El Real Madrid más indolente vuelve a las andadas

Y es que el Madrid, mucho más generoso en el trabajo colectivo en algunos de las últimas citas de tronío, se mostró indolente en el Benito Villamarín. Media hora inicial aceptable y el gol de Brahim le parecieron suficiente al vigente campeón liguero, que a partir de entonces cayó en la apatía hasta encadenar su tercer tropiezo a domicilio consecutivo en el campeonato, demasiado lastre para aguantar el ritmo del Barça y el Atlético.

La sintonía de la Champions y la amenaza del rival ciudadano apuntan a cambiar el grado de activación del conjunto blanco, siempre dispuesto a ofrecer su cara buena cuando de la mejor competición europea se trata. Sin embargo, por si las moscas, Carletto insistió en el rapapolvo a los suyos con luz y taquígrafos. «Esto es un golpe duro y hay que reaccionar. Este partido no lo hemos hecho bien y ojalá sirva para despertarnos. Parecía que el equipo estaba más compacto y hoy no hemos sido capaces de hacerlo como en partidos anteriores», ahondó el transalpino.

Ante el Atlético, con el Bernabéu como testigo del primer asalto a los octavos de la Champions, el Madrid necesitará una versión mucho más intensa de sus hombres de ataque, pues contra el Betis Vinicius pasó desapercibido, Mbappé fue de más a menos hasta enfilar el camino al banquillo a un cuarto de hora del final y Rodrygo se mostró intrascendente.

Todavía sin Bellingham, también sancionado en la Liga de Campeones, Ancelotti suspira por la recuperación de Valverde, al que por su energía a raudales reserva el papel de lateral derecho de urgencia frente a la falta de garantías por parte de Lucas Vázquez. De momento, el uruguayo se ejercita al margen de sus compañeros debido a sus molestias musculares y será hoy, víspera del duelo contra el Atlético, cuando se determinará definitivamente si es posible su concurso en la trascendental cita.

Cuenta con un lugar asegurado en el once Raúl Asencio, que tomará el relevo de Alaba, muy lejos de una versión fiable para los grandes partidos cuando todavía suma minutos después de su grave lesión de rodilla. El canterano previsiblemente ejercerá en el eje de la zaga junto a Rüdiger, que en el Villamarín ofreció un nivel muy por debajo de la habitual jerarquía defensiva del alemán. Frente a la amenaza del entonado Julián Álvarez, ambos deberán ofrecer su mejor cara para ayudar a Courtois en el intento de echar el cerrojo a la puerta blanca.