nacho castañón
Domingo, 10 de enero 2016, 02:15
Tras la incertidumbre de si el partido se iba a disputar por el mal tiempo, el Atlético de Madrid saltó al terreno de juego en busca de una victoria que le devolviese el liderato. Y el equipo de Diego Pablo Simeone no falló y logró llevarse los tres puntos gracias, una vez más, a un gran gol de Antoine Griezmann, máximo artillero rojiblanco con diez tantos.
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En un encuentro que supuso la vuelta a casa de Augusto Fernández, recién incorporado al Atlético, el Celta se adueñó del balón y de la posesión al comienzo del partido. Por su parte, el cuadro rojiblanco se encontró muy incómodo en los primeros compases del encuentro, ya que le duraba poco el balón y apenas pisaba el área rival.
La idea de juego del conjunto colchonero, con un centro del campo reforzado con el argentino, Gabi, Koke y Saúl, era buscar la velocidad de sus puntas, Griezmann y Luciano Vietto.
La primera mitad a penas contó con ocasiones claras de gol por parte de ambos conjuntos. El Atlético, con un Griezmann muy activo, logró realizar algún disparo lejano pero sin mucho peligro. Un par de contras en las botas del francés y un tiro con fortuna de Koke, que a punto estuvo de complicar a Sergio, fueron las ocasiones más peligrosas de los de Simeone. En los minutos finales, el club rojiblanco fue creciendo en ataque mientras que el Celta se topaba con un Jan Oblak muy seguro, y es que el portero esloveno está de dulce.
La primera mitad fue muy intensa y se vio a un Celta mejor colocado y con el control del partido, sobre todo al principio. Sin embargo, el Atlético fue creciendo con el paso de los minutos y estuvo cerca de lograr un gol justo antes de marcharse al descanso.
Cambio de mentalidad
La segunda mitad comenzó con un Atlético mucho más activo que encontró premio en tres minutos. Una buena combinación entre Griezmann y Vietto terminó con el gol rojiblanco. El delantero francés inició la jugada con un buen pase para el argentino, quien puso el balón en el segundo palo, donde el siete rojiblanco apenas tuvo que esforzarse para mandar el balón a la red.
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Tras el tanto, el club vigués buscaba una reacción pero sin mucha fortuna y con muchos centros que atrapaba Oblak sin apuros. Si el terreno de juego no estaba en las mejores condiciones, el partido se complicó un poco más por culpa de la lluvia, que en el tramo final caía con más fuerza y dificultaba la circulación del balón.
La entrada al campo de Carrasco dio más velocidad al cuadro rojiblanco, que creaba mucho peligro con cada robo de balón. En un saque en largo de Oblak, el extremo belga cerró el marcador con una buena jugada personal. En el tramo final el Celta, muy distinto al equipo del primer tramo de partido, intentó recortar distancias pero sin mucho éxito.
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