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No hay astro que brille con más fuerza en el Viejo Continente que Jude Bellingham. El inglés volvió a dejar su sello el sábado en ... Montjuic volteando un clásico que pintaba de color azulgrana hasta que apareció el todocampista del Real Madrid para darle tres puntos de oro a su equipo, sumir en el desconcierto al archirrival histórico y convertir en papel mojado el errático manejo del partido que hicieron los visitantes durante más de una hora.
Lentos en la conducción, flojos en los duelos, dispersos en las vigilancias y previsibles en sus escasas incursiones en ataque, los pupilos de Carlo Ancelotti jugaron con fuego hasta que apareció, como tantas veces en lo que va de curso, el bombero británico para apagar el incendio y mantener en todo lo alto a una escuadra con varios agujeros que por el momento tapa su nuevo buque insignia con unos arrolladores registros ofensivos.
Bellingham lleva más tantos (13) que el resto del frente ofensivo del Real Madrid junto. Joselu (5), Vinicius (3), Rodrygo (2) y Brahim (1) deberán elevar su cuota para que los blancos no vean mermada su producción goleadora cuando el de Stourbridge sufra una ralentización en sus alucinantes cifras anotadoras que llegará tarde o temprano, por más que se le haya puesto cara de 'killer'.
Solo Harry Kane, que acumula catorce goles y siete asistencias en los trece encuentros que ha disputado con el Bayern, mejora el impacto ofensivo de Bellingham en las cinco grandes ligas, puesto que a los trece tantos que ha firmado el '5' del Real Madrid hay que sumar los tres pases de gol que ha repartido. Bellingham ha facturado esas trece dianas con 34 remates, de los cuales 21 fueron entre los tres palos. Eso supone un 38,2% de acierto en sus disparos, porcentaje que se eleva al 61,9% si nos ceñimos únicamente a los que se dirigieron finalmente a puerta.
El ex del Dortmund ha rubricado goles de todo tipo. Entre los diez que contabiliza en la Liga -un doble dígito que iguala el estreno que en su día tuvieron en el campeonato artilleros del calibre de Romario, Ronaldo Nazàrio o Robert Lewandowski a estas alturas de campaña- seis han sido con la pierna derecha, dos de cabeza y otros dos con la bota izquierda.
Su abanico de registros es tan amplio como providencial resulta la capacidad que tiene para resolver pleitos sobre la bocina. En Montjuic marcó el 1-2 superado el minuto 92 y en el Bernabéu desniveló la disputa ante el Getafe (2-1) rebasado el 94 y la riña europea frente al Union Berlin (1-0) sobrepasado el 93. Siete de las doce victorias que acumula el Real Madrid entre Liga y Champions son el producto de tantos determinantes de Bellingham, cuyo equipo tropezó en dos de los tres partidos en los que se quedó sin ver puerta el británico: derrota ante el Atlético y empate contra el Sevilla, siendo la única excepción el sufrido triunfo cosechado frente a la Real Sociedad en la jornada 5 de Liga.
Ese enfrentamiento expuso uno de los problemas recurrentes a los que se está enfrentando el Real Madrid y que suele superar gracias a la pegada de Bellingham. Cuatro de los ocho goles que ha encajado la tropa de Ancelotti en las once jornadas disputadas del campeonato doméstico se han producido antes del minuto diez de partido. Almería, Real Sociedad, Atlético y Barça castigaron la languidez inicial de los blancos.
Como consecuencia de esa abulia con la que el Real Madrid suele entrar al terreno de juego, la de Montjuic es la quinta remontada que sella el cuadro de Chamartín en lo que va de Liga, a las que hay que unir la que firmó contra el Nápoles en la Champions después de que Ostigard adelantase al pelotón partenopeo en el minuto 19 del choque celebrado en el Diego Armando Maradona. Que esto suceda una vez puede atribuirse a un despiste y dos a la casualidad, pero cuando se produce reiteradamente denota un déficit estructural sobre el que Ancelotti incide sin que su equipo se corrija.
El técnico no es ajeno al riesgo que entronca la 'Bellinghamdependencia'. «A 20 o 25 goles puede llegar tranquilamente. No tenemos en la cabeza que es un goleador y de momento está marcando muchos goles, pero esperamos los de los delanteros también», dijo el sábado. Todo un toque de atención a Vinicius y Rodrygo.
El de Reggiolo reconoció la mala primera parte de su equipo en el clásico y la atribuyó a una falta de actitud, pero a Carletto cabe otorgarle también cierta responsabilidad. La irrupción de Camavinga en el lateral izquierdo tras la lesión de Mendy fue determinante para cambiarle la cara al Real Madrid. Al de Cabinda no le gusta ese puesto, pero está muy por encima del nivel que ofrecen tanto el ex del Lyon como Fran García y sus suplencias no tienen justificación, por más que a Ancelotti le guste reservarle a veces para reventar a los rivales con su energía saliendo desde el banquillo.
La lesión de Tchouaméni, que permanecerá en el dique seco entre seis y ocho semanas a raíz de una fractura en el segundo metatarsiano del pie izquierdo, devolverá a Camavinga a la sala de máquinas de un conjunto que vuela a lomos de un estratosférico Bellingham, pero que necesitará recursos adicionales cuando el inglés afloje el ritmo.
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