Vingegaard viene a la Vuelta a reafirmar su hegemonía

La Vuelta se presenta como una de las más atractivas de los últimos años. Esta afirmación viene realizándose año tras año, pero es cierto: la ronda española crece en internacionalización y cada año congrega a más estrellas. Para 2023, sin duda el gran aliciente va a ser la presencia del último ganador del Tour de Francia, Jonas Vingegaard. Desde que celebró su segunda victoria en París, el danés ya ha ido dejando ver que a finales de agosto estará en Barcelona, desde donde partirá la carrera el próximo 26 de agosto.

Y no será una participación sin más, ya que formará en el Jumbo Visma con Primoz Roglic, tres veces campeón de la Vuelta y vencedor del Giro este año. Aseguran que ambos vendrán a la ronda española con el objetivo de ganarla, y que no habrá jerarquías antes del inicio de la carrera. La ley no escrita en el ciclismo de que la carretera pondrá a cada uno en su lugar, aunque a veces esto ha generado tensiones.

La propia Vuelta, en un comunicado, destacó este duelo fratricida por las carreteras españoles. Y muchos de esos kilómetros de competición se desarrollarán dentro de los límites de la Comunitat. Serán en concreto cuatro etapas, al final de la primera semana que se desarrollará entre Cataluña y Andorra. La jornada del 30 de agosto, entre Morella y Burriana será rompepiernas, con el Collado de la Ibola, de segunda categoría, como principal escollo antes de un final prácticamente llano. Al día siguiente, se parte de la Vall d'Uixó para completar una jornada exigente y que puede ser decisiva, con desenlace en alto en el Observatorio de Javalambre. Septiembre empezará con una etapa larga pero que parece destinada a resolverse al sprint entre Utiel y Oliva.

Será un leve respiro antes de una auténtica jornada rompepiernas, entre Dénia y Xorret de Catí, donde los ciclistas deberán ascender un puerto de tercera, tres de segunda y el último, de primera, aunque la meta está tras unos kilómetros de descenso.

Vingegaard vuelve a La Vuelta con un rol muy diferente al que desempeñó en 2020, una edición singular disputada en otoño debido al Covid-19. Primoz Roglic, defensor del título, tuvo que resistir frente a un Richard Carapaz muy combativo. Entre Robert Gesink y Sepp Kuss, lugartenientes del esloveno, apareció en la montaña un novato en la alineación del Jumbo-Visma, un corredor pequeño e inesperado: el danés Jonas Vingegaard, entonces de 23 años y con una sola victoria profesional en su haber (una etapa en la Vuelta a Polonia 2019).

En la etapa 12, por ejemplo, se le pudo ver tirando de su líder en la subida al Angliru, a la cual volverán a enfrentarse este año el 13 de septiembre, cuatro días antes de la llegada a Madrid, donde se culminará un año más la Vuelta, el 17 de septiembre. A 3,5 km de la cima, Vingegaard se apartó y dejó a Kuss terminar el trabajo para limitar la pérdida de Roglic sobre Carapaz, lo que le permitió recuperar definitivamente el liderato al día siguiente en la contrarreloj que culminaba en el Mirador de Ézaro.

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