El tridente, a un partido del título

El Barcelona está a sólo un triunfo de conseguir la Liga tras aplastar sin problemas al Espanyol, sin fútbol para poder aspirar a provocar un tamudazo. Los pericos sólo tuvieron en vilo a los locales por su excesiva agresividad. El derbi duró apenas siete minutos, lo que necesitó el primero de los artistas de la MSN para superar a Pau López, que se llevó un saco después de alimentar la polémica con su deseo de arrebatar el título a los vecinos. Messi, con barba pelirroja, anotó de falta en la frontal. Para el argentino los golpes francos son como penaltis (lleva cuatro goles esta Liga y es el séptimo gol de falta directa de Messi). Ese tanto recordó al que hizo a los blanquiazules en Copa, en una eliminatoria que incrementó la tensión entre ambos clubes a limites incluso desagradables.

El Espanyol quizá tenía un plan para amargar a su rival, pero pareció que compareció en el césped más para pegar que con intención de jugar. Hernán Pérez, al que finalmente Galca cambió viendo que iba pasado de revoluciones, pudo lesionar a Mascherano aunque curiosamente la primera tarjeta se la llevó Messi. Así a veces es el fútbol...

El Espanyol, sólo agresividad

Se intuían más goles locales. El Barcelona salió muy enchufado y marcó el segundo, pero el árbitro lo anuló de modo erróneo. No fue el único borrón del trencilla. Duarte -que tuvo un duelo con Luis Suárez en el que saltaron chispas- pudo cometer un penalti también, frente a un rival que apenas le puso en peligro y sólo gozó de una ocasión clara. Ter Stegen, que se mostró firme en la primera llegada de Caicedo, despejó mal; la bola quedó muerta en el área pero Víctor Álvarez no la aprovechó ya que pegó la bola muy despacio lo que permitió a Pique alejar el peligro de cabeza.

Se llegó a descanso de modo sorprendente con un 1-0 y 22 jugadores sobre el césped. La papeleta no fue fácil para Gil Manzano que logró que Diop acabase el partido. Se puede considerar algo casi milagroso viendo las entradas que hizo y la patada final que se llevó de Busquets. Nada más arrancar la segunda mitad llegó el tanto que permitió vivir tranquilo a la afición cule. Lo anotó Suárez, quinto en alcanzar los 37 goles como Zarra, Hugo Sánchez, Cristiano y Messi, haciendo bueno un pase delicioso de Messi. Todo llegó después de un robo de Alves que se sumó a la presión de Busquets. Ese tanto, el gol número 1.000 de esta Liga 15-16, dejó hundido al equipo perico, salvado y con poco fútbol como para plantearse hacer dos goles a todo un Barcelona en su estadio. Bajó un poco la intensidad, como se pudo ver en el córner del 3-0 en el que Luis Suárez se quitó con un empujón a Jav i López.

Cánticos polémicos

Viendo que el asunto estaba resuleto Luis Enrique optó por refrescar el equipo. Sacó a Mathieu, pero no por un Mascherano que también estuvo pasado de revoluciones y que se llevó varios golpes en su intento por ir a todos los balones. Concedió un rato de descanso a Iniesta y Rakitic. Entraron Arda y Rafinha, que nada más pisar el campo se aprovechó de un grave error de Pau para poner el cuarto. La goleada hizo aflorar la cara menos deportiva del Camp Nou, que empezó a hacer la ola y corear «¡Que malo eres, que malo eres!» al portero perico. Fue la venganza porque el meta había mostrado en público de que fuera cualquiera de los dos madrileños el ganador de Liga. Esos cánticos, y lo de «a Segunda, a Segunda» son más madera para avivar el fuego de próximas polémicas.

La fiesta fue completa para el tridente cuando el uruguayo, que se ve muy cerca de la Bota de Oro con 37 goles, asistió a Neymar que marcó a puerta vacía. El Barcelona tiene todo a su favor para levantar la Liga en Los Cármenes ante un Granada que está salvado. Lo normal es que si mantiene la solvente línea mostrada tras la derrota ante el Valencia, suma un parcial de 21-0 desde entonces (0-8 al Depor, 6-0 al Sporting, 0-2 al Betis y 5-0 al Espanyol), es que Luis Enrique consiga su segunda campeonato liguero seguido.