Miembros de CEAR Alicante y CEAR Valencia conjuntamente antes de iniciar la jornada anual de fútbol. Marcos Sánchez

Un balón, una oportunidad para los más vulnerables

La UPV alberga el partido entre CEAR Valencia y Alicante, ya que los jóvenes refugiados han encontrado en sus equipos de fútbol una forma de conectar e integrarse con otras personas en su misma situación

Marcos Sánchez

Valencia

Sábado, 8 de febrero 2025, 22:00

Emigrar. Una palabra que, muchas veces, es sinónimo de dejar algo atrás, cambiar un sitio por otro, soltar en el camino un hogar, una familia, un país o, a veces, absolutamente todo al mismo tiempo. Pero, ¿por qué emigrar? ¿Por qué marcharse de un lugar que ha sido tu casa, que te ha visto crecer o donde has forjado tus amistades más cercanas?. Muchas personas lo hacen por gusto, por vivir nuevas experiencias, porque necesitan un cambio.

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Otras, simplemente, lo hacen por obligación, por necesidad, por causas de fuerza mayor, como una guerra con la esperanza de dar una vida lo más digna posible a ellos mismos y a sus seres queridos. A estas últimas personas que emigran por causas mayores se les denomina refugiados, aunque un término más adecuado sería luchadores de la vida.

Un ejemplo de esto es Mohamed Nengue, de 26 años y originario de Senegal. Él lleva viviendo en España un año y cinco meses, solo desde su llegada y a miles de kilómetros de su familia. Por eso, esta iniciativa organizada por el CEAR y la Fundación de la Liga, en la que se prepara una jornada de entrenamientos y partidos entre refugiados, para él es una forma de conectar con otras personas en su misma situación y buscar una nueva vida para él y su familia, gracias al fútbol. «Yo estoy viviendo aquí en España desde hace un año y cuatro meses. Estoy solo, porque toda mi familia está viviendo en Senegal. Mi equipo es mi familia ahora mismo. He venido aquí para cambiar mi vida. Empezaré a trabajar como albañil a finales de marzo», afirmaba el joven.

Para ellos, el fútbol ha sido una nueva forma de conectar con otras personas, de poder integrarse y ver que hay quienes están en su misma situación, evitando sentirse tan desamparados, sabiendo que en su país natal hay guerras o que la población se encuentra en situaciones de pobreza. Maomar Youakte, de 22 años y originario de Malí, lleva ocho meses en España y sabe bien lo que es alejarse de su hogar y de todo su círculo cercano. Tuvo que irse porque la situación era insostenible y su familia necesitaba dinero para poder subsistir.

«En Malí hay muchas cosas y muchos problemas, sobre todo la guerra. Mi familia necesita dinero y no lo tiene, por lo que te tienes que ir para trabajar», comentaba. Todo esto no fue posible, sin la ayuda, tanto de los alumnos de la propia universidad como de los voluntarios de la Fundación de La Liga, que se prestaron y acudieron como Steven Yeenali, de 28 años, y que llevaba viviendo cinco años en Alicante. «Me gusta conocer gente de otras culturas y de otros países, he podido aprender muchos de ellos», decía el joven.

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La mañana transcurrió como estaba prevista, con varios entrenamientos para preparar los dos partidos mixtos, pero no sin antes coger fuerzas para aguantar la jornada, ya que se preparó un pequeño snack para todos. La jornada se cerró con un partido entre CEAR Alicante y CEAR Valencia, que terminó en empate 1-1, donde todos disfrutaron y conectaron gracias al fútbol.

Sin embargo, todo este tipo de iniciativas no serían posibles sin la ayuda de los voluntarios, personas que son almas caritativas, que se prestan sin ningún tipo de beneficio y demuestran solidaridad con aquellos que están en esta situación. Una solidaridad que llega incluso desde el otro lado del charco.

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Uno de ellos es Steven Yeenali, de 28 años y procedente de EE.UU., quien lleva cinco años en España y es voluntario en CEAR. «A mí, lo que me ha llevado a nivel personal a emigrar es tratar de tener experiencias nuevas. Porque yo tengo 28 años, pero cuando llegué a Alicante tenía 23. Al final, son unos primeros años muy formativos, con muchos cambios a la vez. Y, además, conocer a distintos chicos o ver a chavales de otros países, situaciones y edades te abre mucho los ojos y te da mucha empatía, ya que son personas que, si no hubiese sido por el fútbol, no habría conocido. Me gusta mucho tener contacto con otras culturas y he aprendido mucho de la vida gracias a ellos», afirmaba el joven.

La mañana transcurrió como estaba prevista, con varios entrenamientos para preparar los dos partidos mixtos, pero no sin antes coger fuerzas para aguantar la jornada, ya que se preparó un pequeño snack para todos. La jornada se cerró con un partido entre CEAR Alicante y CEAR Valencia, que terminó en empate 1-1, donde todos disfrutaron y conectaron gracias al fútbol.

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