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COLPISA
Miércoles, 21 de enero 2015, 08:23
Durante una fastuosa ceremonia celebrada en un lujoso hotel de Pekín, propiedad del multimillonario Wang Jianlin, el segundo hombre más rico de China cerró este miércoles la compra del 20% de las acciones del Atlético de Madrid a cambio de 45 millones de euros, una inversión que refleja el creciente interés del gigante asiático por los grandes clubes europeos.
«Más allá de la inyección de capital y la mejora de fondos, este operación nos va a ayudar a conseguir nuestra expansión internacional, un objetivo fundamental para tener la consideración de club global y estar de manera permanente entre los doce mejores de Europa», aseguró el consejero delegado del Atlético, Miguel Ángel Gil Marín, tras hacerse oficial el histórico acuerdo entre la entidad rojiblanca y el grupo Wanda.
La compra por parte del magnate chino de 60 años también concederá a Wang la posibilidad de diversificar sus actividades más allá del sector inmobiliario, los hoteles y los multicines, al mismo tiempo que satisfacerá su pasión por el fútbol, del que es gran aficionado. «Estamos encantados con la posibilidad de contribuir al crecimiento del Atlético de Madrid, con su sólida base de seguidores, y a una marca con un rápido crecimiento internacional», se congratuló Wang, tras un acto que conjugó tradición y modernidad, con azafatas ataviadas con vestidos de lentejuelas, orquídeas en los trajes de los firmantes y en la mesa presidencial, y atriles movidos por control remoto en un recinto, aparte de pantallas gigantes de televisión en el recinto elegido para la ocasión.
La entrada de Wanda en el accionariado del Atlético de Madrid supone un nuevo caso de toma de participación asiática en el capital de un club de fútbol europeo, pocos meses después de la compra del Inter de Milán por parte del multimillonario indonesio Erik Thohir o del Valencia por el magnate de Singapur Peter Lim. Pero, sobre todo, es simbólica debido a la nacionalidad de Wang: pese a la presencia en Europa de inversores procedentes de Oriente Medio (París Saint-Germain y Manchester City), Europa del Este (Chelsea) o Asia, el grupo Wanda presume ya de ser el primer inversor de la China continental en poner pie en el fútbol europeo.
En el caso del vigente campeón de la Liga española y subcampeón de Europa, Miguel Ángel Gil Marín mantendrá el 52% del club y Enrique Cerezo el 20%, mientras que el restante 8% se repartirá entre el resto de la familia Gil y otros accionistas minoritarios. «Este hombre nos ha dado una total confianza y no viene con ningún afán de controlar ni de comprar el cien por cien del club, sino todo lo contrario», manifestó Enrique Cerezo en alusión a Wang Jianlin, a quien el máximo dirigente rojiblanco y Miguel Ángel Gil Marín hicieron entrega de una camiseta del Atlético con su nombre.
«Oportunidad de oro»
Se espera que el acuerdo entre Wang y el Atlético, con una deuda de 540 millones de euros al término de la pasada temporada, no sólo abrirá las puertas a más patrocinios procedentes de China, aparte de Huawei, sino que también contribuirá al desarrollo del fútbol en este país, considerado un gigante en el deporte mundial pero un enano en el mundo del fútbol. «Esta inversión no sólo ofrecerá una oportunidad de oro a jóvenes jugadores chinos de ser fichados por grandes clubes europeos, sino que aumentará también la calidad del fútbol chino y reducirá la diferencia con el resto del mundo», aseguró Wang Jianlin. Según los términos del acuerdo, el Atlético de Madrid creará una escuela de fútbol en España para jóvenes chinos, sus jugadores participarán en acciones de patrocinio y el club colchonero llevará a cabo giras por China cada año.
Expropietario del club chino Dalian, Wang vendió su participación en 2000 tras un escándalo de partidos amañados en el campeonato chino y regresó al fútbol en 2011, al convertirse en socio de la Chinese Super League. Situado en el puesto 42 de la lista de personas más ricas del mundo por la revista estadounidense Forbes, Wang posee una fortuna estimada de 18.000 millones de dólares, y ya tenía vínculos con España desde que el año pasado compró por 265 millones de euros el Edificio España, un emblemático rascacielos en el centro de Madrid. Para el Atlético, su llegada es una botella de oxígeno, ya que el club colchonero debe aún 200 millones de euros a Hacienda por retrasos en el pago de impuestos.
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