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cayetano ros
Jueves, 13 de agosto 2020, 22:51
- ¿El fútbol se acaba?
- El fútbol no se acaba nunca. Yo soy muy 'camisetero'. La camiseta del Villarreal y la de Puchol [el pilotari, presente en la entrevista]. Vivo el Villarreal a muerte, 24 horas. Ahora alguna menos porque me he jubilado.
- Pero sigue siendo vicepresidente. ¿Es como dejar de fumar?
- Sí, si continúas yendo y participando, acabas volviendo. Y yo no quiero volver, quiero que la gente que está allí decida por su cuenta, que es lo que hacen. Y si en algún momento me necesitan, estoy al servicio del club.
- ¿No echa de menos la adrenalina?
- No, porque no ha sido un corte...., la broma la broma es que he tenido cuatro operaciones graves en los últimos años (corazón, cáncer y estómago) y Fernando hijo ya llevaba la dirección de las cosas (el padre se ocupa de sus fábricas y se le consultan las cosas importantes).
- ¿Qué tal jugador fue?
- He jugado aquí en la playa (en la urbanización Puig-val) y en los veteranos del Puçol (como era presidente, me ponía titular indiscutible). Siempre he tenido buen toque de balón, eso sí.
- ¿Y dónde nace ese amor por el fútbol?
- Cuando tomé la comunión, mi padre era socio del Valencia, del Levante y del Puçol. El Sporting estaba en Segunda, subió ese año. Por cierto, había un goleador valenciano, Ricardo, máximo goleador de Segunda durante muchos años. De Moncada. No sé si vive [se refiere a Ricardo Alós, de 88 años]. Y luego fuimos a ver Real Madrid- Fiorentina en la segunda Copa de Europa. Siempre he tenido esa pasión. Y fui presidente del Puçol porque unos amigos me dijeron que no se cobraba y que íbamos a bajar.
- ¿Qué se siente más: valenciano o asturiano?
- Me siento valenciano, pero he sido toda mi vida del Sporting de Gijón. El Villarreal está fuera de concurso. Y hubo dos épocas en las que fui muy del Valencia: una cuando estaba Claramunt y otra cuando mi padre fue directivo del Valencia. Pero mi equipo de verdad es el Sporting porque mi padre me hizo abonado cuando tenía un año.
- ¿Cómo recaló su padre, asturiano, en Puçol?
- Vino con la guerra, conoció a mi madre, se casaron, se quedó aquí y montó un imperio del hierro. Llegó a tener 4.000 trabajadores hasta que las cosas no estuvieron bien y tuve que salir a buscarme la vida. Trabajé en neumáticos, cinco años en Pirelli y cinco en Good Year.
- ¿Cómo entró en el Villarreal?
- Casualidades. Estaba un día comiendo en Vila-real y vi al presidente del club, Pascual Font de Mora, cuya familia por parte de la mujer, los Gozalvo, eran muy amigos de mi padre. El club se había convertido en sociedad anónima y me ofreció un puesto de director general para ver si nos salvábamos en Segunda. Lo logramos.
- ¿Cuál fue su aportación al proyecto cuando entró Fernando Roig?
- Me tocó la lotería al entrar Fernando Roig. El Villarreal había sido un equipo de Regional, de Tercera, de Segunda B, y Fernando lo lleva a una dimensión que yo no podía imaginar. Yo le aporto trabajo y fidelidad al club. En el mejor de los casos metíamos en el campo 3.000 personas, de los cuales 1.000 y pico eran jubilados que pagaba el abono el Ayuntamiento. Ahora metemos 22.000. Es un club único en el mundo y se debería estudiar a fondo en las universidades.
- ¿Cómo recuerda la etapa de presidente del Puçol?
- Yo era más joven que algunos de los jugadores y subimos a Tercera. Aquello era como cuando el Villarreal empezó a jugar contra el Madrid y el Barcelona. Fuimos campeones de España de aficionados. Jugaba Enrique Claramunt con nosotros, un gran tipo, igual que su hermano. Pepe fue el mejor jugador ex aequo con Kempes que ha pasado por el Valencia.
