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«Sigo pensando que cuanto menos encajes, más posibilidad tienes de ganar. En el tiempo que estoy aquí de media marcamos dos goles por partido. ... Tú tienes que marcar más si encajas más. El equipo ha mejorado mucho a nivel defensivo esta temporada y esto es suficiente para decir que no necesitamos marcar demasiados goles». Carlo Ancelotti ponía en valor con estas palabras la aplicación con la que el Real Madrid estaba resguardando su portería en la previa del duelo librado frente al Braga en el Santiago Bernabéu, correspondiente a la cuarta jornada de la Liga de Campeones. Tras quedarse sin un ariete de postín en verano, el técnico entendió que las opciones que tenían los blancos para tocar metal este curso pasaban, en buena medida, por blindarse atrás para recibir pocos golpes y aguardar el momento oportuno para que la calidad de sus atacantes marcase la diferencia arriba. Rebasado el primer tercio del curso, puede afirmarse que el italiano ha visto cumplido su objetivo con creces.
El Real Madrid es el cuarto equipo menos goleado de las grandes ligas. El Niza (cuatro tantos encajados en las trece primeras jornadas de la Ligue 1), el Inter (siete en las trece fechas disputadas de la Serie A) y la Juventus (ocho trece partidos del campeonato italiano) son las únicas escuadras que presentan cifras inferiores a las nueve dianas que ha recibido el conjunto de Chamartín en los catorce encuentros que ha afrontado en el torneo doméstico, las mismas que el Bayern de Múnich en las doce citas que se han celebrado de la Bundesliga.
Hacía 19 temporadas que el Real Madrid no superaba la decimocuarta jornada de Liga con menos de diez goles en contra. En el curso 2004-05, los blancos también vieron pulverizada su portería solo en nueve ocasiones durante los catorce primeros encuentros. Un notable registro que, sin embargo, apenas les servía para ser segundos en la tabla, a nueve puntos de un liderato que mantenía con puño de hierro el Barça.
Aquella fue una campaña convulsa ya de salida con la prematura dimisión de José Antonio Camacho y el sustituto del murciano, Mariano García Remón, tampoco lograría enderezar el rumbo, hasta el punto de que el 1 de enero tomaba el testigo el brasileño Vanderlei Luxemburgo, igualmente sin mucha fortuna. Pese a la presencia en sus filas de goleadores del calibre de Raúl, Morientes o Ronaldo, aquel equipo galáctico distaba mucho de ser un bloque bien engrasado e inició la temporada sin demasiada pólvora, por lo que tuvo que aplicarse con pico y pala en defensa para ir sobreviviendo.
Desde entonces, el Real Madrid siempre había superado el doble dígito de goles recibidos a estas alturas de campaña. La palma se la llevaron las 24 dianas que acumuló en las catorce primeras jornadas de la temporada 2008-09, con Bernd Schuster en el banquillo, y lo más cerca que estuvo de los presentes guarismos fue en los cursos 2011-12, 2012-13 y 2019-20, cuando encajó diez tantos en las catorce primeras fechas del torneo de la regularidad.
En los 18 enfrentamientos que ha afrontado el Real Madrid entre Liga y Champions, los blancos han dejado nueve veces la portería a cero, siete de ellas en la Liga. Y en los cuatro partidos más recientes solo el valencianista Hugo Duro ha conseguido mancillar su meta con una diana anecdótica, puesto que el Real Madrid mandaba por 5-0 en el pleito correspondiente a la decimotercera jornada. Tres de las porterías a cero las ha facturado Lunin y las seis restantes Kepa, que recuperará su puesto bajo palos ante el Granada si el vasco está en perfectas condiciones, tal y como refrendó Ancelotti tras la victoria de su equipo ante el Cádiz.
«Cuando no encajas goles es más fácil ganar y después hay que aprovechar las ocasiones que tenemos arriba», resumía Lunin al término de un partido en el Nuevo Mirandilla que puede suponer su penúltima ocasión de reivindicarse antes de ceder de nuevo los guantes a Kepa en un baile de porteros que tiene tranquilo a Ancelotti porque, ya sea con el ucraniano o con el internacional español, el Real Madrid está sabiendo fortificarse.
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