Pako Ayestarán: «Un equipo es el reflejo de lo que es el club, y el Valencia no se puede gestionar a miles de kilómetros»

–¿Qué tal la experiencia en la liga portuguesa?

–Un nuevo aprendizaje. En Tondela me brindaron la posibilidad de gestionar el club también desde la dirección deportiva y he mejorado como entrenador. Me he llevado una impresión muy positiva del nivel de los técnicos en Portugal.

–¿Se le ha quedado la espina clavada de no jugar la final de la Copa de Portugal?

–Sí, porque esperaba terminar la temporada. Nos movíamos en la liga en los números habituales del Tondela y con la ilusión de pasar a la final. Hemos hecho historia. Hubiera sido bonito. De todo se aprende y cada proyecto te hace mejorar.

–Nueva etapa. ¿Qué busca Pako Ayestarán?

–Seguir entrenando. Ahora mismo, lo primero es analizar lo que hemos hecho en Tondela, sacar conclusiones y mejorar nuestro método. Quiero ver entrenamientos y fútbol en directo. Mis preferencias son entrenar en España pero estoy abierto a todo tipo de proyectos –ha entrenado en España, Portugal, México e Israel–. Soy cuatro veces mejor técnico que hace cuatro o cinco años.

–El Valencia va a jugar la final de Copa. ¿Cómo ve el partido?

–El favoritismo hay que demostrarlo en el campo. A un partido hay que rendir y el Valencia es muy difícil de batir en noventa minutos.

–¿Le gusta el Valencia de Bordalás?

–No es ninguna sorpresa, es el Valencia de Bordalás. Un equipo que va ser competitivo seguro. Es fiel al entrenador y un reflejo de lo que Bordalás pretende.

–¿El Valencia tiene la cantidad y la calidad para hacer frente al Real Betis?

–En la Liga, el Betis está por delante. Es un hecho. Pero esto es un partido. El Valencia es un equipo en construcción todavía, en transición. Lo malo es que llevamos muchos años en transición...

–Igual es un club en destrucción...

–O en una transición mantenida y que de momento parece que no nos lleva a una progresión adecuada. Es un equipo joven. En la final, creo que el peso, el equipo más proactivo va a ser el Betis en cuanto a instaurar el dominio del juego. El Valencia estará bien ordenado y tratará de jugar en transición.

–¿Ve algún jugador clave en el Valencia para esta final?

–Alderete y Paulista van a ser fundamentales. Y creo que Mamardashvili lleva una gran progresión. Y Guedes está llegando bien y Soler, en la medida que el balón pase por sus pies, el fútbol siempre mejora.

–Ha vivido varias finales. Algunas locas como la Champions que ganó con el Liverpool. ¿Cómo se prepara una final?

–Lo importante es mantener lo que has hecho durante el año. No debe haber cambios excesivos porque no son beneficiosos. Para ganar hay que ser fiel a lo que eres. No pensar en los noventa minutos sino en cada duelo, que la primera acción sea positiva y ganar el partido individual de cada uno.

–¿Cómo se cambia la mentalidad de un jugador tras ir perdiendo 3-0 como en aquella final Liverpool-Milan, que ganaron en penaltis?

–No es fácil y el primer análisis era por qué perdíamos 3-0. Había un desequilibrio y Rafa (Benítez) metió a Hamman en el centro para contrarrestar el daño que nos estaba haciendo Kaká. Además, llegó el gol tempranero de Gerrard.

–¿Qué jugadores le han impactado por su compromiso?

–Muchos. Los jugadores que me emocionan son los que su trabajo están al nivel de sus sueños. Ahí está su éxito. Y eso se ve en los equipos de máximo nivel. Me dejo a muchos pero Ayala, Cañizares, Baraja, Gerard, Carragher... son un ejemplo de lo que digo.

–Tras dos etapas en el Valencia como preparador, diez años después llega como asistente y al final toma las riendas del equipo. ¿Quién va a buscarlo en la etapa de Neville?

–Me llama Gary Neville, con el que habló Carragher.

–¿Qué impresión le dio ese Valencia?

–Neville tenía muchas ganas pero quizá le llegó la oportunidad sin esperarlo. Tuvo que crear un cuerpo técnico de la nada. No creo que fuera fácil para él. Un cuerpo técnico tiene muchos detalles y matices.

–¿Fue difícil?

