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Javi Moreno: «Siempre fui un rebelde»
TRABAJO, SILENCIO Y SUERTE

Javi Moreno: «Siempre fui un rebelde»

El exdelantero valenciano de un Alavés mítico, recorre su fascinante carrera: «El primer día que llegué al Milan, todos iban de Armani y yo con mi chándal de Kelme»

cayetano ros

Viernes, 17 de abril 2020, 00:09

Pregunta. Perdimos su pista al colgar las botas. ¿Qué hizo?

Respuesta. Los dos primeros años me dediqué a viajar. Necesitaba conocer mundo: Argentina, Maldivas, Nueva York, Las Vegas, Orlando...

- ¿A qué se dedica ahora?

- Entreno al Pozoblanco, luchando por salvarnos en la Tercera División. A mí me gusta atacar, ser muy ofensivo, pero la táctica depende de los jugadores.

- ¿Entrenó al Utiel?

- Fue el primer equipo que entrené, en Tercera. Íbamos últimos y nos salvamos en la última jornada. Toda mi familia es de Utiel: mi abuelo cortaba las taquillas en el campo y mi padre jugó allí. Luego, mis padres se vinieron a Silla. Mi padre, que falleció en diciembre, era serrador: cogía troncos de cinco o 10 metros y los cortaba jugándose las manos.

- ¿Qué le disgusta del fútbol moderno?

- No hay un respeto por el veterano, y la gente joven no tiene el hambre y la rabia de querer ser futbolista. Ni la pillería de la calle. Son educados de otra manera. Yo me crié en las calles de Silla. Antes te tirabas a la calle: dos piedras a un lado, dos piedras al otro. Dos porterías.

- ¿A favor del VAR?

- Sí, porque antes un fuera de juego contra el Madrid o el Barça, siempre les favorecía. Lo he sufrido. Ahora ya no.

- ¿Cambiaría algo si volviera a empezar?

- Me cuidaría muchísimo más para alargar mi carrera y retirarme a los 40. Ha habido momentos muy malos que solo los han sufrido mi padre, mi madre y la que era mi mujer. Me retiré con 34 años en el Ibiza, jugué ya poco por las lesiones.

- ¿Y de su carácter?

- Tenía muy malas pulgas, me han expulsado por codazos, cebollazos..., era muy competitivo. Pero ese carácter fue para lo bueno y para lo malo.

- ¿Lleva la cuenta de cuántos goles metió?

- Un porrón. Nunca llevé la cuenta. Ni le di importancia. Los disfrutaba en el momento, los celebraba y ya está. El día a día.

- ¿Qué delantero fue?

- Muy técnico, con el balón me sentía muy cómodo. Le pegaba con las dos piernas. No tenía miedo. Me gustaba el choque y la pelea. Cuando venían a pegarme era cuando más a gusto estaba.

- ¿Los defensas más duros?

- Fernando Hierro, Fabián Ayala y Fernando Couto, a quien le rompí el pómulo.

- ¿Le pudo alguna vez la presión?

- Me gusta jugar con presión, pero lo pasé mal en el Atlético: no jugaba y esperaban mucho de mí. Fue el peor momento de mi carrera. También me impresionó la primera vez que fui al Bernabéu. Estaba en Segunda con el Alavés y eliminamos al Madrid en la Copa. Estaba vacío el campo, miré hacia arriba y 'uf'. Después, cuando está lleno, solo oyes el murmullo. A no ser que te canten en contra como un día en Riazor («¡Qué malo eres, Javi Moreno, qué malos eres!»). Me gustaba marcar y encararme con ellos. No tiene importancia. Solo es fútbol.

- ¿Era del Madrid?

-Mis padres, mis tíos, todos, pero el Barça me trató de maravilla y me hice culé.

- ¿Su ídolo?

- El futbolístico, Hugo Sánchez. Pero el verdadero ídolo es Manolo García. Es mi amigo desde hace 20 años y todavía me impone. Lo escucho y me hace llorar. Lo he seguido por toda España. No sé cuántos conciertos habré visto. Lo escuchaba en la mili, en Zaragoza, y se me saltaban las lágrimas.

-¿Sufrió mucho por su tendencia a engordar?

- En los últimos años, sí. Cuando eres joven, si en verano pones tres kilos, te quitas seis. Pero después ya no es fácil. Fue un problema. Ahora hay mucha más información y todos están más preparados: no pueden pasarse ni 100 gramos. No es que comiera mucho, pero en vez de un huevo, me comía dos.

- Cuando era niño, ¿por qué no fichó por el Valencia?

