José Luis Oltra: «Un entrenador también es profesor y actor»

Pregunta. ¿No teme ser acusado de antiguo por preparar los partidos que comentaba en televisión en una libreta de anillas?

Respuesta. No, estoy actualizado. Utilizo mucha tecnología y muchas aplicaciones, pero me gusta, porque soy clásico en muchos aspectos, tener mi propia libreta. Me apunto las alineaciones de todos los equipos de la categoría con los cambios y la gente me dice que eso puedo verlo en cualquier aplicación. Pero las aplicaciones fallan en las ubicaciones y las demarcaciones. Me gusta escribir y ser antiguo en algunas cosas.

Siempre ha sido un clásico.

Sí, clásico y tradicional en la forma de vestir, de expresarme... en la vida se están perdiendo valores y es un grave error. Y mucho más en el mundo del fútbol. Antes se respetaban mucho más las jerarquías, había más diálogo. El entrenador es como el maestro. Ahora expulsan a un niño en el colegio y el padre va a hablar con el tutor; en el fútbol, si el niño no juega, va su padre a protestar. Antes todos tenían claro que el entrenador mandaba; ahora es el muñeco del pim-pam-pum: en la derrota siempre es el culpable, en la victoria es uno más... La gente es menos agradecida y menos educada. Abrir la puerta a una mujer no es machismo para mí.

¿Y las escuelas de fútbol?

Tienes más medios, más de todo en posibilidades; pero los niños todos se creen el nuevo Messi y los padres lo hacen como una inversión. Los padres son entrenadores y critican a todo el mundo.

¿Y las academias de élite?

Todo es mucho más profesional a partir de los 12 años. Te enseñan mucho, pero se pierden el punto de afectividad y de espontaneidad. Son escuelas de rendimiento, no de formación. Es muy duro psicológicamente para los niños. En esas edades no lo entiendo así.

 ¿Llevaría a sus hijos si los llamaran?

Depende, hablaría con ellos y les quitarían todas la presión y solo iría para aprender y disfrutar.

¿Un entrenador comienza a serlo a partir de los 50 (Luis Aragonés dixit)?

Hoy se ha avanzado mucho la edad de empezar a entrenar. A más juventud, más inconsciencia; y a más edad, la experiencia: el diablo sabe más por viejo que por diablo. El fracaso es la gasolina del éxito. Cuantos más años, más experiencias y manejas mejor la situación.

Se ha enfrentado a Pep, Simeone, Mourinho... ¿Alguno le ha marcado?

Los equipos que entrenaban tenían grandes jugadores y eran equipos de autor. Ideológicamente, estoy más cerca de Guardiola y de Valverde, que es un referente. No es solo entrenar sino la relación con la dirección deportiva, el presidente, la afición, los medios de comunicación... Del Bosque lo es en muchos aspectos y Mourinho, tácticamente. Guardiola es el más completo.

¿En qué época ha sido más feliz?

En el Tenerife, tanto el año de subir como el año de Primera, un equipo muy alegre pese a que bajamos; el Ciutat de Murcia, que quedamos cuartos; el récord de victorias con el Castellón (30 partidos sin perder) en Segunda B; el ascenso del Dépor es inolvidable: 91 puntos, un récord de puntos en el ascenso.... Llevo muchos años, pero tengo 50 y espero que me quede lo mejor.

¿Por qué no ha cuajado en Primera?

Casi siempre he entrenado en Primera con los equipos con los que he subido, salvo el Almería. Casi 80 partidos en Primera: la temporada completa en el Tenerife, la media en el Dépor, cuatro partidos con el Levante... En los dos equipos que hemos subido se priorizó quitar deuda y teníamos peor plantilla que en Segunda.

¿Hay mucha diferencia entre Segunda y Primera?

Sobre todo en la circulación del balón y en la calidad. Hasta el medio del campo, más o menos puedes jugar igual. A partir de ahí, tanto defensiva como ofensivamente, es otro mundo.

¿Qué hace que un niño llegue a futbolista profesional o no?

Es imprevisible. Conmigo debutó Marco Asensio en el Mallorca. Yo siempre pensé que iba a ser de Primera, pero no hubiera puesto la mano en el fuego sobre si iba a jugar en el Madrid y en la selección. La diferencia es la actitud, más importante que el talento. Y a eso te ayuda el entorno. Si no tienes talento, no llegas. Pero hay mucha gente que con talento no llega. Y otra que, con menos talento, llega por esfuerzo y actitud.

¿Por qué no llegó Tatín (un delantero legendario del fútbol regional, de la quinta de Oltra)?

El físico era más preponderante y él tenía la limitación de la altura; Tatín era jugador de Primera División, siempre hizo muchos goles, pero nadie apostó por él.

Mikel Alonso y Valerón afirman que usted ha sido su mejor entrenador. ¿Qué siente?

Es más importante eso que un título, porque me siento un formador, un educador. Los jugadores valoran mucho el haberles dado el cariño o la confianza cuando lo han necesitado.

