Un cartagenero infiltrado en Marruecos

Lo sabe bien Benali, residente en Playa Paraíso, amante de la navegación, de Cabo de Palos y reconocido entrenador en el fútbol marroquí. Desde 1999 hasta la actualidad ha sido testigo del «gran crecimiento» del fútbol en este país, al dirigir a cinco clubes diferentes y ejercer las labores de director deportivo en otros dos. Por eso, Benali no duda en soltar la siguiente afirmación: «Como España juegue como ante Japón, va a sufrir muchísimo. El seleccionador de Marruecos [Walid Regragui] es muy exigente y ha sabido unificar un vestuario que estaba dividido, por la barrera idiomática», explica.

En el combinado marroquí hay futbolistas de raíces muy distintas. «Encuentras que muchos jugadores no saben árabe, unos hablan francés, otros inglés...», comenta Benali. El motivo, otra vez, tiene que ver con la evolución del fútbol en Marruecos. «El país ha empezado a exportar talentos fuera con varias academias, como la Mohammed VI, que cada año saca a cinco o seis chicos fuera. Hay otros hijos de inmigrantes que crecen en ligas europeas de nivel, como la francesa y la belga, que suben el nivel en la selección».

En España, en cambio, la apuesta por futbolistas marroquíes es más reducida. «Aquí miramos más a Latinoamérica o son fichados cuando pasan por otras ligas europeas. Pero hay bastante nivel». Benali pone como ejemplo a la actual selección de Marruecos. El extremo Boufal (Angers), el portero Bounou (Sevilla) y el central Nayef Aguerd (West Ham), entre otros, pasaron por la liga de su país antes de dar el salto a competiciones profesionales de Francia, España e Inglaterra respectivamente.

El campeonato marroquí ha dado importantes pasos al profesionalismo que explican el buen papel de la selección en el Mundial de Qatar. El cartagenero Benali lo ha vivido desde dentro, desde que tomó las riendas del Ittihad Khemisset en 1999 hasta su última etapa en el IR Tánger, que acabó en junio de este año. «Cuando llegué había una cultura de fútbol callejero. Técnicamente eran muy buenos, pero físicamente realmente tenían muy poco. También se notaba un desconocimiento en nutrición, preparación psicológica... En veinte años ha cambiado muchísimo, a mejor».

Principalmente se han dado pasos en infraestructuras. «La Federación ha invertido enormemente en que todos los campos sean de hierba natural, existe el VAR en la liga marroquí, tienen campos de entrenamiento, conexiones en AVE... Es un ambiente profesional», dice Benali. Actualmente los organismos federativos imparten cursos, se exige la licencia UEFA Pro para entrenar, los preparadores físicos son licenciados y de las academias de Rabat [la Mohammed VI] emergen talentos como el delantero de la selección y del Sevilla: En-Nesyri.

El nivel competitivo de la liga local también es destacable. Hay unos «cinco o seis equipos» de la máxima categoría, según Benali, que tienen nivel de la «parte baja» de la Primera División Española, «como el Cádiz, el Elche o el Valladolid, que sufriendo podrían competir». Otros clubes tienen nivel de Segunda o de Segunda B, «dependiendo del presupuesto».

El 'boom' de Marruecos también se nota en la asistencia a los estadios, cada vez más alta y ruidosa. «Vas a cualquier partido y el campo está lleno, el ambiente es alucinante, bengalas, tifos inmensos... Jugar en casa es jugar en casa de verdad», asegura Benali, quien además es amigo del seleccionador nacional Walid Regragui desde que coincidieron en el Racing de Santander de Aouate, Yossi Benayoun y Nafti, de 2004 a 2006.

El entrenador cartagenero es un «trotamundos de nacimiento», nacido en el Sáhara, de padre militar y afincado desde niño en la Región de Murcia, primero en la pedanía de Los Ramos, luego en San Javier y definitivamente en Playa Paraíso (Cartagena). Aquí reside con su mujer y encuentra «tranquilidad» en el Mediterráneo, a la vez de disfrutar de «un buen vino» de y la gastronomía local en el restaurante Juego de Bolos.

Antes de sumergirse en el mundo de los banquillos, Benali trabajó con Juanmi, exportero internacional cartagenero que pasó por Zaragoza, Deportivo y Real Murcia, en La Manga Club y fue asistente de Claudio Ranieri en el Atlético de Madrid. También echó un cable en la selección de Finlandia, pasó por Qatar (Al-Gharafa), Túnez (Club Olímpico de Transporte), Emiratos Árabes (Sharjah, Al-Khaleej y Al-Dhafra) y Japón (Vissel Kobe), además de estancias en Canadá, labores en diversas academias y proyectos pasados en el Racing de Santander y en el Mar Menor.

De periplo por Marruecos ha evitado descensos, ha salido premiado por funciones tácticas y alcanzado fases finales de algunas competiciones como la Copa Árabe. Benali fue noticia en España en 2020. Entonces dirigía en su primera etapa al Ittihad Riadi Tánger, equipo que registró hasta 26 casos positivos de Covid-19 en plena competición.