Todos son culpables. No hagamos excepciones. Cuando se habla de los inconvenientes de la cantidad de partidos que se disputan y, consecuentemente, con el castigo de las lesiones da la impresión de que todos los tiros van en una misma dirección. En este asunto, insisto, ... todos son culpables: la FIFA, la UEFA, las federaciones, los clubes, los representantes de los futbolistas y una parte importante de estos.
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La FIFA y la UEFA, los dos organismos que poseen todos los derechos universales, están dirigidos por personajes a quienes enorgullece sentarse en los palcos para presenciar las mayores competiciones futbolísticas. Ambos organismos, además, nutren sus arcas. que nunca reparten equitativamente, con la organización de torneos internacionales de todo orden. Hubo un tiempo en que contabilicé la cantidad de crónicas y artículos dedicados a los partidos de la selección nacional. Me desconté porque es imposible seguir el ritmo de tantos acontecimientos balompédicos.
La FIFA no se conforma con un Mundial cada cuatro años. Ahora también patrocina el mundial de clubes. Se trata de no dejar de hacer caja. La UEFA, no conforme con la Eurocopa, se sacó de la manga la Liga de Naciones, una Eurocopa-sub.
A la UEFA se le pusieron en pie varios clubes europeos, fundamentalmente el Real Madrid, con la idea de una Superliga, que no cuajó. No obstante, por si Florentino Pérez seguía con la suya y ganaba adeptos, ha montado una Liga de Campeones en la que se ha anulado momentáneamente la Superliga. Ha aumentado el número de partidos y con ellos ha engatusado a clubes que nunca han aspirado a enfrentarse a clubes de primera clase.
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Las Federaciones organizan varios torneos nacionales. En España, fundamentalmente, solamente Liga y Copa del Rey. Pero también hay Supercopa de España, y la propia Copa ha admitido la participación de clubes regionales que obliga a muchos profesionales a participar en este tipo de espectáculos que, futbolísticamente, no siempre son edificantes, La Federación Española, para alargar la cuestión, se inventó la Supercopa que antes jugaban los campeones de Liga y Copa y ahora la juegan cuatro, dos de ellos realmente invitados. Y, encima, en Oriente Medio.
La Liga Profesional del inefable señor Tebas, quien también vendrá si falta alguien en el palco de Mestalla por su afinidad con un tal Go Home, está dispuesto a bendecir que un encuentro de Liga tenga como escenario Estados Unidos. Si los viajes de pretemporada, si los torneos a beneficio de los pobres de la capital –el club en cuestión– no eran suficientes ahora se pretende extender nuestra gran competición a territorio USA.
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Los representantes de los futbolistas no suelen quejarse por la cantidad de partidos internacionales. Les conviene que sus representados cuenten con la vitola de la internacionalidad. Ello equivale a un mejor y más sustancioso traspaso. Su porcentaje está en ello.
Los futbolistas, que hace poco hicieron asomo de protestar por la cantidad de encuentros que les toca cada año son, en parte son responsables de lo que sucede. Si es cierto que parte importante de las lesiones se deben a la sobreexplotación de los jugadores, estos nunca proponen otras mejoras que no sean las de aumento de salarios. Evidentemente, cuando mayores son los ingresos de su club, más pueden incrementar sus contratos. Naturalmente, tienen derecho a ello, pero téngase en cuenta que en parte del pecado está la penitencia.
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Si echamos la vista aunque sea por encima a la Liga española podemos ver que la cuestión de la sobreexplotación no afecta a todos. En este año compiten europeamente siete clubes. Los trece restantes no tienen tantas preocupaciones por el exceso de partidos salvo que el club de Go Home viaje a México.
La cantidad de jornadas del calendario tiene que ver también con los contratos televisivos y es evidente que a mayores posibilidades de transmisión, mayor número de encuentros pueden ser explotados.
Nunca se ha planteado la posibilidad de que se llegue a un acuerdo para la disminución de partidos y viajes. Pero en ello estaría, sin duda, la necesidad de reducir los presupuestos y en ellos están los contratos. No veo a nadie en disposición de que la rebaja de los salarios obligada por la reducción de partidos fuera aprobada por los propios futbolistas. Al menos repartamos las culpas.
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Posdata. La crisis del Valencia tiene dos protagonistas principales: Amadeo Salvo y Aurelio Martínez. Más también hubo figurantes en la película. También todos fueron culpables.
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