 ¿Cómo concilian Valerón, Iniesta o Cazorla ser buenas personas con la ferocidad competitiva?

A mí mis amigos me decían que yo no iba a ser entrenador por eso. Pero no es cierto. Puedes ser muy exigente y muy educado. No está reñido. Valerón es bondadoso, generoso, con muchos valores y siempre pendiente del vestuario.

¿Usted no ha perdido nunca el control?

Sí: en alguna rueda de prensa (la rueda de prensa post-partido es muy difícil, sobre todo después de la derrota, porque no te ha dado tiempo a serenarte); la he perdido con algún jugador; en algún descanso... A parte de maestros y entrenadores, somos actores: a veces a un jugador le llega más el mensaje si das un puñetazo encima de la mesa. A veces, para trasmitir, hay que perder un poco los papeles. No siempre te puedes controlar ni ser políticamente correcto.

¿Tiene pecados?

Como todo el mundo, algunos contables y otros menos, todos tenemos una vida pública, una privada y una vida secreta.

¿Es creyente?

Sí, soy creyente y muy respetuoso con todo el mundo.

¿Cuál es su talón de Aquiles?

Soy muy confiado, no me protejo lo suficiente. En este mundo hay cada vez más maldad y más interés. Y siempre voy de cara.

¿Qué le pone nervioso?

Las injusticias, la demagogia, el populismo y la mentira.

Aparte de Valerón, ¿con qué otro jugador se queda de los que ha entrenado?

Nino, una leyenda: sigue en el Elche, 38 años, máximo goleador de la categoría, con un promedio de goles por encima de 12, más de 800 partidos como profesional..., pero podría haber hecho más porque es muy bueno y muy competitivo, no se borraba nunca y entendía el juego. No entiendes por qué no ha jugado más en Primera

¿El VAR ha reducido las injusticias?

El VAR mejora, pero hay que, primero, especializar los árbitros de VAR y que no sean de campo; segundo, agilizar; y tercero, unificar criterios. Continúa habiendo demasiada interpretación. En los fueras de juego y en la línea de gol, ha mejorado.

¿Comparte los elogios al Getafe?

Sí, equipo trabajado, competitivo, reconocible, te puede gustar más o menos.

¿Sus equipos dan patadas?

He tenido equipos como el Castellón o el Ciudad de Murcia que daban muchas patadas y eran de los más tarjeteados; pero otros, como el Tenerife de Primera, que no daba ni una. El entrenador pone el acento y yo no estoy pendiente de eso, pero a veces la falta también es jugar bien al fútbol.

¿Qué le parece Celades?

Tácticamente es moderno y cualificado, se ha adaptado a las características del equipo; y es un excelente gestor: prudente, comedido, y sabe estar en un club complicado.

¿Ha ganado mucho dinero?

Sí, pero no para retirarme. Tengo margen.

¿Y le deben mucho?

Solo ahora el Dépor, aunque estuve tiempo sin cobrar en el Recre.

¿Qué pagó de IRPF?

Todo eso lo llevan el gestor y mi mujer, pero pagué bastante.

¿Cuál es el precio de llevar una vida itinerante?

Siempre digo de broma que en la próxima vida no me casaré o no seré entrenador. Y soy un privilegiado porque tengo la mejor mujer posible (Maribel) y la mejor familia (dos hijos, Pablo, de 16 años, y Miguel, de 12). Mi hijo me dijo que en 15 años lleva nueve colegios. Mi mujer ha renunciado a un carrera de Económicas (trabajaba en la conselleria de Hacienda) para ir detrás, hacer de madre... Lo mío es vocacional. Me gusta el campo. Puedo ser director deportivo, porque tengo el título, pero todavía no me veo. Yo soy mucho de la ciudad, del Valencia CF, del Levante UD, de las Fallas..., pero mis hijos ya no porque aquí tienen familia, no amigos. Por otro lado, les das mucha cultura.

¿Qué elegiría: jugador o entrenador?

Difícil, a los jugadores les recomiendo que jueguen hasta los 90 porque te diviertes mucho más; pero he hecho más carrera como entrenador. Tienes mucha responsabilidad. Yo, cuando las cosas no va bien, sufro por mis hijos y por mi mujer, que no les digan...

 ¿Lo peor de ser técnico?

Te examinan desde que entras al vestuario por todo: incluso por el reloj y las botas que llevas, cómo te vistes. Como hay muchos intereses, hay gente muy tendenciosa y debes aguantar muchas injusticias sin poder decirlo porque puede explotar todo. Pero cuando me destituyen, a la semana ya tengo ganas de entrenar.

Pocos saben que fue un zurdo finísimo. ¿Por qué no triunfó?

Físicamente no era muy fuerte. Técnicamente era bueno y entendía el juego, pero solo podía jugar en un modelo que entonces no estaba de moda: un perfil Barça. Yo no me pondría. Hoy en día necesitas o polivalencia o mucha especialidad. Me quedaba en el medio: daba continuidad al juego y era bueno a balón parado, pero no tenía trabajo defensivo, ni llegada, ni juego aéreo.