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Fran Escribá: «No me gusta la crispación en torno al fútbol»

El entrenador explica que el tiempo les dio la razón sobre sus tres años al frente del Valencia: «Estar entre los cuatro primeros entonces no era suficiente»| «El equipo de Celades todavía va a luchar por la Champions», vaticina

cayetano ros

Viernes, 28 de febrero 2020, 01:39

Es curioso: la larga y rica experiencia de Fran Escribá en banquillos de la élite contrasta con la timidez del hombre que posa ante la fotógrafa.

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Pregunta. ¿El despido que más le dolió?

Respuesta. El del Getafe: es el único sitio donde no he sentido el control del vestuario. Lo que nos da la vida a los entrenadores es tener el control del vestuario, con independencia de cómo te lleves con el presidente o la prensa. No lo tuve ni en los momentos buenos.

P. ¿En el Celta sí lo tuvo?

R. Sí, y en el Villarreal también. Cuando me fui de Vigo, el vestuario estaba conmigo, mi relación con el grupo es buena profesional y personal. Sabían que los resultados iban a llegar.

P. ¿Cómo es Aspas?

R. Muy querido por todos. Me cuentan que era un chaval de carácter cuando era pequeño, como tienen la mayoría de los genios: el enfado al perder, la derrota les duele más que a la mayoría.

P. ¿En qué equipo ha disfrutado más?

R. En el Elche. El año pasado en el Celta fue una simbiosis con el equipo y los últimos partidos fueron fantásticos. Pero lo del Elche fue extraordinario porque el club venía de 24 años fuera de Primera: un estadio, una afición y una ciudad muy futbolera y muy de su equipo. Cuando vuelvo a Elche, la gente sigue agradecida. Era un equipo que no estaba hecho para subir, pero funcionamos como un reloj: batimos un montón de récords, fuimos líderes desde la primera a la última jornada. El segundo y tercer proyecto fueron más míos y, sobre todo, el tercero porque encontré a las dos personas más preparadas con las que he trabajado: Víctor Orta (director deportivo del Leeds) y Emilio Vega (en un proyecto ahora en el Alcorcón). Quedamos a mitad de tabla en Primera con jugadores muy desconocidos: Pasalic, Fakir...

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P. Y Damián Suárez. ¿Era igual de marrullero que ahora?

R. Igual, es una bellísima persona y excelente profesional, mucho mejor jugador de lo que la gente cree. Lo llevé al Getafe y es el único que sigue.

P. Usted empezó dirigiendo la escuela del Valencia CF.

R. Empecé con Alevines y Benjamines en el Valencia. Salieron Carles Gil, Víctor Camarasa y Luis Milla hijo. He disfrutado mucho, me gusta el contacto con los chavales, y los quiero muchísimo. Eso en el club se vio y luego me dieron en cargo de coordinador. Tomaban las decisiones Manolo Llorente y Miguel Ángel Bossio en la escuela.

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P. ¿Cómo da el salto al fútbol profesional?

R. Yo había hecho el nivel 3 con Quique Sánchez Flores y él me dice que, si tiene una oportunidad, cuenta conmigo. Me firmó para el Getafe como segundo y estuvimos siete años juntos.

P. ¿Cómo fue la etapa como entrenadores del Valencia? Se les recuerda sobre todo por el enfrentamiento final con Carboni.

R. No fue nada personal. Carboni era un jugador que había dado mucho, pero un futbolista recién retirado no está preparado para un cargo de director deportivo, que exige muchas más cosas. Y luego había una crispación social muy fuerte: el club venía de ganar una Liga, la exigencia era muy alta y cualquier cosa se veía mal. Al tercer año, fuimos a Sevilla siendo segundos. Contra Dani Alves, Kanouté, Renato, Luis Fabiano... nos expulsan a dos jugadores, se lesiona de la rodilla Edu, perdimos, bajamos a la cuarta posición y nos destituyeron. El tiempo nos dio la razón en muchas cosas y los tres años fueron buenos. Había una contestación social importante al presidente (Juan Soler). El equipo estuvo siempre entre los cuatro primeros, pero entonces no era suficiente.

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P. 'Gran' fichaje el de Tavano...

R. Sí, sí, nunca he visto un caso tan claro de ausencia absoluta de adaptación. Fue nula: a la ciudad, al club, a todo.

P. ¿Es verdad que tenía el coche lleno de quemaduras de cigarros?

R. Lo desconozco, en el fútbol italiano se fuma mucho. Rui Costa, nuestro director deportivo en el Benfica, nos contaba que en el Milan o en la Juve la mayoría fumaba. El mismo Rui Costa, un superclase, también fumaba.

