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Han controla el esférico entre dos rivales en un partido de su selección. reuters
El misil norcoreano

El misil norcoreano

Han Kwang-Song, el primer futbolista del país de Kim Jong-un que juega en Europa, deja su sello en la Liga italiana con tres golazos en el primer partido de la temporada

DARÍO MENOR

Domingo, 3 de septiembre 2017

Han Kwang-Song dejó sin ideas al comentarista televisivo del partido de la Serie B (la segunda división del fútbol italiano) entre la Virtus Entella y el Perugia del domingo 27. El periodista celebró su primer gol cantando su nombre y destacando que marcaba en el minuto nueve de la primera parte. Con el segundo se calentó algo más. Gritó una vez más su apellido para añadir a continuación: «¡Pero qué jugador es este norcoreano! ¡Ha marcado otra vez: Han Kwang-Song!». Con el tercero, una elegante volea, el comentarista ya no sabía ni qué decir. «¡Pero qué gol ha marcado! ¡Otra vez más!», afirmó emocionado, repitiendo su nombre y apellido, como intentando que los espectadores recordaran bien quién era aquel chaval delgaducho de 19 años que acababa de convertirse en el primer norcoreano en meter tres goles en un partido de la Serie B. Su espectacular triplete lo ponía en el mapa futbolístico y mediático, coincidiendo además con que dos días después el dictador de su país, Kim Jong-un, ordenaba el lanzamiento de un misil sobre Japón, metiendo el miedo en el cuerpo a medio mundo y ganándose la condena unánime de Naciones Unidas.

La del pasado domingo no fue la única primicia en el haber de Han: la temporada pasada se convirtió en el primer ciudadano de su país en debutar en la Serie A y en uno de los cinco principales campeonatos europeos. Fue el 2 de abril en un partido entre el Palermo y el Cagliari. Una semana después incluso marcó un gol de cabeza en la máxima división del balompié italiano con la camiseta del Cagliari, el equipo al que pertenece pero que lo ha cedido esta temporada al Perugia para que goce de minutos. La capital umbra es probablemente el mejor lugar para que Han siga creciendo: allí llegó con 16 años a finales de 2014 junto a diez compatriotas mandados por la Federación Norcoreana de Fútbol para que mejoren su formación y se conviertan en la columna vertebral de la selección absoluta. Al igual que China, también la dictadura comunista de Pyongyang ha hecho del balompié una cuestión de Estado y aspira a que su combinado nacional se califique para un mundial y ocupe un lugar destacado entre las selecciones asiáticas.

El régimen norcoreano considera el fútbol una herramienta propagandística más. Por eso abrió en 2013 la Escuela Internacional de Fútbol de Pyongyang, considerada la mayor inversión deportiva de Kim y en la que dos centenares de chavales viven, se entrenan y aprenden la teoría de este deporte. Así se cree, porque no hay apenas información de lo que ocurre allí dentro. El hermetismo es un rasgo idiosincrático de la Corea comunista en todos los ámbitos.

Pese a ello, se permiten algunas visitas de extranjeros, sobre todo de quienes no tocan las narices hablando de respeto a los derechos humanos y sirven como intermediarios con el exterior. Reúne estas características a la perfección Antonio Razzi, controvertido senador de Forza Italia (el partido de Silvio Berlusconi) que se ha destapado como el principal defensor en Italia de Kim, al que llegó a calificar de «moderado», asegurando que trata de llevar la democracia a su país. Razzi viajó a Pyongyang en 2014 acompañado por varios empresarios, entre los que estaba Alessandro Dominici, responsable de la academia de fútbol de Perugia ISM, con la que la federación norcoreana estableció un acuerdo para que acogiera a las jóvenes promesas del país, entre las que destacaba Han. «Lo descubrí yo», se jacta ahora Razzi, que visitará el 20 de septiembre Pyongyang y se ha ofrecido a ejercer de mediador entre Kim y Donald Trump.

Prohibido hablar de política

La estancia de Han y de sus compañeros en la escuela de fútbol de Perugia ha llegado incluso al Parlamento italiano, donde un diputado del Partido Democrático inquirió si se estaba violando el embargo internacional a Pyongyang al formar a estos futbolistas, pues se estima que los trabajadores norcoreanos en el extranjero deben entregar al régimen el 70% de su sueldo. Ni el goleador del Perugia ni sus compañeros han dicho ni una palabra sobre ello; en parte porque apenas chapurrean el italiano y, sobre todo, porque su Gobierno les tiene prohibido hablar de política.

Han casi no concede entrevistas y, cuando lo hace, no pasa de los monosílabos y de las frases habituales de los futbolistas. Sólo se mojó para confesar quiénes son sus ídolos: Cristiano Ronaldo y el argentino de la Juventus Paulo Dybala. El domingo tiene una nueva oportunidad para tratar de acercarse a ellos: el Perugia juega en casa contra el Pescara y Han tendrá todas las miradas sobre él. El triplete de la jornada anterior y el pulso misilístico de su presidente estos días le convierten probablemente en el norcoreano más seguido fuera de su país. Los ojeadores de la Premier League ya lo tienen en su agenda.

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