–Un cuerpo técnico funciona bien sólo con la mirada. Y lleva tiempo y trabajo, y allí esas claves no existían. No era un cuerpo técnico con trayectoria.

–Poca gente valora que Pako Ayestarán ganó como entrenador 1-2 en el Camp Nou y fue el punto de inflexión para salvar al Valencia en la 16-17. ¿Está dolido?

–Sí, porque creo que a veces no se ha sido justo. Pero con el paso del tiempo es importante analizar si las decisiones que tomas son las correctas. Ante Las Palmas perdemos, contra el Sevilla ganamos y el equipo empieza a creer, y ganamos en Barcelona 1-2 en un gran partido. Luego ganamos 4-0 al Eibar. Y luego empatamos en Leganés. A partir de ahí el equipo se relaja. Hay jugadores que se ven más fuera que dentro. Y quizá no tenía que haber aceptado continuar. La decisión de renovarme se demoró mucho –se cerró en Singapur–, había grandes dudas a todos los niveles y ese entorno no es bueno. Creo que no se creía en mí y eso conlleva que ante la primera dificultad no se mantenga la decisión. La pretemporada fue difícil con jugadores que estuvieron a punto de salir y que era un error, porque ahora se ve el nivel de Parejo, que nos daríamos con un canto en los dientes si estuviera en Valencia.

–¿Qué pasó en ese inicio de temporada 17-18?

–Perdemos con Las Palmas con muchos errores defensivos, caemos en Eibar en un partido para ganar, perdemos con el Betis y con diez estuvimos a punto de empatar, y en Bilbao no merecimos nada. Creo que los resultados no estuvieron al nivel del juego. Ante las dudas, con la primera dificultad no hubo paciencia.

–¿Cree que García Pitarch estaba convencido de que tenía que ser usted el entrenador del Valencia?

–No. Hubo un momento en el que le pregunté a mi agente si estaba seguro de que debía coger el puesto. También es cierto que era una grandísima oportunidad. Salió mal pero si los resultados hubieran sido buenos... Si tenía dudas lo normal es que no me hubiera firmado.

–¿Aprendió de aquello?

–Sí, y mucho. En los proyectos posteriores sí me han permitido poder incidir en los fichajes cosa que en el Valencia no era posible.

–¿Qué le transmitió Peter Lim en aquel cara a cara en Singapur donde se cerró su renovación?

–Una persona que quería trasladar su éxito en los negocios al fútbol. Tenía ganas e ilusión, si ayudaba a Valencia, ayudaba a sus intereses. Pero no estaba rodeado de gente que conociera un club de fútbol. Los equipos son el reflejo de lo que es el club.

–¿Es Peter Lim el dueño ideal para un club como el Valencia?

–Es imposible gestionar a miles de kilómetros. No hablo de capacidades personales. La cercanía es fundamental. El palpar lo que ocurre es básico. Pablo Longoria, que es presidente del Marsella, en una conferencia decía que el observar, el palpar es fundamental para tomar decisiones.

–¿A Parejo lo bajó usted del autobús?

–Sí. Son cosas que te cuesta hacer pero son decisiones que debes tomar para instaurar un orden en el equipo. Hay decisiones que tomas con profundo dolor...

–A pesar de que sabía que Parejo era clave en su proyecto.

–Era el más importante de la plantilla. Lo que tratas es de recuperar al jugador y que algunas conductas no se conviertan en hábito. Había posibilidades de venderlo al Sevilla pero yo le transmití a García Pitarch que con lo que ofrecían era imposible encontrar un jugador del nivel de Parejo.

–¿El Valencia lo quería vender?

–Sí, estaba dispuesto. Desde un inicio me opuse. Es una pena que ahora mismo esté en el Villarreal.

–Si echa la vista atrás, ¿hubieras apostado por Carlos Soler?

–Es fácil decirlo ahora. Hay que intentar que los jóvenes no se quemen en el proceso. Había jugadores que tenían que haber estabilizado al equipo. Si ves cómo ocurrió todo, quizá Soler podría haber formado parte. Además, hubo fichajes para el centro que llegaron con pedigrí que luego no cumplieron. No dio tiempo pero Soler hubiera jugado muchos partidos. El problema es que no hay pausa para los jóvenes. El equipo que mejor lo hace ahora es la Real Sociedad, cuya base es la cantera. La gente de casa siempre es importante para los equipos y que tengas un plan. Y la inmediatez va en contra del trabajo.

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