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Martínez Munuera señala un penalti en el último Barcelona-Real Sociedad /REUTERS
Juan Martínez Munuera: «El fútbol debe volver cuando no haya riesgo de contagio para nadie»

Juan Martínez Munuera: «El fútbol debe volver cuando no haya riesgo de contagio para nadie»

«Nadie quiere contagiar a sus padres, a su mujer o a sus hijos. Todos vamos a ser ahora más cautos, hemos visto la gravedad», indica sobre el Covid-19 el árbitro internacional

moisés rodríguez

Lunes, 13 de abril 2020, 23:27

Juan Martínez Munuera es de Benidorm: «Leo Harlem, en sus monólogos dice: '¿Qué son los de Benidorm? Turistas'. Pues ahí nací yo». Es hijo de un hombre de Murcia y de una mujer de una localidad de Jaén (Torreperojil) que emigraron en busca de trabajo. «Les debo todo que soy y ahora lo mínimo que podemos hacer es cuidar a nuestros padres», comenta cuando, durante la charla, desvela que les lleva cada semana la compra a casa desde que estalló la crisis del Covid-19. También da a conocer su ritual antes de salir del vestuario para arbitrar un partido. Siempre pone la canción 'Eldorado' de 'Revólver', que se sabe de memoria y tararea con sentimiento. «A los asistentes les digo: 'Chicos, que no se nos olvide de dónde venimos, por qué estamos aquí y a quién le debemos lo que somos'». Es el lado más humano de un colegiado internacional alicantino que, a sus 37 años, está entre los mejor considerados en España y en Europa.

–Usted es policía...

–Sí, desde que en 2001 o 2002 entré en Teulada-Moraira. Llevo ya casi diez años de excedencia, pero pasé nueve en la Policía. Con mi edad no parece posible...

–Es joven... ¿y por qué policía?

–Cada uno tiene su pasión y la mía era ser policía, lo tenía clarísimo. Eso que te preguntaban en el instituto qué quería ser... policía. Mi padre me dijo que debía ir a la universidad y luego ya vería y le contesté que no, que yo lo tenía decidido. Luego ya haría criminología, derecho o lo que considerase, pero lo primero era eso. Al final me preparé y tuve la suerte de que no había empezado el boom de 2004, que para una plaza se presentaban 1.000. Poco a poco, conseguí la mía en propiedad. Tuve que pasar por tres sitios distintos, a cada cual me enamoré más. Teulada me encantó, Altea también y acabé en Finestrat, que me enamoré del pueblo, del ayuntamiento y de la zona. Aquí vivo y es maravilloso, como un paraíso. Igual que Benidorm, donde he nacido y ese cariño no es comparable con nada.

–No eligió mal los destinos...

–La verdad es que para nada. En Finestrat me compré muy pronto una casa en plena montaña. Viajo mucho y cuanto más estoy fuera, más me enamoro de donde vivo.

–¿Cómo afronta la situación actual un árbitro de fútbol?

–Imagino que como la mayoría de la sociedad, con mucha cautela. Igual también con un poco de nervios por todo lo que sucede, impotencia y rabia. Esperando que la situación se normalice y nadie corra peligro. Que podamos volver a la calle con la alegría que nos caracteriza a los españoles, con ese calor latino, abrazarnos... Ojalá todo eso regrese. Ya digo, como el 90% de la gente con la particularidad de que no dejas de prepararte para si en algún momento hay el fútbol, estar a punto.

–¿Cómo lo hace?

–Pues tengo la suerte de que compré una parcela muy grande. Tengo una zona con césped artificial y un gimnasio con maquinarias que he ido comprando a amigos, gomas, TRX... Incluso a otro que tenía una retroexcavadora le hice venir a preparar una rampa de tierra... las cosa de cuando llegas al fútbol profesional y eres joven, que quieres estar lo mejor posible. Ahora le estoy sacando partido.

–Si hay otro confinamiento, creo que me voy a su casa...

–(Ríe) La verdad es que estoy distraído. Tengo dos mastines y vamos por la parcela, por ejemplo, cortando leña. Lo pasamos mejor que otras personas que están encerradas entre cuatro paredes, aunque la gente está demostrando tener mucho ingenio.

El colegiado, con sus dos mastines españoles, Thor y Nala. /LP

–Cuando ve que los estamentos del fútbol pelean por las fechas de volver, ¿siente miedo de que tenga que pitar en dos meses?

–Yo creo que no es momento de hablar de eso. Ahora importa que se vuelva a la normalidad, que todos podamos salir sin temor al contagio. El fútbol que se retome cuando podamos volver a casa con seguridad, que no haya riesgo para nadie, ni jugadores, árbitros, cuerpo técnico, empleados... que quizás son los más expuestos. Al final nadie quiere infectar a su mujer, sus hijos o a sus padres. Ahora creo que todos los estamentos valoran la salud por encima de todo, de la economía, del fútbol...

–¿Personalmente cuándo estaría tranquilo, aunque fuera arbitrando a puerta cerrada?

–Cuando las autoridades, que son las que realmente tienen a los expertos, digan que todo el mundo puede circular con tranquilidad. Aunque mañana todo retome la normalidad, todos vamos a ser mucho más cautos. Hemos visto lo duro, lo complicado y lo grave que está siendo. Todo esto nos va a hacer más responsables.

–¿Cuál es el sueño de un árbitro?

–Hacer muchos partidos y cuanto más importantes, mejor. Ya no digo de grandes clubes, que sean decisivos por arriba o por abajo, en competición europea... El árbitro necesita un buen rendimiento continuado porque si no igual no tiene la ocasión de estar en el siguiente encuentro, nuestras metas están a corto plazo para mirar al largo. Este año la Liga estaba muy bonita, igual que la Champions o la Europa League, y se presentaba la oportunidad de una Eurocopa o unos Juegos Olímpicos.

