Bruno Soriano: «Mi historia es diferente, tuve que trabajar»
TRABAJO, SILENCIO Y SUERTE ·
El exfutbolista del Villarreal explica las claves de su carrera unos meses después de su retirada: «Ernesto Valverde cambió mi juego, me hizo un jugador más agresivo»
cayetano ros
Jueves, 12 de noviembre 2020, 22:48
- ¿Conoce el mito de Sísifo? ¿No es eso lo que le ha sucedido al dejar el fútbol después de tanto esfuerzo por volver?
- Mi cuerpo no me dejaba disfrutar. Tenía molestias en la rodilla y en la espalda. Si hubiera estado al menos al 70% y hubiera podido entrenar... La decisión es la correcta.
- ¿Sintió un vacío tras retirarse?
- No, vacío no, quizá por las lesiones y por lo que sufrí en los últimos años. La vida te cambia completamente, se corta en seco lo que has venido haciendo durante 20 años. Y echo de menos la adrenalina, los nervios, la preparación y a los compañeros antes del partido. Pero estoy desconectado.
- Ha decidido vivir en su pueblo, Artana (Plana Baixa, 1.950 habitantes). ¿Les cuenta batallitas a sus paisanos?
- Sí, hablamos mucho de fútbol y, a veces, me preguntan por algún jugador o por algún partido. Aquí se vive muy bien: hay unas montañas increíbles para ir a caminar, en bici, o también juego al tenis con algún amigo. El verano lo paso en Benicàssim.
- El fútbol se ha mecanizado tanto que ya ni a Messi se le permite ir andando. ¿Qué le diría a Messi si estuviera en su equipo?
- Le diría que no corriera mucho, que yo correría por él. Messi necesita estar fresco para desequilibrar. Además, en esa acción que se le critica, no iba a llegar a robar el balón y por eso no va.
- ¿Ha pensado qué habría sido de usted de no haber sido futbolista?
- Sí, lo he pensado porque mi historia es diferente: tuve que trabajar, llegué más tarde al fútbol y me abrí camino. No sé, estaría en el pueblo como un amigo más.
- ¿Cuáles de sus trabajos le gustaba más?
- Estuve un año de 'collidor'; durante un tiempo llevaba la 'botonera', la maquinaria que trabaja la piedra en una cantera; estuve con mi padre en la obra... también me lo pasé bien. El fútbol no era entonces lo más importante. Jugaba el fin de semana en el Artana. Somos una familia humilde. Mis padres y los cuatro hermanos hemos tenido que trabajar. Mi padre (Esteban) hizo de todo: obrero, oficial, camarero, ha tenido un bar, se fue a trabajar a Catalunya... Mi madre (Rosario), también: cocinaba en el bar, trabajó en un almacén... Yo le daba el dinero que ganaba a mi madre y ella lo administraba. Estoy muy orgulloso de todo lo que han hecho para salir adelante.
- ¿Fue una infancia feliz?
- Superfeliz, todo el día con los amigos del pueblo, con el balón, a jugar a la montaña. En una ciudad es difícil pasárselo tan bien.
- Con 16 años tomó una decisión muy arriesgada: decide abandonar la escuela del Villarreal para volver al equipo del pueblo. ¿Por qué?
- Yo era muy tímido y, aunque Vila-real está a 10 minutos en coche, yo lo veía muy lejos. Solo quería estar con mis amigos, mi pueblo y mi familia. Sólo quería jugar, entrenar y pasármelo bien. Con 16 años pasé al primer equipo del Artana, en Preferente, y jugábamos contra gente de 30 y pico. Jugamos contra el Villarreal B y quisieron recuperarme.
- ¿Quién?
- Yo estaba con mi amigo Pascual en los toros de Betxí. Había ido con la moto, una 'scooter'. Me llamó mi madre y me dijo: 'Ven a casa que aquí hay dos señores del Villarreal que quieren ficharte'. Eran Ximo Badenes y Samuel (preparador físico). También estuvieron pendientes Fernando Roig hijo y Juan Carlos Garrido.
- ¿Cuándo se da cuenta de que puede vivir del fútbol?
- Firmé mi primer contrato en el Villarreal C y dejé de trabajar. Me permitió dedicarme al 100% al fútbol. Al pasar al B, con Chemo del Solar y Luis García, me di cuenta de que podía llegar al primer equipo. Luis García (actual técnico del Mallorca) es quien me cambió de posición al mediocentro. Hasta entonces había jugado en banda. En el medio del campo me sentí muy cómodo y empecé a disfrutar. Pellegrini me llamaba para entrenar con el primer equipo.
- ¿Qué cualidad le hubiese gustado tener que no tenía?
- Cuando veía a Marcos Senna enviar esos tiros desde medio del campo, eso sí me hubiera gustado tenerlo.
- ¿Qué significó Pellegrini?
- Siempre me hablaba, me daba consejos, la gente le tenía mucho respeto. Me demostró confianza al hacerme debutar en un partido complicado, un 1-2 en Mallorca. Le gustaba que su equipo fuera protagonista y llevara la iniciativa. Pero yo era jovencito, no estaba todavía hecho, y disfruté más después, con Valverde.
