El Barça, obligado a reinventarse por la plaga de lesiones

«La peor noticia es la lesión de Andrés Iniesta pero saldremos adelante». Ni siquiera la euforia desatada por la heroica remontada ante el Bayer Leverkusen sirvió de consuelo para Luis Enrique al confirmarse dolencia muscular de un jugador clave para el Barcelona que estará un mes de baja por una rotura en el bíceps femoral de la pierna derecha.

Aunque el parte médico oficial no especificó la dolencia exacta, ni el tiempo de baja, pronto se intuyó que el manchego se perderá los partidos ante el Sevilla, Rayo, Eibar y Getafe en Liga, el de Borisov frente al BATE en Champions y el de ida de dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Un total de seis choques oficiales, además de los dos que que disputará la selección española contra Luxemburgo, en Logroño, y Ucrania, en Kiev.

Su lesión, que se produjo apenas tres días después de que Messi se rompiera el ligamento colateral interno de la rodilla, deja al equipo azulgrana con Busquets, Sergi Roberto y Rakitic como únicos centrocampistas sanos, aunque Mascherano puede adelantar su posición y jugar como lo hace con Argentina.

El balance de 15 lesiones desde que comenzó la pretemporada es desolador. Claudio Bravo, Vermaelen, Rafinha, Adriano, Messi, Iniesta...Ausencias significativas, unas por mala suerte y otras por dolencias musculares, que impactan al grupo, le ponen piedras en el camino y cuestionan la planificación realizada por la directiva y el cuerpo técnico.

La intensidad de la temporada pasada, la gira veraniega por Estados Unidos, las dos Supercopas nada más comenzar el curso y la dureza de los adversarios en Liga y en Champions le pasan factura a un club al que la FIFA le impide inscribir nuevos jugadores como Arda Turan y Aleix Vidal hasta enero de 2016. Ahora llegan los lamentos por el traspaso de Pedro al Chelsea de Mourinho o la cesión del croata Halilovic al Sporting del Pitu Abelardo.

Un día después de la sufrida victoria sobre el Leverkusen, la primera plantilla culé comenzó a preparar en cuadro el durísimo choque del sábado ante el Sevilla, en el Sánchez Pizjuán. Luis Enrique tuvo que reforzar de forma notable al grupo con jugadores del filial. Gumbau, Samper, Babunski, Costa, Cámara y Aitor se ejercitaron con las estrellas del primer equipo y algunos apuntan a la convocatoria para Nervión.

Los pitos de la discordia

«Ahora daremos minutos a jugadores que no necesitan exigencias sino cariño», advirtió tras la última cita de Champions el técnico asturiano, muy molesto por los silbidos que un un sector de la afición azulgrana dirigió a su equipo durante el partido. Por primera vez desde que se sienta en el banquillo del Barça, Luis Erique reprochó a la afición su actitud.

«Por lo que ha conquistado y lo que se entrega, este equipo se merece más crédito y más fe. Los jugadores se lo han ganado. Las cosas pueden salir mejor o peor, pero siempre lo dan todo. Entiendo los pitos si no corren, pero estos futbolistas siempre lo hacen. Necesitábamos más apoyo con 0-1 que con 2-1, cuando nuestro equipo ya volaba», esgrimió el entrenador. «Los silbidos se oyen mucho, sobre todo ahí abajo, en el césped. Si quieren pitar, que lo hagan la final del partido», añadió.

Durante un mes o dos, el Barça tendrá que reinventarse y tratar de ganar con un fútbol más directo, con más músculo que toque. «La situación es la que es y en el fútbol todo vale para ganar. A veces se vence por fe, a veces por juego, a veces por corazón y otras por efectividad», explicó Luis Enrique.

Ya en la segunda parte del choque ante el Leverkusen tuvo que cambiar el dibujo. Del 4-3-3 clásico, al 3-5-2: tres centrales, Alves y Jordi Alba incrustados en el centro del campo, Neymar de enganche y dos delanteros. Los problemas se le agravan al Barça por el mal momento de jugadores como el portero Ter Stegen, Piqué, Dani Alves o Mathieu, y el tono menor que ofrecen indiscutibles como Mascherano, Busquets, Neymar e incluso Luis Suárez, goleador el martes. Lucho ya trabaja en un Barça menos reconocible y habrá que ver si igual de fiable. Sin Messi y luego sin Iniesta, el Leverkusen le apretó y hasta el tramo final no le dejó ni respirar.