- ¿Le gustaría volver a Argentina?
- Sí. Dejé muchos recuerdos y amigos, aunque se van muriendo. Tuve una relación con el presidente de Boca, Macri, con la gente de River, de Newells y de Rosario Central. Un día un taxista, que era de River, me contó que conocía a un tipo llamado Llaneza que era un fenómeno porque estaba 'limpiando' jugadores al Boca. Al final le dije que yo era Llaneza. Hemos tenido 30 y tantos jugadores argentinos.
- Elija uno.
- Como jugador de fútbol, indudablemente Riquelme; como personas, Arruabarrena, Diego Cagna, Sorín... grandes tipos. En Brasil también teníamos buenas relaciones y Marcos Senna ha sido el más completo.
- ¿Qué fichaje le hizo más ilusión en estos 26 años?
- El que más ilusión nos hizo a todos fue Palermo. Acababa de ser campeón del mundo de clubes y le había metido dos chicharros al Madrid en Japón (2000). Cuando conseguimos que viniera el Villarreal, ni yo mismo me lo creía. Fue empezar a colocar al Villarreal en el mundo. Luego tuvo la desgracia de romperse todo en el campo del Levante, le cayó la pared encima.
- ¿El fichaje más difícil?
- Ahora los jugadores quieren venir. Antes tenías que explicar dónde estaba Vila-real.
- ¿El peor momento?
- El segundo descenso fue durísimo (2012). Dos partidos perdidos en el minuto 90 y tantos.
- ¿Guardan rencor al Valencia por ganarles con gol de Jonas y, precisamente, con Emery en el banquillo?
- La obligación del Valencia era ganar y ganó. La nuestra era como mínimo empatar y no lo hicimos. Nada que reprocharle al Valencia. El Villarreal solo estuvo en Segunda División el último minuto del último partido.
- ¿Y se arrepiente de ese enfrentamiento con Godín en el último partido contra el Atlético?
- Pues claro que me arrepiento, no debí armar ese número que armé, pero él vino al vestuario a qué. Me enfadé y, en vez de marcharme, me quedé esperándole. Si me daba una bofetada, me sacaba del campo, pero no estoy orgulloso de eso.
- ¿Ha sido un chollo fichar a Parejo y a Coquelin?
- No. Los tratos en fútbol son a tres patas: estar de acuerdo el vendedor, el comprador y el jugador. Hemos conseguido los tres. Estoy convencido de que van a dar un gran rendimiento, pero hay que verlo.
- ¿Han superado al VCF en la pugna por el fútbol valenciano?
- Esa pugna no ha existido en el Villarreal. El presidente no la habría aceptado nunca. Si quieres ser algo, tienes que pasar por los 43 puntos en la Liga. Al principio se hacían comidas de hermandad que se deterioraron cuando cogimos fuerza. De los últimos 23 años, 20 los hemos pasado en Primera, y de esos 20, 16 o 17 jugando en Europa. Ese es nuestro mérito. Aparte de una labor social que no está a la vista.
- ¿La estabilidad es la clave?
- Primero el presidente (Fernando Roig) tuvo que hacer una inversión importante para cambiar el campo, la ciudad deportiva y traer jugadores. Esta es la quinta temporada que el equipo no da pérdidas.
- ¿Como es que el Villarreal tiene liquidez cuando la mayoría de clubes están tiesos?
- No estoy de acuerdo. Hay algunos clubes tiesos, pero bastante menos de lo que había antes. Procuramos y así lo lleva el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles, que el gasto y los ingresos sean parejos. El último descenso fue un punto de inflexión. Ese año perdimos bastante dinero, pero vendimos muchos jugadores y el año pasado ya tuvimos 11 jugadores en la plantilla procedentes de la cantera. El descenso sirvió para limpiar muchas cosas y hacer otras. Llevamos cuatro años siendo campeones juveniles de la Comunidad y el año pasado fuimos campeones de España en la final contra el Atlético. A esos chicos hay que darles salida.