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P. ¿A quién guarda más cariño de esa época en Mestalla?

R. Chemanu (utilero), que sigue allí, y a Voro, una persona excepcional, que empezó de delegado con nosotros en sustitución de Manolo Maciá.

P. ¿Qué pasó con Quique?

R. Al final de la temporada 2010-11, el segundo año del Atlético, le digo que me apetecía entrenar, con seis meses de antelación. Pasa como en un matrimonio que se separa, las cosas no están bien, pero, si uno mira fríamente atrás, ve momentos fantásticos. Los últimos meses no fueron buenos para ninguno de los dos, pero me quedo con otros muy buenos.

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P. ¿Y con qué se queda del Benfica?

R. El descubrimiento de Lisboa como ciudad, maravillosa, y lo que es Benfica para los portugueses, mucho más que el Madrid y el Barça en España. Es un referente social. Estuvimos un año. Traté mucho a Eusebio, que viajaba con nosotros. Shéu Han era un libro abierto. Y un día oí a Eusebio y a Shéu hablando del 'señor' Coluna, el capitán de su época. Me acerqué y les pregunté en la cena: 'Pero, perdonad, Coluna era compañero y ¿le llamáis 'señor'? 'Claro, era el capitán'. El respecto que le tenían era este. Es como si aquí Angulo le llamara a Albelda 'señor Albelda'. Y la escuela me encantó: comíamos todos juntos y, cuando entraban los chicos, venían los 80 a saludarnos. Vuelvo mucho a Lisboa. Mantengo el contacto con Rui Costa y con el presidente, Luis Felipe Vieira. Fuimos subcampeones y eso para ellos es un fracaso. En la historia del fútbol portugués, el Benfica nunca ha bajado de la tercera plaza.

P. En el Atlético ganan la Liga Europa, y coinciden con Raúl García...

R. Si lo conoces, lo quieres mucho. Nadie acertó con su posición hasta que llegó al Athletic y lo pusieron de segundo delantero. Tiene golpeo con la derecha, con la izquierda, va bien por arriba, es muy fuerte, tiene gol...

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P. Eso le ha pasado a Portu, mediocentro defensivo en la escuela del VCF y ahora mediapunta.

R. Nadie vimos ese potencial de Portu, es un cañón. Nos pasa mucho: Juanfran, en el Atlético, fue otro.

P. ¿A qué jugador potenció su carrera?

R. A Carles Gil se lo pedí al Valencia para el Elche, subió a Primera, estuvo en el Aston Villa y ahora está triunfando en Estados Unidos. Y luego Raúl Albiol siempre me dice que soy su padre, de broma. La idea del Valencia era dejarlo en Tercera en el filial, pero hablé con Edu Maciá para que nos lo cediera al Getafe. Fue cuando tuvo el accidente tan grave. Tenía 18 años, era mediocentro y con nosotros pasó a la posición de central.

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P. ¿Y cómo lo ve ahora en el Villarreal?

R. Yo lo pedí cuando Musacchio se va al Milan. A los entrenadores hay veces que no se nos escucha nada, y eso es un error. Me lo descartaron por edad y porque pensaron que era un jugador de vuelta, y, curiosamente, dos años después lo firman los mismos que no lo veían.

P. Y forma una excelente pareja con Pau Torres.

R. También, Pau estaba en el filial entonces, entrenaba mucho conmigo y me parecía muy bueno. A ellos les parecía muy blando: 'Es una madre', decían. Ha dado un salto tremendo.

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P. ¿Cómo cambiaron la dinámica del Atlético?

R. Nuestros delanteros eran el Kun y Forlán, y Diego Costa de suplente. El Kun es un elegido, el jugador diferencial. Tuvimos suerte para ganar al Fulham la Liga Europa: estuvimos a punto de caer en todas las eliminatorias, incluida un cuarto de final contra el Valencia con la famosa rotura de camiseta de Zigic en el minuto 80 y pico. Juanito hace un penalti claro a Zigic, no había VAR, el árbitro no lo pita y, con el 0-0, pasamos nosotros. Y así pasamos varias: Galatasaray, Sporting de Lisboa, Valencia, contra el Liverpool en la prórroga y la final contra el Fulham ganamos con un gol de Forlán en los penaltis.

