El Alcoyano despierta del sueño copero

El Athletic de Marcelino despertó al Alcoyano de su sueño copero pero la edición 20-21 del torneo se recordará, además de por el campeón, por el 'alcoyanazo' frente al Real Madrid. A José Juan, Juanan y el resto del equipo que ya forman parte del imaginario del fútbol español. Eso es eterno. Que se lo pregunten al Alcorcón. El primer partido de la historia de El Collao con VAR recordó que el conjunto vasco no era el único histórico sobre el césped. En 1968 se televisó por primera vez un partido en el campo de Alcoi y fue, precisamente, un duelo de Copa frente al Athletic, que terminó con 1-4 y con los vascos clasificados para los octavos con un triplete de Txetxu Rojo e Iribar en la portería. Ayer fueron los dos jugadores fetiche desde que llegó Marcelino (Villalibre y Williams) los que remontaron en una segunda parte donde dominaron con claridad el gol inicial del Alcoyano.

En el bombo de los cuartos de final que se sortearán hoy no estará el vigente campeón de Copa, el Valencia, pero sí el entrenador que consiguió ese último título. La pandemia ofrece a Marcelino una oportunidad histórica que es encadenar tres títulos coperos puesto que aún está pendiente la final de la edición de 2020 que enfrentará al Athletic con la Real Sociedad el 3 de abril en Sevilla.

Los vecinos que siguieron el partido desde sus balcones, sin abrir las casas a no convivientes, no tuvieron tiempo de despegar la vista del campo para picar algo. En el primer minuto, el Alcoyano rozó el gol con un disparo de Ángel López que se estrelló contra la cara externa del palo izquierdo de Ezquieta. Primer aviso para un Athletic que apostó de inicio por las rotaciones masivas. Marcelino tan sólo repitió a dos de los jugadores que golearon al Getafe, los dos centrales Núñez y Yeray.

Espoleados por la adrenalina que dejó la eliminatoria frente al Real Madrid, aquello de la moral, los alcoyanos siguieron buscando el gol ante un rival sorprendido pero ese guión inicial. Mourad probó a Ezquieta al cuarto de hora y en el minuto 39 Pablo Carbonell marcó uno de esos goles que recuerdas toda la vida. El de Alcoi, de falta directa, sorprendió con la zurda a un Ezquieta que no la vio venir. Carbonell, como Juanan, estaba en el Ontinyent en el momento de la desaparición del club en 2019. El infierno y el cielo. Ayer, por unos segundos, soñó que ese gol abría los cuartos de final de la Copa. Fue a abrazarse con el delegado, que ha superado el coronavirus, para celebrarlo. Para celebrar la vida. Así palpita el fútbol de verdad. El añejo.

Marcelino movió las mismas fichas que la eliminatoria contra el Ibiza, con el mismo resultado al descanso, y le volvió a salir cara. Entraron Raúl García y Muniain y empataron en el 52, como contra el equipo de Amadeo Salvo. Villalibre, esta vez sin celebración con la trompeta, marcó de cabeza a centro de Lekue. El Alcoyano acusó el golpe.

La entrada al campo de Iñaki Williams fue la estocada final al partido. A los cuatro minutos se inventó un pase a Muniain que casi acaba en gol. Poco después, se invirtieron los papeles tras una falta para que Williams marcara el gol de la victoria aprovechando una salida en falso de José Juan. El héroe hace una semana desquitó con un paradón al propio Williams tres minutos después. Lo celebró con orgullo. El de un equipo que cayó con honor.