–¿Cómo cae en el arbitraje?

–Pues casi igual que en la Policía. Mi padre era árbitro y también policía, de lo que se jubiló hace ahora un año. Creo que me llamó la atención por las historias que contaba. Cuando me preguntan de qué equipo soy respondo que no puedo ser de ninguno. A mi padre nunca le he oído cantar un gol. Veía los partidos comentando que si eso él creía que era falta, o que podía haber penalti, o que él habría enseñado tarjeta amarilla o roja... No se me daba bien jugar a fútbol y con 10 u 11 años me propuso arbitrar como una opción de seguir. En fútbol sala tenía más nivel, llegué a la Selección Valenciana. Hubo momento de elegir y me dijo: 'No seas tonto, en esto tienes más futuro'.

–Y tenía razón...

–No se equivocó, no... ¡Mira dónde estamos ahora!

El colegiado, en el centro, en su etapa como policía en Finestrat /LP

–¿Ve bien que se cambie la normativa para que se pueda arbitrar más allá de los 45 años?

–Lo veo bien si llegas en un estado óptimo. Antes un jugador con 33 era mayor y ahora llegan con 40 en una forma increíble. ¿Por qué vamos a retirar a ese futbolista? Del Cerro Grande tiene 44 y hoy en día se encuentra en un momento que ya quisieran muchos de veintitantos. Está en perfecta forma física y además tiene el valor añadido de la experiencia. Veo bien que no se desperdicie eso y que la Federación se plantee cambiarlo.

–¿Encajó mal que no le dejasen reincorporarse a la Policía Local de Finestrat por el Covid-19?

–Para nada me sentó mal, al contrario. Por suerte contamos con un gran jefe de policía, muy organizado y metódico. Siempre nos ha dotado de buen material y eso hay que agradecérselo tanto a él como al Ayuntamiento. Me agradeció el ofrecimiento pero me dijo que ahora mismo tiene la plantilla organizada y me dijo: 'No me cabe la menor duda de que estás disponible y si tengo que tirar de ti, tiraré'. He estado en contacto con ellos porque esto es mi pasión y tienen un protocolo para desinfectar los vehículos... para todo. El virus puede estar en la ropa, en una zapatilla... y luego van a casa. No es sencillo, esa gente está pasando una situación muy complicada.

–Las fuerzas de seguridad y los sanitarios nos están dando toda una lección de heroicidad...

–Sí, al final es algo imprescindible. Antes veía muchas noticias en que se menospreciaba a los policías o los médicos. Ahora que vienen mal dadas, la gente se ha dado cuenta de que son más importantes de lo que creemos. Estos días había dispositivos porque quedaban personas con idea de ir a su segunda residencia. De verdad, a veces la irresponsabilidad no tiene medida, y ellos deben estar ahí.

–¿Le gusta la pilota? Ahí tienen a Santi, un muy buen jugador...

–¡Claro que lo conozco! Su padre fue policía con el mío. Cuando llegué a Finestrat, de las primeras cosas que hice, cerrar la calle para que jugaran a pilota.

–Habrá visto entonces alguna que otra partida de llargues...

–No quedaba otra. Sinceramente no he llegado a entenderla, tampoco le he podido poner demasiado empeño. Pero me parece un deporte duro. He intentado darle a una pelota y duele. Pensé: '¡Madre mía! Para jugar una partida entera con esto hay que echarle narices'.

–Llevan protecciones...

–Sí, sí, yo he jugado a fútbol playa con protecciones y acabas con los tobillos doloridos.

–¿Le gusta algún deporte además del fútbol?

–Uno de los que más, el tenis, pero por desgracia no he podido practicarlo demasiado porque no soy muy bueno. Me gusta verlo porque, además, tenemos a uno de los mejores deportistas de la historia en cuanto a todo.

«El VAR es una herramienta muy buena, ha venido para ayudar y con los años será más efectivo»

–Se le define como uno de los mejores árbitros de VAR en España. ¿Cómo valora la implantación del sistema en la Liga?

–Muy bien, creo que es una herramienta muy buena. Ha venido para ayudar, lo está haciendo y se encuentra en sus comienzos. Con el paso de los años va a ser más efectivo. Hay gente muy buena y preparada, y por suerte en España tenemos a los mejores árbitros e instructores.

–¿Es el protocolo tan rígido como parece? Ahora hay más comunicación entre los árbitros y los medios, pero aún así no se entienden algunas decisiones. ¿Cómo funciona?

–Antes del parón creo que nuestro comité y desde la Federación se estaba haciendo una labor increíble. Se ha abierto la puerta a los medios, se os han explicado las normas, los cambios, los protocolos... sois la voz y tenéis la capacidad de difusión para que no llegue a la gente sesgada. Los protocolos están escritos y no hay más. Podemos valorar que todo tiene su parte de interpretación. Nosotros estamos ahí para decidir con precisión, celeridad y la máxima honestidad posible.s

–¿Dónde se siente más a gusto, en el césped o la sala VOR?

–Pues sinceramente es una presión distinta. Llevamos año y medio con el VAR, que son casi dos temporadas. No es lo mismo que llevar arbitrando 26 años. Estoy más habituado a pitar en el césped. Si contabilizamos desde que empezaremos las prácticas llevamos dos años y pico. En la Liga española se implantó a una velocidad que no ha sido capaz ninguna otra, hay que darle un valor añadido.

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