![Quintana ataca, Froome remata](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/pre2017/multimedia/RC/201507/18/media/cortadas/CUmmings-etapa--575x323.jpg)
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Benito Urraburu
Sábado, 18 de julio 2015, 01:50
Los mil metros que hacen la dureza en Mende comienzan cerca de la iglesia, camino del aeródromo, en una subida retorcida que hace las diferencias por sí solas. En ese tramo fue donde Nairo Quintana atacó, en dos ocasiones, a un Froome que ni se inmutó. Será difícil que veamos al líder volverse loco y salir a algún movimiento que le rompa su ritmo. Hasta el momento, ha lanzado un ataque que hizo las diferencias en La Pierre-Saint-Martín y luego se ha limitado a estar. Sin mostrar su verdadero poderío, sin saber hasta donde es capaz de llegar en caso de necesidad. Los apuros que le puede hacer pasar Quintana los tiene muy controlados.
En Mende ganaba un corredor inglés del equipo MTN-Qhubeka, Stephen Cummings, que fue bastante más listo que Romain Bardet y Thibaut Pinot, que se adoraron mucho y vieron como les pasaba un cohete a su lado. Es un veterano de 34 años que ganó una etapa de la Vuelta a España en 2012, en Ferrol, y que ha sido campeón y subcampeón del mundo de persecución, además de segundo en los Juegos Olímpicos de 2004. En esas cuartetas tuvo como compañeros, entre otros, a Bradley Wiggins y Geraint Thomas. Corrió con un casco de color naranja, igual que sus compañeros de equipo, al celebrase ayer el cumpleaños de Nelson Mandela.
Saben tanto Froome como su equipo que Nairo Quintana es el único que puede hacerle explotar su potenciómetro y por eso prefiere seguir a ritmo, darle alcance, quedarse a su rueda y más tarde atacarle en la llegada para conseguir algún segundo de diferencia. En el grupo de los mejores, todos volvieron a perder tiempo. Nibali fue valiente y atacó. Es duro decirlo, pero es una sombra del corredor que fue hace un año.
Contador no pudo seguir a Quintana y Froome, mientras que Valverde, que salió desde atrás, estuvo muy cerca de los dos primeros de la general. Prefirió no cebarse con esos ataques, mantener su pedalada, y una vez recuperado irse hacia delante, eso sí, después de atacarle a Contador, con el que estuvo hablando en la subida. Le dijo el murciano que no podía darle relevos teniendo a Nairo delante y que le iba a atacar. No puso muy buena cara Contador, que tuvo que mostrarse resignado ante un corredor muy superior a él en estos momentos en subidas como la de Mende. La respuesta del líder de Tinkoff dejó muchas ventanas, que llevan tiempo sin cerrarse, abiertas: «¿Valverde? Como siempre, como en la Vuelta a España». Mantienen unas relaciones deportivas turbias, que se ensuciarán más en los Alpes.
¿Tejay Van Garderen? Está, sin más, aguantando, que es lo que le queda, porque atacar en una subida como la de ayer no está a su alcance. Nairo Quintana ya es segundo en la general, a 3:10 de Froome, que mantiene una diferencia de veintidós segundos con Van Garderen, que en los Alpes debe de ir cediendo más terreno. ¿Pueden Valverde y Contador aspirar al podio? No sólo pueden sino que lo van a conseguir. No hay sitio para los dos, pero sí para uno. A Van Garderen le van mejor los puertos largos, tendidos, que subidas cortas como la de Mende, en la que le sacan de punto con más facilidad.
Contador volvió a perder tiempo. No estuvo en ningún momento cerca de Froome y Quintana. Lo mejor que se puede decir de él es que va perdiendo segundos, pero tampoco cede, no hay un día en el que haya reventado. Eso le permite continuar atisbando el podio. El maillot amarillo no está a día de hoy a su alcance. Ni al de él, ni al de nadie mientras Froome no pase problemas. Si el único que le ataca es Nairo Quintana se lo ponen muy fácil. Sabe a quien tiene que controlar y no da la impresión de que pueda reventarle.
El Macizo Central terminó por convertirse en un paseo del Sky en la cabeza del grupo, sin que nadie les inquietase lo más mínimo. Ni tan siquiera la posibilidad de poder ganar en Mende animó a los equipos que podían tener corredores con opciones de triunfar.Este Tour camina desde hace muchos días al ritmo del Sky. Podríamos incluso decir que desde Holanda, Froome y el Sky, con pocos altibajos, han teñido de negro la cabeza del pelotón, dejando cercenadas la moral y las posibilidades de otros líderes que si no atacan es porque no ven la oportunidad de hacerlo.
Sky está corriendo muy cómodo, sin que nadie le aprieta con seriedad, con ocho corredores, incluído Froome delante, poniendo un tren cómodo que les permitiese a los escapados jugarse la victoria. La llegada a Mende se jugó en dos etapas: una la de los equipos, dieciséis, y corredores que querían apostar a la ruleta de la fortuna. La segunda, la de los favoritos. Si que llamó la atención el desencuentro del Katusha, que tenía una posibilidad importante de poder vencer en Mende. Teniendo a Purito Rodríguez no apostaron por colaborar con Sky.
El Tour está en la fase de coger escapadas y hay tantos equipos y corredores intentándose meter en ellas que no es fácil controlarlas. En las dos primeras horas de la etapa la media horaria llegó a los 44,2 kilómetros por hora. Es una batalla de kilómetros, de sacudidas, de hombres que atacan, que se quedan y lo vuelven a intentar hasta que por fin termina por hacerse un grupo. El de ayer tenía veinte ciclistas. Estaban en él, entre otros Bardet y Backelants, Pinot, Ladaganous y Roy (FDJ), Castroviejo, Van Avermaet, Sean Yates, Urán, De Kort, Koren, Rubén Plaza o Cummings. Entre ellos estaba el ganador.
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