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Llevaba 22 partidos el Bayern sin perder en su estadio en la Champions, pero el Inter se encargó de dar el golpe en el escenario de la final con contraataques letales, el primero de ellos culminado con un golazo de Lautaro Martínez, y con mucho oficio. El equipo italiano, que solo ha encajado tres tantos en esta Liga de Campeones, exhibió de nuevo solidez defensiva y máxima eficacia en ataque para acabar con la racha del conjunto alemán, que desperdició sus ocasiones, solo aguantó tres minutos el 1-1 y se llevó un varapalo ante un Inter poderoso que aspira a todo esta temporada.
El Bayern pudo adelantarse en el marcador 12 minutos antes de la gran diana del delantero argentino si Harry Kane no hubiese perdonado. El artillero inglés no aprovechó un jugadón de Olise y mandó un derechazo al poste izquierdo de Sommer cuando el Allianz Arena ya cantaba gol. Ese disparo al palo de Kane marcó un duelo de ida de cuartos en el que el Inter, conteniendo y a la contra, fue creciendo hasta sacudirse el dominio alemán y conseguir dar la sorpresa en Múnich.
Bayern de Múnich
Urbig, Laimer, Dier, Kim Minjae (Boey, min. 74), Stanisic, Kimmich, Goretzka, Olise, Guerreiro (Gnabry, min. 74), Sané (Müller, min. 74) y Kane.
1
-
2
Inter de Milán
Sommer, Darmian (Bisseck, min. 79), Pavard, Acerbi, Bastoni, Carlos Augusto, Barella, Çalhanoglu, Mkhitaryan (Frattesi, min. 74), Lautaro Martínez (Zalewski, min. 89) y Thuram.
Goles: 0-1: min. 38, Lautaro Martínez. 1-1: min. 85, Müller. 1-2: min. 88, Frattesi.
Árbitro: Sandro Schärer (Suiza). Tarjetas amarillas a Kim Minjae, Lautaro Martínez, Mkhitaryan y Frattesi.
Incidencias: Partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones, disputado en el Allianz Arena.
El Inter tiró de paciencia y se salvó de ir a remolque por la falta de puntería del Bayern, pero cuando el conjunto de Simone Inzagui ya había avisado en alguna ocasión llegó la jugada llevada por Bastoni para que Marcus Thuram se la dejase atrás a Lautaro y el campeón del mundo rematase con el exterior. Ese primer gol permitió al Inter reforzar aún más su conservadurismo, exagerado tras el descanso aunque plenamente efectivo hasta que Thomas Müller, poco después de salir desde el banquillo, hizo justicia de forma momentánea. No le duró apenas la alegría al equipo de Vincent Kompany, porque arriesgó demasiado y fue fulminado por la última respuesta fulgurante firmada por Frattesi, otro suplente que también ejerció de delantero centro puro.
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