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Más allá del resultado final, el Real Madrid no puede lanzar las campanas al vuelo a pesar de su agónico pase a cuartos de la ... Champions. La victoria ante el Atlético en la tanda de penaltis no debe ocultar la realidad de un equipo ramplón frente al eterno rival ciudadano, capaz de desactivar a todas las estrellas ofensivas blancas con un loable derroche de energía sin premio final.
El vigente campeón de Europa sigue adelante en su competición fetiche, pero estuvo a merced de su adversario durante una primera parte para el olvido en el Metropolitano, en la que no tuvo fútbol ni tampoco capacidad para igualar la enorme intensidad colchonera. Agarrado a las paradas de Courtois y otra notable versión defensiva de Asencio en una cita de máxima exigencia, el equipo de Ancelotti capeó el temporal como pudo, para al menos equilibrar la batalla tras la reanudación y especialmente en la prórroga, cuando escasearon las ocasiones para ambos equipos.
Un destello de Mbappé en la única acción en la que el francés contó con espacios ofreció a Vinicius la posibilidad de igualar el partido y evitar el tiempo extra, pero el '7' tampoco tuvo su noche y dejó escapar su única ocasión con un lanzamiento a las nubes. Muy poco de ambos, y también de Rodrygo, otra vez el eslabón más débil del tridente ofensivo al ser el primer sustituido en el frente de ataque.
Bellingham, tan generoso en el esfuerzo como siempre, tampoco encontró la inspiración en territorio comanche y a Modric le pasó factura un duelo de enorme derroche físico. En ese ámbito se desenvuelve mejor Valverde, por su carácter y energía otra de las certezas a las que se agarra el Madrid en los momentos más complicados.
A falta del brillo que se espera de un equipo plagado de figuras, jugadores como el Pajarito, Asencio, pese a su juventud, o Rüdiger tiran del carro a base de carácter. El alemán está lejos de su mejor tono en los últimos partidos, después de una lesión en el bíceps femoral de la pierna derecha que alejó al central de los terrenos de juego durante casi tres semanas y que todavía no le permite alcanzar un estado de forma óptimo. Sin embargo, un penalti decisivo en una tanda como aquel que metió al Real Madrid en las semifinales de la Champions 2023-24, tras otro ejercicio de resistencia ante el Manchester City en el Etihad, lo convierten en un símbolo para el madridismo. Es capital en una defensa de nuevo tocada por la baja de alrededor de un mes de Mendy, flojo en el Metropolitano pero cuya ausencia deja a Fran García como único lateral izquierdo específico en la zaga blanca.
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