- ¿No han podido retener a Cazorla?
- Santi ha hecho lo que tenía que hacer. Yo lo vi en Vitoria cuando estaba lesionado, él decía que iba a jugar y yo pensaba que era una ilusión. Se ha ido muy bien del club.
- ¿Han sido injustos con Javi Calleja?
- No, son decisiones como lo fue haberlo llamado para ser el entrenador.
- ¿Y recurir a él después de haberlo echado?
- Fue algo personal del presidente Roig. Y acertó porque nos salvamos.
- ¿La marcha de Bruno después de ese gran esfuerzo por volver?
- Es una opinión personal bien tomada. Bruno ha estado tres años trabajando para ese partido de despedida contra el Eibar. La pena es que no había público. Bruno rechazó en su día ofertas importantes de Primera para seguir con nosotros en Segunda.
- ¿Una era del Valencia?
- Puede ser.
- Eso pesó para que después le respetaran el contrato en esos tres años lesionado.
- Los contratos están para cumplirse. Y él tuvo la suerte de estar en un club como el Villarreal que no ha engañado nunca a nadie. Hemos sido con una rectitud total y si el presidente ha dado una palabra, esa palabra se ha cumplido.
- Los poderes del fútbol español respetan mucho al Villarreal: 11 penaltis a favor en la pasada Liga, el que más empatado con el Madrid.
- En eso no estoy de acuerdo, ha habido años en que no hemos tenido prácticamente ninguno a favor. Se te ve el plumero, eh. Si nos han pitado 11, nos deberían haber pitado 15.
- ¿El Villarreal tiene controlada a la prensa?
- Eres amigo de los periodistas de Vila-real. Pregúntales.
- ¿Podrían haber desarrollado el mismo proyecto en el Valencia?
- No te voy a contestar. El Valencia es un gran club con una idiosincrasia propia.
-¿Está a favor del VAR?
- Sí. Ha servido para que los equipos humildes podamos aspirar a cosas que antes solo tenían los grandes.
- ¿Los mejores entrenadores?
- El Villarreal ha tenido dos grandes entrenadores: uno Manuel Pellegrini, que cambió la historia; y luego Marcelino, un gran entrenador, pero personalmente con un trato muy complicado.
- ¿Y ese gusto por los jugadores de toque?
- El Villarreal es una forma de vida. A veces pecamos de no tener jugadores duros atrás, por preferir jugadores de toque, pero, bueno, es nuestro estilo y espero que continuemos muchos años. Es mucho más divertido, ¿no? El fútbol es una forma de vida. Muchas veces nos hemos equivocado con jugadores y algunas con entrenadores.
- ¿La peor operación?
- He hecho muchas que han salido muy mal, pero no quiero nombrarlos.
- ¿Algún descubrimiento?
- De los que están ahora, Pau, Gerard Moreno, Moi Gómez, Manu Trigueros... los he visto desde alevines.
- En el club pensaban que Pau Torres era una madre...
- Nosotros no pensábamos eso: fue titular en el B, se fue al Málaga y en este momento representa la identidad total del club. Pau está desde benjamín y estará más tiempo que Bruno si llega al final.
- ¿El mejor partido?
- Lo he visto hace poco: el de cuartos de final de la Champions de 2006 contra el Inter de Recoba, Verón, Zanetti, Materazzi, Córdoba.... Perdimos allí 2-1 y aquí en el minuto 50 y pico marcó Arruabarrena el 1-0. A partir de ahí les dimos un baño impresionante.
- ¿Y la semifinal perdida contra el Arsenal?
- También la he visto hace poco. Les dimos un baño. Antes del penalti (fallado por Riquelme), tenemos hasta siete oportunidades clarísimas. Forlán, que no fallaba nunca, falló; y después Guille Franco envió un cabezazo fuera. No tocaba y no tocó.
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