Julián Lafuente
Jueves, 5 de septiembre 2024, 14:09
Ricardo Ten ha destrozado todas las expectativas que había puestas en él en estos Juegos Paralímpicos. Tres medallas, de todos los colores, para erigirse como ... uno de los grandes baluartes de la expedición española en estos Juegos Paralímpicos y uno de mejores ciclistas del momento. En solo dos ciclos olímpicos, el valenciano, integrante del Proyecto FER, impulsado por Juan Roig a través de la Fundación Trinidad Alfonso, ha tocado el cielo y agrandado una leyenda que se escribía ya en letras de oro: lo ha ganado todo.
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«Me hacía especial ilusión ganar todo en ciclismo. He cerrado un gran ciclo, campeón copa del mundo de carretera… En el mundial en pista no salió como queríamos, pero la verdad que no era el momento de estar bien, el momento de estar bien era ahora, en París. Ha sido una temporada de ensueño con un final increíble en París, donde he superado por mucho las expectativas». Una vez cerrado el palmarés ciclista, ¿qué hay por delante? «Habrá que cambiar de disciplina para tener nuevos retos», bromea (¿o no?) Ricardo. «En ciclismo creo que tengo el palmarés cerrado por completo, la verdad que no me queda nada. Pero hay que seguir disfrutando con lo que hacemos. Cuando deje de disfrutar será el momento de dejarlo o cambiar de deporte».
Ricardo Ten se acordó de una persona muy especial para él tras su medalla de oro: su preparador: «Quiero dar las gracias a mi entrenador, Eloy Izquierdo, y a todo mi equipo. Eloy y yo nos compenetramos a la perfección. Sabemos cuándo apretar y cuando aflojar. Yo creo que gran parte de culpa de este triunfo la tiene él». Eloy Izquierdo fue el que le acogió cuando, tras cansarse de la piscina, y por medio de Maurice Eckhard, al que entrenaba, se conocieron.
«Cuando vino Ricardo, me dije, bueno, vamos a probar y a trabajar. En ese momento me parecía que le gustaba la bicicleta, vino sin expectativas de ser campeón, vino a hacer ciclismo porque pensaba que había acabado su etapa en natación y básicamente, a probar un nuevo deporte. Y al final, mira, ha resultado un fuera de serie», explicaba ayer el propio Eloy Izquierdo. Considera que su trabajo fue, relativamente fácil, no tuvo que empezar de cero: «Tenía ya unas condiciones muy buenas, había hecho un gran trabajo previo porque, aunque parezca muy distinto, no son tan diferentes las capacidades que se requieren en la natación y en el ciclismo. Gran parte del trabajo de Ricardo lo hicieron sus entrenadores de natación. Ya sabía entrenar cuando empezó conmigo, hacía series de velocidad, explosividad, fuerza. Además, eso se suma a que es persona muy sencilla, optimista nato, y es muy fácil trabajar con él». En cuanto al futuro, Eloy Izquierdo ve Ricardo para rato: «Superarse ya va a ser imposible, con empatar ya tiene bastante», dice entre bromas. «Es verdad que tiene ya una edad, son 49 años, pero Ricardo puede intentar cualquier cosa porque tiene un espíritu competitivo nato, no se agobia, él disfruta compitiendo. Compite para divertirse y se divierte compitiendo. No es una persona que se arrugue con la competición y el estrés o se encuentre bajo presión, al contrario. Eso le encanta».
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Ricardo reconoció que estos Juegos han superado sus propias expectativas y que no espera conseguir tres medallas. ¿Y su entrenador? «La verdad que tampoco. La medalla de persecución casi la habíamos descartado porque en Tokio hizo se exprimió, hizo récord del mundo… ¡y aun así quedó cuarto! Así que aquí en principio no contábamos, aunque luego se han quedado fuera un par de rivales y eso nos abrió la puerta. Ricardo Técnicamente es muy bueno, así que sabíamos que, sin hacer una preparación específica, aunque no iba a mejorar con el entrenamiento de ruta, para mantener, por lo menos, le servía. Y ha salido bien. En la persecución por equipos confíabamos en luchar por el bronce, porque Gran Bretaña esta un escalón por encima y Australia sabíamos que podía estar ahí. Conseguir la plata ahí fue una alegría muy grande. Y en la crono buscábamos medalla, nos daba igual el color. Teníamos la espina clavada de Tokio y ha salido a la perfección».
Nagore Folgado se queda fuera de la final de los 100m
Nagore Folgado no pudo meterse en la mañana en la final de los 100 metros libres. Después de unas series brillantes, donde firmó un 12,35 que suponía su mejor marca personal, afrontaba las semifinales sin presión, pero con toda la ilusión del mundo. Sin presión porque meterse en semifinales era su gran objetivo y lo había cumplido en una gran carrera. Y sin presión porque la final era un premio superlativo. Era muy difícil, lo sabía, meterse entre las cuatro mejores del mundo. Además, el día salió frío y lluvioso, lo que no ayudaba, Tenia que firmar su mejor marca, otra vez, y que alguna de sus rivales no tuviera su día, pero no pudo ser y paró el crono en 12.55. Tampoco está mal, es su segunda mejor marca de siempre, pero para meterse en la final no le llegó.
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Su participación en París no ha terminado, ya que hoy vuelve al salir al tartán para participar en los 200 metros. No es su especialidad, por lo que solo le queda disfrutar, dar lo mejor y, por qué no, buscar la sorpresa.
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