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Las jugadoras del AEM Lleida posan con una camiseta encargada ex profeso para celebrar el título. :: Alejandro garcía/efe
Las 'barbies' juegan... y ganan

Las 'barbies' juegan... y ganan

Un equipo de chicas, el AEM Lleida, arrasa en la liga masculina de fútbol infantil, soportando insultos e improperios desde la grada. «Algunos padres nos gritan que deberíamos estar fregando o jugando con muñecas». De ahí su nombre de guerra

FERNANDO MIÑANA

Martes, 4 de abril 2017, 21:04

Las jugadoras del AEM Lleida infantil se saltaron ayer las clases. Alborozadas, cambiaron el colegio por un plató de TV3. Su entrenador, Dani Rodrigo, contesta al teléfono con resignación cada diez minutos y cuenta educada y atentamente, como si fuera la primera vez, la fabulosa historia de su equipo, un equipo de niñas que se ha proclamado campeón de la liga infantil masculina, con cuatro jornadas todavía por delante.

Con la experiencia de sus 45 años y plenamente consciente del huracán en el que se han visto inmersos de la noche a la mañana, desde que Alba Caño metiera un gol de falta directa a pocos minutos del final para sentenciar el partido (1-2) contra el Pardinyes B, Rodrigo, que vive de su trabajo como comercial para una empresa de material de hostelería, admite que han tenido que combatir «el machismo de las gradas», pero huye veloz de la polémica y aprovecha el tirón de los medios para dar realce a lo positivo, que es mucho, de esta historia. «Han dado un paso para todas las que vienen detrás: han roto una barrera», explica antes de detallar que las diferencias físicas, que las hay a favor de los chicos más fuertes y, sobre todo, más rápidos, las equilibran con técnica y un trabajadísimo rigor táctico.

El entrenador se felicita ahora de la decisión que adoptó el club hace tres años, cuando tomó el camino más difícil e inscribió al equipo en la competición masculina. «La idea fue del coordinador general, José María Salmerón, y la primera temporada todo eran derrotas. Los padres le decían si estaba loco, pero en la segunda temporada, ya habituadas al cambio, respondieron mucho mejor y acabaron el campeonato en tercera posición. Y ahora esto».

«Se fijarán en vosotras»

Esto es el primer triunfo en Cataluña de un equipo femenino en una competición masculina, un éxito sin matices al coronarlo con una victoria que les colocaba con una ventaja insalvable a falta de cuatro jornadas, convertidas en las máximas goleadoras (93 tantos) y las menos goleadas (25). Han arrasado. «Y lo han hecho con un nivel altísimo: juegan francamente bien al fútbol», presume su entrenador, que anima a los grandes referentes catalanes, el Barcelona y el Espanyol, a que inscriban a sus equipos de niñas con los de niños. La prueba de que no es una insensatez ya existe, como recalcó en el vestuario. «Habéis hecho una cosa muy grande, más de lo que pensáis. Las nuevas generaciones de niñas que suban se fijarán en vosotras».

Al acabar su mensaje, las futbolistas comenzaron a cantar el himno del club, el más antiguo de Lleida, fundado en 1925, quince después de que el fútbol llegara a la ciudad a través de una delegación de La Canadiense, una fábrica de aceite. Y entonaban «blanc i blau portem el cor amb orgull y pasió (blanquiazul llevamos el corazón con orgullo y pasión)» mientras daban saltos con una camiseta morada preparada expresamente para la celebración. En la parte trasera se amontonaban los nombres de las jugadoras y debajo una frase extraña: 'Las barbies también juegan'.

Ester Castells, que, con 14 años, es la mayor de la plantilla, da una explicación. «Algunos chicos se lo tomaban a risa y otros nos insultaban, pero lo peor fueron algunos padres, que nos decían que tendríamos que estar fregando. Y una madre nos gritó que solo servíamos para jugar con las barbies; por eso llevábamos escrito en la camiseta que las barbies también juegan». Ester está feliz y recuerda cómo algunos chicos se picaban al verlas y gritaban '¡Vamos a ganarles!'. «Pero luego éramos nosotras las que ganábamos...».

La gesta de la Agrupació Esportiva Maristas Lleida, con una cantera formada por 250 chicos y 110 chicas, puede abrir los ojos a futuras generaciones, a otros entrenadores, a más clubes. Pero aún queda mucho camino por recorrer: Ester se va hacia la Liga masculina cuando le preguntas por sus ídolos. Y se refiere al virtuoso Neymar o a Sergi Roberto, un lateral con alma de extremo, como ella. Aunque Ester Castells, del ya inmortal AEM, ve el deporte con otros ojos. «Yo creo que otros equipos pueden hacer lo mismo. Lo importante es que sigan sus propios sueños y que se lo pasen bien».

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