Nuevo asalto del fútbol profesional en su afán por abrir los estadios al público. La Liga ha enviado ya al CSD (Consejo Superior de Deportes) su protocolo elaborado para el regreso de los aficionados. De momento –y viendo el cariz que está tomando la segunda oleada de la pandemia–, parece que el pulso va para largo. El departamento que preside Irene Lozano es reticente a mostrarse laxo en este sentido, por mucho que las medidas que se han propuesto sean de lo más estricto.
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Así se desprende del único epígrafe –de los cuatro de los que se compone el protocolo– que han visto a la luz, y que ayer difundió el colectivo ‘Aficiones unidas’. Se trata de lo establecido para la previa del partido, y en el que se han realizado esfuerzos para garantizar la distancia de seguridad y tener identificados a todos los asistentes a los estadios.
De este modo, uno de los aspectos que se tienen claros es el de mantener cerradas las gradas de animación, por la evidente dificultad de garantizar la distancia de metro y medio dada la idiosincrasia de las localidades más dinámicas durante los partidos. Tampoco se prevé que haya público en los asientos posteriores a los banquillos, destinados a suplentes, miembros del cuerpo técnico y futbolistas no convocados.
De igual modo, quedarán exentas de ser ocupadas las tres filas más cercanas al terreno de juego y aquellas que puedan interferir en la retransmisión del partido. El Valencia y el Levante –como el resto de clubes–, comunicarán a los aficionados que hayan sido seleccionados para acudir al choque: esto se hará por sorteo y de forma rotativa, según se desprende del protocolo de la Liga.
Este determina que el aficionado deberá confirmar su asistencia de forma telemática o por correo certificado, donde el club le remitirá la entrada, que será nominativa. En esta aparecerán sus datos personales, su ubicación en el estadio y la franja horaria para acceder y abandonarlo. Antes de entrar se cotejará el DNI y se tomará la temperatura. Además, los abonados no tendrán derecho por el momento a ocupar su localidad.
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El protocolo de la Liga, que ya está en poder del CSD, consta de otros tres epígrafes: día de partido, adaptación al protocolo de puerta cerrada, y anexo-código de conducta del espectador. Con esto se pretende convencer a una institución que se viene mostrando reacia a permitir la asistencia de público a competiciones deportivas de ámbito profesional.
Prueba de ello son las reticencias mostradas por la permisividad de la UEFA, que contempla un aforo del 30% para los partidos de Champions y Europa League, cuyas fases de grupo arrancan la próxima semana. Lozano remitió una carta al presidente del organismo que regula el fútbol continental, Alexsander Ceferin, en ese sentido: «Lo lógico y sensato, en consonancia con lo que ya cumplen los equipos profesionales españoles a nivel nacional, es desalentar la apertura de los estadios».
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Llegados a esta punto, hay dos posturas bien marcadas: la de la patronal de clubes y la de las instituciones. Los primeros quieren recuperar el público por el ambiente en los estadios y la recuperación de los ingresos. Prueba de ello es que el Barcelona tiene la intención de abrir el Camp Nou de cara al encuentro de Champions de la semana que viene contra el Ferencvaros y el Villarreal ya ha sondeado a la Generalitat para que La Cerámica llene parte de sus gradas en los choques de Europa League.
La respuesta del Gobierno autonómico, si se atiende al precedente de esta misma semana, puede aventurarse que será negativa. El miércoles el Circuit Ricardo Tormo anunció que sus dos GP del Mundial de motociclismo serán a puerta cerrada. La instalación ha presentado un protocolo para haber albergado público en la segunda carrera, siguiendo el ejemplo reciente de Italia y Le Mans (Francia)
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Como respuesta, una felicitación por parte de la Conselleria de Sanidad por el trabajo realizado, pero la negativa al permiso para que haya público en las carreras de noviembre. Ningún circuito español de los cuatro por los que pasa el Mundial celebrará sus GP con espectadores en este año.
Otro indicador de la opinión de las instituciones es la declaración de la consejera de Salud del Gobierno catalán, Alba Vergés, sobre si existe posibilidad de que haya público en el Camp Nou de cara al clásico del día 24, algo que tildó de «imposible». Esto mismo lo ha extendido, en una entrevista realizada ayer en Catalunya Ràdio, al encuentro de la Champions frente al Ferencvaros, debido a la evolución de la pandemia en la autonomía.
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El protocolo presentado por la Liga no establece un límite de aforo, ni siquiera un porcentaje. Indica que esto lo han de acotar desde el CSD. No se habla de una fecha concreta, pero sí parece que se esté trabajando de cara a dentro de dos jornadas, días después del inicio de las competiciones europeas al abrigo de la UEFA, en las que sí habrá público.
El Valencia afrontará un derbi ante el Elche y el Levante recibirá al Celta, aún en el exilio por no estar acabadas las obras del Ciutat. Mestalla y Orriols, por lo tanto, no acogerán todavía partidos, al menos, hasta noviembre.
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