuelta. Es dura. Una supervuelta. Con Froome, Quintana, Urán, Valverde, Evans, Aru, Contador si al final va... Yo me veo bien. Tengo que recuperarme del Tour. Lo haré. Y mentalizarme para hacer una gran Vuelta.
-¿Le molesta que le recuerden que ha perdido un Giro y una Vuelta?
-No, porque es verdad. Es la realidad. Podría tener un palmarés del copón. Pero, bueno, me gusta como me ha ido hasta ahora. No he ganado una gran vuelta, pero he demostrado que puedo hacerlo.
Publicidad
-¿Le condicionan esas derrotas a la hora de asaltar, por ejemplo, la próxima Vuelta?
-No. Ni las derrotas ni la victorias. No hay que escuchar los halagos cuando ganas y te dicen que eres el rey del mundo, ni tampoco cuando te dicen que no vales para nada.
-¿Hasta cuándo seguirá?
-Cuando empecé me dije que iba a estar hasta los 35 años. Y ya los tengo. Ahora me he puesto como objetivo los Juegos Olímpicos de Río 2016. Ahí puede ser.
Enamórate de LAS PROVINCIAS: suscríbete 12 meses por 12 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.