- Yo quería ser portero, como Arconada, pero como había cinco porteros en el equipo del Silla, me pusieron de delantero y empecé a marcar goles. Me llamó la selección valenciana sub16 y se interesaron algunos equipos. Pasé dos pruebas en el Madrid, pero no me gustó el hostal de la calle Recoletos donde tenía que quedarme. Estaba en un camping en Altura, de vacaciones, y me fui a Paterna con mi padre porque el Valencia quería firmarme. Querían que estudiara en Cheste, pero a mí nunca me gustó estudiar. Era muy mal estudiante. Entonces aparecieron en Paterna mi hermana y mi madre diciendo que me habían llamado del Barça. Yo era muy revoltoso, hacía muchas trastadas, y a mi padre le gustó el orden que había en La Masia. Llegué con 15 años y me encontré con Guardiola, De la Peña, Víctor Valdés, Celades...

- Perteneció a la Quinta del Mini.

- Sí, ganamos la Copa del Rey y la Liga sub19, éramos un equipazo: Valdés, De la Peña, Roger, Velamazán, Arnau, Quevedo...

- ¿Cómo es Celades?

- Muy amigo, me saqué con él el curso de entrenador. Muy educado, tranquilo y buena persona, pero tiene mucho carácter cuando se enfada.

- ¿Paco Jémez es el mejor entrenador que ha tenido?

- Sí, lo tuve en el Córdoba, porque decía las cosas a la cara. Al futbolista no le gusta que le mientan, luego puedes estar de acuerdo o no.

- ¿Cómo le trataba Luis Aragonés en el Atlético?

- Me pinchaba. Metí dos goles contra el Jerez en Copa, era miércoles. Llega el domingo y me pone contra el Madrid: marco de penalti y empatamos a dos con el gol final de Albertini (antes había marcado dos Figo de penalti). A la jornada siguiente, llamo a mi familia para que venga porque jugamos contra el Depor y estaba convencido de que iba a jugar. No me convocó. Tuve muchas broncas con Luis, los dos teníamos mucho carácter, él intentaba exprimirme, y yo le planté cara porque siempre fui un rebelde.

- ¿El futbolista más completo?

- Maldini: al cruce, cabeza, derecha, izquierda, anticipación. Y el más inteligente, El Guaje Villa. Coincidimos en el Zaragoza. Yo me mataba y él marcaba, era muy listo.

- ¿El secreto del Alavés?

- Fue el mejor vestuario. Íbamos juntos a tomar el pincho de tortilla, el zurito (vaso pequeño de cerveza) o lo que fuera. Muy generosos. Siempre juntos. Mané era muy serio, pero te dejaba mucho margen fuera del campo.

- ¿Le pesaba a Jordi Cruyff ser el hijo del mito (Johan)?

- No, qué va, era muy buen tío, cariñoso, siempre con una sonrisa, muy flaquito.

- ¿Ya le ha perdonado a Mané que lo sustituyera en la final de la Copa de la UEFA, el Alavés-Liverpool de 2001, nada más marcar dos goles?

- En el momento me sentó muy mal, pero yo, como entrenador, hubiera hecho lo mismo para reforzar el centro del campo (entró Pablo). Antes de salir vi la cara de los centrales: Carragher y Babbel, y tenían miedo de lo que se les venía encima. Fuimos un equipo muy muy valiente. Corríamos hasta el final. 125 minutos. Quedamos sextos en la Liga pero, en la última jornada, llegamos con opciones de ser segundos si hubiésemos ganado en San Mamés (ganó esa Liga el Deportivo).

- A punto estuvo de ser Pichichi.

-Todo el año fui máximo goleador hasta que me lesioné en un partido con España frente a Liechtenstein (un esguince de tobillo de caballo). Llegué con opciones a la última jornada, le metí un gol al Numancia e hice 22, pero Raúl metió dos (24) y Rivaldo tres al Valencia (uno de chilena hasta los 23).

- ¿Cuánto pagó el Milan por usted?

- 1.500 millones de pesetas, nueve millones de euros. Llegué el primer día a Milanello con mi chándal Kelme y pensaba que iba muy moderno. Todos iban de Armani. Parecía una boda. 'Vamos a comprar ropa', le dije a mi mujer. Jugar un minuto en el Milan era muy caro. Competía contra Shevchenko, Marco Simone, Inzaghi, Rui Costa, José Mari, Pirlo (que entonces jugaba de media punta), Bierhoff...

- ¿Con quién se llevaba mejor?

- Con Gattusso, era un animal, como yo. Carismático. En la pretemporada se ponía a tirar, delante de todos, se giraba y nos gritaba para que le siguiéramos el ritmo. También con Pirlo me llevé muy bien, vivíamos todos en la misma urbanización.

