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P. ríos
Lunes, 22 de junio 2015, 13:51
Éric Abidal, uno de los jugadores de la era reciente más queridos por la afición del Barcelona, es el primer gran reclamo de Joan Laporta en su intento de recuperar la presidencia del club, cargo en el que estuvo entre 2003 y 2010. El gran rival de Josep Maria Bartomeu en las elecciones presentó su precandidatura de la mano del francés, que sería su secretario técnico a partir del 18 de julio si gana el pulso.
Abidal jugó de azulgrana entre 2007 y 2013, ganándose el corazón de todos los culés por su historia de superación tras vencer a un cáncer de hígado y volviendo a competir al máximo nivel. Sin embargo, Sandro Rosell no renovó su contrato, aunque le reservó el cargo de director de las escuelas de fútbol que tiene repartidas el club por todo el mundo. El francés se marchó al Mónaco (2013-14) y la pasada temporada dejó el fútbol en diciembre, tras media campaña en el Olympiacos.
Era el momento de dar una respuesta al Barça, pero, salvo un acuerdo entre su Fundación y la del club azulgrana, quedó claro que se había producido un distanciamiento con la entidad del que ahora saca partido Joan Laporta porque los socios y aficionados nunca entendieron que Rosell, y por lo tanto Bartomeu, no tuvieran el tacto humano de renovar a un jugador que lo había pasado tan mal y que era tan importante para el grupo.
A Laporta le falló Carles Puyol, para quien reservaba la dirección deportiva, pero que no quiere alinearse con nadie, pero con Abidal se apunta un tanto. Se trata, no obstante, de una decisión populista, pues el carisma del exdefensa o su increíble historia personal no garantizan que vaya a ser un buen secretario técnico. «Abidal tiene una energía tremenda y nos la ha transmitido a todos los miembros de la candidatura», aseguró Laporta, mientras que el francés confesó que «para mí es un orgullo y estoy muy ilusionado. Conozco a Joan y él a mí y hemos hablado sin esconder nada. Queremos empezar de abajo y que la Masia vuelva a sacar jugadores como Leo, Xavi o Andrés».
Laporta, que se rodeó de otras leyendas del club como Roger Grimau y Audie Norris (baloncesto), Enric Masip (balonmano), Gaby Cairo (hockey sobre patines), se presenta con un eslogan que ya lo dice todo: Laporta presidente. Y, tal y como se esperaba, arrancó atizando a Bartomeu como representante de la junta que le sustituyó y con la que casi acaba en el juzgado por diferentes litigios: «Bartomeu y Rosell son indisociables. Heredaron el mejor Barça de la historia y a base de mentiras lo han judicializado, han desmantelado la Masia y han ensuciado nuestra camiseta. Ellos son Catar y nosotros somos Unicef. Les dejamos el mejor Barça de la historia para que lo disfrutaran. Y ahora el Barça está procesado por corrupción y delito fiscal. Espero que los socios depositen la confianza a los que estamos limpios».
Nombró en diferentes ocasiones a Johan Cruyff y Pep Guardiola, de quienes espera el respaldo: «A Guardiola le estaré eternamente agradecido porque se mojó públicamente por mi junta y por mí,. El hará lo que tiene que hacer, es un culé por encima de todo. Si me da su apoyo fantástico, y si no, no me cabrearé».
Con una verborrea habitual con la que espera ganar cualquier debate, Laporta se mostró convencido de se siente «más preparado que nunca». «Pondremos las bases para una nueva década prodigiosa. Queremos que el Barça siga instalado en el triunfalismo», subrayó.
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