T. C.
ELDA.
Lunes, 12 de marzo 2018, 00:18
A principios de 2017, el grupo inversor italiano liderado por Nobile Capuani entra en el Eldense. David Aguilar, empresario local y máximo responsable de la directiva en ese momento, vivió todo el proceso en primera persona.
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-¿Por qué entra el grupo italiano en el Eldense?
-Su gestión empieza en enero de 2017. Habían venido en agosto, pero nosotros les exigimos una serie de condiciones que no aceptaron. Alfonso Ortuño -expresidente- hace una rueda de prensa en la que reconoce que el club está mal económicamente y los italianos vuelven. Lo único que tenían que hacer era asumir los gastos que había, pero no aportan nada. Trataban mal a la gente y a principios de febrero empiezo a mosquearme. No pagaban a los jugadores porque tenían de tiempo hasta mayo, pero no podía permitir eso. ¿De dónde sacamos el dinero en tan poco tiempo si ellos no hacen frente?
-No le gustaba la gestión, pero, ¿sospechaba de los amaños?
-Cuando los jugadores bajan de Cornellà a Elda, hay dos que me dicen: 'los jugadores del Cornellà nos dicen que para qué corremos, que vamos a dejar de ganar 1.000 euros'. Nos mosqueamos y luego, el siguiente partido contra el Gavà también estaba amañado. Fui a buscar a Capuani pero había desaparecido. Ya no viene, nunca vuelve. Hice una reunión con los españoles porque me mosqueo y les digo que tengan tranquilidad y que si pasaba algo, nosotros estábamos detrás. Y en esa reunión estaban Maiki Fernández y Nico Cháfer, yo no sospeché nada. No me podía imaginar lo que vino después.
-Después de interponer la denuncia, ¿pasó miedo?
-Al principio no. Empecé a estar muy preocupado al tercer o cuarto día. Un día me llamó mi hijo a la 1 de la madrugada: '¿papá, nos va a pasar algo?' Cada vez que lo digo... Estaba muy preocupado por mí, él venía al club conmigo casi todos los días. Fueron las peores semanas de mi vida.
-Y entonces llega la denuncia, primero pública, de Cheikh Saad...
-El domingo (después del 12-0 ante el Barça), me reuní con la directiva y decidí denunciar. Hablo con el abogado y digo: 'voy a llamar a Cheikh'. Le dije a Cheikh: 'voy a por ti y nos vamos a denunciar, tenemos que ir los dos'. Él me dijo que estaba en Murcia y no podía. Le habían llamado los italianos y se lo habían llevado a un chalé de Torrellano para que no hablara. Al final, Cheikh seguro que era el que más necesitaba el dinero y sin embargo, fue quién señaló con el dedo a sus compañeros. ¿Si fue un héroe? Sí, claro.
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