- ¿Ernesto?
- Sí, él me hizo cambiar, me dio la agresividad que me faltaba. Se paraba a explicarme que yo con el balón iba muy bien, pero un mediocentro debe ser mejor hacia atrás. Se puede disfrutar de robar balones o de ganar un balón aéreo en un salto tanto como con una floritura o un pase.
- Eso ya lo cuenta Steven Gerrard, más orgulloso de sus 'tackles' que de otra cosa.
- Yo también llegué a disfrutar más con una entrada a tierra para recuperar una pelota o con un salto ganado a un jugador más alto que yo. Las acciones defensivas son tan importantes como las ofensivas para hacer mejor a un equipo.
- Valverde estuvo poco tiempo y llegó Juan Carlos Garrido.
- Juan Carlos siempre me puso de titular y me ayudó mucho. Jugué hasta de central porque había lesionados o para sacar con más claridad la pelota. Fue la mejor época.
- ¿Coincidió con Riquelme?
- Por poco tiempo, una temporada entera, pero ya había tenido el lío (se enfrentó a Pellegrini) y estaba un poco apartado. Era muy complicado robarle el balón, salía por los dos lados, estaba siempre bien posicionado, era buenísimo técnicamente y tenía visión de juego.
- ¿Y Cazorla?
- El mejor con el que he jugado, y mira que he tenido de compañeros a Senna, Pirés, Forlán, Cani, Musacchio..., pero Santi era especial no solo por lo que hace dentro del campo sino por lo que hace fuera, por ese cariño y esa risa.
- Los dos se despidieron del club al final de la pasada campaña, un 4-0 contra el Eibar, sin público en las gradas por el coronavirus.
- Me faltó el público en las gradas para poder haberles dicho: 'He hecho todo lo que he podido, no he podido hacer más, gracias por todo'. Me quedé sin la ovación que me hubieran dado, y sin poder agradecer a la gente que tanto me ayudó durante la lesión.
- Solo ha sido 10 veces internacional, muy poco para un jugador de su talla.
- Estoy conforme con todo. Claro que me hubiera gustado alcanzar las 100 internacionalidades, pero, cuando estaba mejor, coincidí con la mejor selección de la historia: Busquets, Iniesta, Xavi, Silva, Cesc, Xabi Alonso y toda la tropa. Pude entrenar con ellos y darme cuenta de la enorme calidad que tenían. Y tuve la fortuna de ir a una Eurocopa (2016). Pero lo más importante era el Villarreal. No he podido ganar un título, no he podido vivir ese momento, siempre lo he buscado, y eso sí se me ha quedado.
- ¿Se arrepiente de algo de su carrera?
- No, la única espina son los tres años de lesión. Jugué los cuatro partidos del final de la pasada temporada, pero eso no borra los tres años de lesión y todo lo que pasé: mucho tiempo y muchas visitas a los médicos. Me hubiese gustado disfrutar más de los compañeros y de la afición.
- ¿Y se arrepiente de haberse infiltrado?
- No, lo volvería a hacer, es mi forma de ser. He jugado muchos partidos con molestias, como muchos otros jugadores. Todos juegan infiltrados alguna vez. Yo solo paraba cuando iba cojo; si no, no paraba. Jugué porque sabía que quedaban pocos partidos para el objetivo de la Liga Europa y después ya pararía. Es imposible saber si me habría lesionado o no en caso de no haberme infiltrado.
- ¿Y por qué no se fue a otro equipo?
- Estoy muy contento de mi carrera en el Villarreal. Siempre será mi casa. Es mi sitio. Cuando bajamos a Segunda, hubo un interés del Valencia, pero mi primera opción era el Villarreal: tenía una deuda por haber bajado al equipo. Así se lo hice llegar al presidente, que quería sentirme valorado, y me lo hicieron sentir. Emery también quiso ficharme para el Spartak de Moscú, pero, imagínate, si me era difícil ir de Artana a Vila-real, como para irme a Moscú.
- ¿El año en Segunda fue el más duro?
- El más duro y el más bonito. He jugado Champions y Liga Europa, pero ese año fue especial. Al final, entre todos lo conseguimos.
- ¿Cómo fue con Marcelino?
- Lo tenía todo muy claro. A los rivales les costaba mucho hacernos gol, no nos tiraban a portería. Era un 4-4-2 muy fuerte defensivamente. Fue una época buena, objetivo cumplido.
- ¿De verdad está muy desconectado del fútbol?
- Veo partidos y estoy deseando poder ir a La Cerámica porque no es lo mismo verlos en el campo que por la televisión. Ya tengo 'mono' y quiero sacarme el abono. El equipo está espectacular. El 'mister' ha entrado con buen pie y la plantilla está muy completa. Han estado muy listos porque, cuando se lesionó Alberto Moreno, enseguida llegó Estupiñán. El club no quiere perder competitividad.
- ¿Conserva el Ferrari azul?
- No, ya hace años que no.
- No sería muy práctico para circular por el pueblo.
- No podía entrar por el centro por las callejuelas estrechas, pero no lo tuve por chulería sino porque siempre me han gustado los coches deportivos. Me lo podía permitir y lo he disfrutado.
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