P. En el Villarreal sumó tres puntos más que Marcelino el curso anterior.

R. Llegamos en agosto, yo estaba en el apartamento de El Puig, con bañador, era 10 de agosto, y había quedado para tomar un helado con mis amigos. Fuimos esa noche a Monasterios y estuvimos reunidos varias horas con Fernando Roig. Le dije que necesitaba una explicación porque no había motivos deportivos deportivos para la destitución de Marcelino. Encontré un club y un vestuario muy tocado. El año fue muy bueno: marcamos más goles, encajamos menos, hicimos más puntos, pero con 67 solo nos dio para ser quintos.

P. Y le echan del Villarreal en la siguiente temporada, al poco de empezar, tras tres victorias, un empate y una derrota en Getafe, sin muchos motivos.

R. Sin ninguno deportivo. La explicación de mi destitución está en la presentación de Calleja. Ellos dicen: 'Es uno de los nuestros'. Yo nunca fui uno de los de ellos.

P. ¿En qué ha cambiado más el fútbol?

R. El jugador, antes, accidentalmente era un deportista. Hoy es un atleta.

P. ¿Guardiola es el mejor?

R. Si a Hamilton le dan un mal coche, no va a ganar la F1. Aquel Barça ganaba jugando mejor que cualquiera de sus otros equipos. Klopp es muy bueno y Valverde, denostado este año, es un gran gestor de vestuario.

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P. ¿Entrenará en el extranjero?

R. He tenido opciones en Inglaterra, Grecia, Arabia, Qatar, China... acabaré entrenando fuera porque me atrae culturalmente.

P. ¿Ha ganado mucho dinero?

R. Vivo bien y tranquilo, pero nunca me he movido por dinero.

P. ¿Cuánto pagó de IRPF?

R. Mucho, pero uno siempre quiere pensar que paga lo justo. Esto de subir impuestos no me parece la solución.

P. ¿Cuál es su plan b?

R. Voy a seguir entrenando unos años y después me gustaría volver a mis inicios en el fútbol base.

P. ¿Qué tal futbolista fue?

R. Era un mediapunta zurdo de calidad, tenía claridad cara al gol, estuve siete años en la escuela del Valencia. Tuve compañeros que llegaron, Fernando, Giner, Fenoll...

P. Giner era muy malo técnicamente...

R. Pero era una bestia. Hubo compañeros que no eran mejores que yo y llegaron, y al revés. Yo quería jugar en el Valencia. Nunca pensé en Primera División, eso me daba igual, lo que quería era el Valencia. Pero es un sueño que superé hace mucho tiempo. Jugué en el Torrent con Paco López de compañero, en el Eldense, Novelda, Villena...

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P. ¿Pensó que Paco López sería entrenador?

R. No lo pensé nunca. Él estaba en el filial cuando yo estuve en el Villarreal, y éramos muy buenos compañeros, pero no le pensé. Cuando lo tiran en el Alcoyano, me llaman a mí, pero dije que no porque no creía en ese proyecto. Es una persona estupenda.

P. Usted es funcionario de Justicia.

R. Cuando estaba acabando mi carrera, como jugaba entre Segunda B y Tercera, saqué una plaza de funcionario. No sé si puedo volver o ya me han quitado la plaza. Pedí la excedencia hace más de 15 años.

P. ¿Qué piensa de la crisis del Valencia?

R. Vivo el fútbol de manera distinta al aficionado. No me gusta la crispación en torno a los equipos de fútbol. Los picos son cada vez más exagerados. El VCF viene de hacer buenos partidos ante el Barça y el Atlético y ahora viene de algunos malos, y se ve todo negro. Intento ser más equilibrado. En la Liga hay tiempo para luchar por la cuarta plaza, y estará hasta el final.

P. ¿Celades ha hecho un buen trabajo?

R. Creo que sí, él coge al equipo después de Marcelino, como me sucedió a mí en el Villarreal, y coge un vestuario y un ambiente enrarecido. Tiene un talante muy bueno y le dio tranquilidad al grupo. El grupo confía en él.

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P. ¿Qué otras aficiones tiene?

R. Tengo muchísimas: me encanta correr y, como vivo al lado del río, salgo cada día; no paro de leer; me gusta viajar; juego al golf un día a la semana; y ver fútbol y estudiar, siempre tengo algo en marcha.

P. ¿Qué lee?

R. Una autobiografía de Alex Ferguson, Leading, y acabé ayer una novela de Kawabata, premio nobel japonés, 'Lo bello y lo triste'.

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