- ¿El más pijo?

- Costacurta, la elegancia personificada. Y Fernando Redondo, un espectáculo.

- ¿Cómo era aquel Milan tan poderoso?

-Un día fui al hospital para hacerle una ecografía a mi hija. Me dieron cita para mucho después. Ya en el coche le llamé al médico del club y me dijo que volviera al hospital. Se ha hicieron inmediatamente.

-Vuelve a España y ¿qué se encuentra?

- El Atlético estaba intervenido judicialmente y 12 jugadores lo denunciamos a la AFE para cobrar.

- ¿El entrenador que peor lo trató?

- Manzano no me gustó. Yo había sido el máximo goleador de la pretemporada y no me puso al arrancar la Liga. Le pedí explicaciones y no supo dármelas. Eran órdenes de arriba porque yo había denunciado ante la AFE. Con Contra y Sergi, éramos los únicos denunciantes que seguíamos en el club.

- ¿Cuándo fue a la selección?

- Antes del Mundial de Corea y Japón, con Camacho, en la fase de clasificación contra Bosnia y Liechtenstein, pero me fui al Milan y, como apenas jugaba, Camacho no me llevó. Debuté en Birmingham, en campo del Aston Vila, contra Inglaterra. Fallé un penalti y perdimos 3-0. Luego marqué contra Bosnia en mi segundo partido. Camacho era diferente: un buenazo que montaba un picoteo después de cada entrenamiento.

- Cuente la extraordinaria relación con su representante.

- Antonio Alfaro, un segundo padre, nunca tuve con él nada firmado. Yo estaba en el Córdoba, harto del fútbol, cuando me llamó e insistió para que no me lo dejara. «Si me engañas, te romperé la cabeza», le dije. Hasta hoy. Me llamaron Orovitg, Minguella...pero siempre he estado con él. Me llevó al Yeclano y allí, con José Víctor Rodríguez, volví a sentirme futbolista. Metí nueve goles en la primera vuelta y Juan Carlos Rodrígez (El Bala) me llevó al Alavés.

- ¿Cómo era El Bala?

- Pequeñito, muy directo, dicharachero.

- Y en el Numancia, Lotina no sabía ni su nombre.

- Eso fue el primer día. No me conocía y me llamó Dani Moreno.

- ¿Por qué vuelve al Córdoba: del Atlético de Madrid a Segunda B?

- Tenía una espina clavada con el Córdoba, quería disfrutar del fútbol, marqué 24 goles y subimos a Segunda A.

- Debutó tarde en Primera.

- Con 25 o 26 años, en Riazor, perdimos 5-1. Venían veteranos con Carmona, Berruet o Téllez que también debutaban en Primera. Lo importante en el fútbol es saber tus cualidades.

- Coincidió con Julio Salinas.

- Me enseñó qué era el fútbol. Era un trozo de pan. Me dio muy buenos consejos.

- ¿Y la experiencia inglesa?

- Seis meses en el Bolton, con Iván Campos. Perdimos la final de la Curling Cup contra el Middlesbrough de Mendieta. No me adapté bien pero el fútbol era muy divertido.

- ¿Ganó mucho dinero?

- No me puedo quejar.

- ¿Para vivir de las rentas?

- Si no haces ninguna idiotez, sí.

- ¿Ha invertido bien?

-Creo que sí.

- ¿Sector inmobiliario?

- Parte. Un piso en Madrid, una casa en Utiel, una casa en Valencia, una nave industrial...

- ¿Y tras retirarse le dio por el triatlón?

- Siempre me gustó nadar, pero no sabía. Un amigo de Silla, Manolo Ortega, me enseñó a nadar; la bici se me daba bien pero, curiosamente, lo peor era lo mío: correr. Las piernas se me ponían como cemento después de 45 minutos. Me puse más flaco que cuando era jugador; ahora estoy otra vez fondón. Me rompí los ligamentos cruzados de la rodilla y me operé en verano pasado, pero ya no puedo jugar ni a pádel (tenía locura por el pádel).

- ¿Se acabará esta Liga?

- El futbolista va a tener mucho respeto. En un partido, sudas las manos, te tocas, no sé qué va a pasar. Las Ligas profesionales sí se acabarán por intereses económicos; la amateur tengo más dudas: la gente trabaja entre semana. Los futbolistas son los artistas: si dicen que no juegan porque tienen miedo, no juegan. Va a ser difícil la vuelta a la normalidad, creo que va a afectar esta Liga y la siguiente.

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