Hubo un tiempo no muy lejano –2017– en el que desde la vicepresidencia del Gobierno Valenciano –Mónica Oltra– se decidió pisar con cierta vehemencia el ... jardín futbolero de las mujeres, un área –la del fútbol– que en lo que a Valencia se refiere ha sido demasiado manoseada en los últimos tiempos, no sólo en la cuestión que se refiere al dominio femenino sino también a aspectos bastante más enrevesados como puede ser por ejemplo el tema del Nou Mestalla. Puso la voz en grito Oltra para reclamar que aquel derbi entre Valencia y Levante se merecía que se disputara en Mestalla y no en la ciudad deportiva de Paterna. Eran otros tiempos, evidentemente. Ahora, curiosamente, el silencio envuelve tanto un club como otro cuando se están arrastrando ambos por la División de Honor, dirigiéndose con cierta firmeza al cadalso del descenso.
Publicidad
El que en otros tiempos llegó a ser un equipo intratable en España –las levantinistas– y la temporada pasada se quedó incluso a tan solo un punto de entrar en la Champions, es en la actualidad el más firme competidor de las valencianistas para no estrellar sus huesos en Primera Federación. Penúltimas y últimas respectivamente. No hay más preguntas señoría. La ruina deportiva amenaza seriamente al fútbol femenino en la Comunitat, que a este paso se va a quedar a final de curso sin ningún representante valenciano en la élite.
Bajan dos y el panorama es bastante inquietante porque retornar a la Liga F es una tarea nada fácil: el primero sube directo y promocionan del segundo al quinto clasificado. Equipos como Villarreal, Sporting Huelva y Alavés saben perfectamente lo difícil que es escapar luego de esa categoría de plata, algunos después de bajar y otros pese a la fuerte inversión realizada.
«Ahora sí que nos han autorizado a gastar más dinero», reconocen en el Valencia Femenino. Meriton aplica el mismo patrón para los chicos que para las chicas. Lo que antes no se permitía, ahora sí y deprisa y corriendo. Desde luego, el Valencia ha exprimido este mercado de fichajes. Tres bajas: Alicja Materek (extremo polaca que tan sólo había jugado 18 minutos), Almeida (con un salario importante) y la atacante canterana Olga San Nicolás. Cinco fichajes: Emma Martín (viene del filial del Barça), Amirah Ali, Ezekiel Motunrayo, Benedicte Simon y Sarah Hagg. La apuesta, casi a la desesperada, es ciertamente importante por el desembolso que va a suponer. Este próximo sábado, el Valencia tiene que pasar por el campo del Deportivo, que con 15 puntos en su casillero es precisamente uno de los equipos llamados también a pelar por la zona peligrosa de la clasificación. Si el Valencia no puntúa allí, casi como ocurre con el masculino contra el Celta, la permanencia estará ciertamente más que comprometida.
Sepultados los dos equipos femeninos valencianos por el día a día de sus homónimos masculinos (unos por no bajar a Segunda y otros para subir a Primera), la realidad en la que se manejan ambos clubes tiene matices que les diferencian. El caso del Valencia Femenino, por ejemplo, parece haber copiado el mismo patrón que lo que se está viviendo en el equipo que ahora entrena Carlos Corberán. Llevan años con una evidente tendencia negativa a la que nadie ha sabido ponerle freno. Sobre los motivos del fracaso de las chicas valencianistas, unos apuntan a los recortes económicos; otros a las continuas y graves lesiones; los hay que señalan las malas decisiones de Jesús Oliva –director deportivo– en lo que a los fichajes se refiere unido a la ausencia de un proyecto firme y decidido de futuro; y también los hay que apuntan que uno de los principales patinazos de esta temporada fue el de la elección del anterior entrenador (José Luis Bravo, un buen técnico de la casa pero que no tenía ninguna experiencia).
Publicidad
Posiblemente, sea la combinación de los cuatro anteriores ingredientes, cada uno en su grado, lo que ha hecho que el Valencia se encuentre ahora metido en el drama a nueve puntos ya de la salvación. Desde luego, Peter Lim va camino de conseguir lo que ningún presidente en Mestalla ha hecho: el doblete más nefasto de la historia, con chicas y chicos a punto de bajar.
Con 16 jornadas disputadas y 14 aún por jugar, el panorama no es nada alentador. Se ha percibido ya una sensible mejoría, eso sí. Con la llegada de Cristian Toro –un reconocido entrenador que ya estuvo en el Valencia–, desde el mismo vestuario se reconoce que las cosas han empezado a cambiar. «Nos hacía falta que nos pusieran las pilas», ha llegado a decir una de las futbolistas de la plantilla blanquinegra.
Publicidad
Las cifras del Valencia, sólo de mirarlas, asustan, lo que invita a pensar que por mucho trabajo y acierto que tenga Toro –que sólo ha firmado hasta junio–, la labor que tiene por delante es exageradamente complicada. De esas 16 jornadas, sólo ha sido capaz de sumar media docena de puntos. Realmente, sólo ganó un partido y fue precisamente al Levante, con una actuación estelar de Enith Salón que ahora, nuevamente, ha vuelto a caer lesionada. De no haber sido por la actuación de la guardameta y campeona del mundo con España, el Levante posiblemente hubiera terminado el encuentro con los tres puntos en su haber y además con una severa goleada a su favor.
Lo que llama poderosamente la atención es la cifra de goles que ha sumado el Valencia: 5. No es el más goleado (sale a una media de 1,6) pero sí el más inútil cara a puerta: un gol cada tres partidos. Así es imposible desde luego ganar. Y eso se debe al fracaso en los fichajes que ha habido precisamente en la jugadora que debía resolver esta papeleta. La brasileña Vitória Almeida llegó para ser la goleadora pero desde los primeros partidos se vio que ni iba a encajar futbolísticamente hablando ni se podía soportar su comportamiento. Hasta tal punto su comportamiento fue problemático que pese a tener contrato hasta 2026 acabó rescindiendo. Ahora el Valencia Femenino ha calcado más o menos lo del masculino. El miedo ha hecho que de las severas restricciones económicas se haya pasado a una frenética actividad en lo que a refuerzos se refiere.
Publicidad
¿Y en el Levante? El caso granota es diferente pero igual de peligroso. Tiene un historial envidiable. Fue Dolores Escamilla la que convenció a finales de los noventa a Pedro Villarroel para que diera el paso y asumiera como azulgrana al San Vicente Valencia –el club de Mestalla decidió mirar para otro lado–, aquel equipo liderado entonces por Descalzo y que llegó a dar cuatro ligas y a jugar la Champions.
El tijeretazo sufrido por la sección femenina hizo que hubiera desbandada general: Baños al Athletic; Alba Redondo y Mendes al Real Madrid; Lloris al Atlético, Mendoza al Madrid CFF; Nunes dejó dinero por irse al Aston Vila... aún así, tiene una plantilla algo más consistente que las vecinas. Pero la salvación la tienen a cinco puntos, con Barça y Real Madrid como próximas rivales.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El rincón de Euskadi que te hará sentir en los Alpes suizos
El Diario Vasco
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.